Con una arraigada labor educacional, la Congregación misionera del verbo divino, está presente en la ciudad de Esperanza desde 1889. Apenas hacía 33 años que el primer contingente de colonizadores traídos por Aarón Castellanos se había establecido. Fue en ese año que llegaron los primeros misioneros, los Padres Germán Locken y Enrique Becher, enviados por el fundador de la Congregación, Padre Arnaldo Janssen.
Aquellos pioneros vinieron a ejercer su ministerio sacerdotal entre los colonos católicos de habla alemana radicados en la primera colonia agrícola organizada de nuestro país. Pero pronto se vieron en la particular situación de abrir una escuela para impartir las primeras nociones a los hijos e hijas de los colonos y el niño Miguel Junges fue el primer alumno matriculado. Esto sucedió en 1890, luego reconocida oficialmente por el Consejo General de Educación Provincial, siendo el principio y fecundo germen del Colegio San José.
A partir de ese momento, se abrieron sus aulas para la ciudad y la región centro-oeste. Al poco tiempo la dirección del colegio tuvo que instalar un internado para recibir estudiantes cuyas familias vivían a grandes distancias. Entretanto, se veía la necesidad de introducir los cursos de la enseñanza media e incorporar el Colegio al Colegio Nacional de Santa Fe “Simón de Iriondo”. En febrero de 1919 se concedió la incorporación de los primeros y segundo años nacionales, en 1925 y 1926 se incorporaron el cuarto y el quinto año. Algunos de los docentes y educadores emblemáticos de la institución fueron el pedagogo Matias van der Meulen, el matemático José Echmidt y el músico Enrique Strake.
El Litoral siguió de cerca la celebración de los 50 años del colegio.
La lengua oficial del colegio fue desde estos principios el castellano, la lengua del país. La enseñanza, si bien ajustada a los programas oficiales de la Provincia, se basó en los principios de la pedagogía cristiana y católica, comprendiendo una formación humanista e integral religiosa.
Siguiendo lo propuesto por la historiadora Lida Miranda, en Argentina, hacia fines del siglo XIX, la Iglesia católica se consolida institucionalmente a pesar del impulso secularizador de las leyes laicas, en la década de 1880, con la consagración del liberalismo. En este sentido, vale acotar también lo planteado por otro historiador, Roberto Di Stefano, quien a través del concepto de umbrales de laicidad, matiza la relación entre Iglesia y Estado a fines del siglo XIX.
En esa senda, por un lado, el afianzamiento de la base institucional de la Iglesia, paralelamente a la vigencia de las leyes laicas, se puede ver en el crecimiento de las diócesis, de las estructuras pastorales y de los seminarios destinados a la formación del clero. Por otro lado, la ley n° 1420, en 1884, que establece la educación primaria común, gratuita y obligatoria no puso obstáculos a la multiplicación de escuelas católicas privadas y de las parroquias como tampoco a la recepción de un sinnúmero de congregaciones religiosas inmigratorias que ingresaron al país en la “Argentina liberal”.
El padre que fundó el colegio.
1940, el año de la celebración y el desafío en la institución
Con pujante vida el colegio siguió su marcha ascendente, su reputación iba en aumento de curso en curso. Para mediados del siglo XX, los miles de ex-alumnos que se han formado en sus aulas han llevado la semilla de la educación cristiana a todos los ámbitos de la República y en todos los campos de la actividad humana.
Ciertamente tal casa de estudios demandaba grandes sacrificios personales y cuantiosos gastos materiales a la Congregación. En 1936, la institución atraviesa una gran dificultad y una dura página en su historia. Desde Roma, Italia, se decidió clausurar el colegio. La respuesta no se hizo esperar, generando un fuerte rechazo en los vecinos de Esperanza y conformándose la Comisión en Defensa del Colegio San José.
El diario también cubrió los acontecimientos que casi terminan por cerrar la escuela.
Esta comisión conformada por ex-alumnos, vecinos y miembros de la Acción Católica, defendió aquella institución a través de jornadas que difundían e informaban sobre la importancia de la institución educativa para la región, haciendo hincapié en los valores pregonados en un contexto “adverso y peligroso” para la sociedad y los principios del cristianismo.
En una carta enviada por la comisión al Nuncio Apostólico Monseñor Felipe Cortesi decían: “(…) en la presente época, de franca tendencia hacia las ideas extremas, un Colegio que instruye e inculca a los niños moralidad cristiana desde la infancia hasta su egreso como bachiller nacional (…) no puede, no debe ser clausurado”.
La década de 1930 fue decisiva para el catolicismo argentino del siglo XX. Un verdadero “renacimiento católico”, cristalizado en la presencia significativa en los nuevos medios masivos de comunicación, gracias al desarrollo de la prensa católica y la radio, pero también fueron los años de las grandes movilizaciones católicas de masas, que pasaron a ocupar importantes espacios públicos a través de las peregrinaciones.
No se cierra. Así anunciaba El Litoral la continuidad de la actividad educativa del colegio San José.
Finalmente, el 21 de diciembre de 1936, el diario El Litoral publica en una de sus centenarias páginas: “Ha obtenido éxito en sus gestiones la Comisión de vecinos encargada de la petición de que se dejara sin efecto la clausura del Colegio San José”. En efecto, la Orden del Verbo Divino, con asiento en Roma, decidió dejar el asunto en manos de las autoridades de la Orden en nuestro país con asiento en Villa Calzada, Buenos Aires, las que ordenaron que el establecimiento continúe funcionando como hasta ahora. La noticia fue recibida con satisfacción por los esperancinos.
El establecimiento siguió funcionando con una pauta de notable progreso, a partir de 1960, con la creación de la Escuela Preparatoria de Agronomía y Veterinaria, concretándose al poco tiempo en dos facultades universitarias adscritas a la Universidad Católica de Santa Fe. Con cuarenta alumnos y diez profesores dieron comienzo a la enseñanza superior, egresando como primer cohorte de profesionales, en 1965, en plena celebración de los 75° años del Colegio.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.