A fines del 2023, el venadense Sergio Rubén Bersia, encontró a 13 mil kilómetros la estabilidad que necesitaba. A los 35 años decidió darle un giro de 180 grados a su vida y reinventarse desde Szczecin, una ciudad medieval en el oeste de Polonia.
Junto a otros argentinos conectaron con una agencia que les ofrecía viaje y hospedaje, más un buen sueldo.
A fines del 2023, el venadense Sergio Rubén Bersia, encontró a 13 mil kilómetros la estabilidad que necesitaba. A los 35 años decidió darle un giro de 180 grados a su vida y reinventarse desde Szczecin, una ciudad medieval en el oeste de Polonia.
Antes de viajar, pasó una década trabajando en el área de atención al público de dos reconocidas casas de electrodomésticos. Pero en un alto de las ventas, conversando con un compañero se enteró de esta posibilidad en tierras polacas, donde le pagan el viaje y le dan alojamiento a los extranjeros y no dudó.
“Empecé a investigar un poco la empresa y me contacté con ellos. Pasaron unas semanas y me respondieron. Yo ya contaba con el pasaporte y algo de ahorros. Presenté la documentación solicitada y para los primeros días de diciembre ya tenía confirmada la fecha del vuelo”, contó a este medio.
Bersia, dijo que aceptó la propuesta porque hace varios años que tenía ganas de emigrar a otro país en búsqueda de mejores oportunidades. “Lamentablemente años atrás no había podido cumplir ese sueño por varios motivos”, remarcó.
Dice que eligió este destino europeo porque averiguando un poco pudo ver que es un lugar con mucha oferta laboral y economía estable, “además de querer conocer nuevos sitios que brinda este lindo país”.
Asegura que al despegar el avión y dejar atrás su viejo trabajo, familia, amigos y costumbres, “comprendí que estaba solo ante el mundo, con mi fuerza de voluntad y optimismo”.
Al llegar a la terminal de Polonia los esperaba una trafic para llevarlo hasta el alojamiento donde viviría. El objetivo era probar suerte en un frigorífico en la ciudad de Szczecin. Y no estaba solo. Junto a él había varios argentinos: un matrimonio del norte, un cordobés, un jujeño y un pampeano.
“Estuvimos allí dos semanas y luego decidimos cambiar de trabajo porque en el frigorífico que nos tocó era muy pesada la tarea y muchas horas, tampoco nos sentíamos cómodos en el alojamiento. La propuesta era trabajar ahí hasta poder pagar la deuda del viaje”, sostuvo.
Luego empezó a buscar ayuda en grupos de Facebook como “Latinos en Polonia”, donde otro argentino lo puso en contacto con una nueva firma: “Tomé el tren al día siguiente con promesas de un nuevo trabajo en otra agencia muy reconocida. Llegué a destino, donde me encuentro actualmente. Era de noche y había mucha nieve. En la estación nos pasó a buscar una persona y nos ubicó en el nuevo alojamiento. Estuvimos dos semanas sin trabajar por fechas festivas y el 2 de enero ya contaba con un nuevo lugar de trabajo”, agregó.
Ahora, se encuentra en las instalaciones de una carpintería. “El trabajo no es tan pesado como el anterior. La agencia también nos proporciona alojamiento compartido, en una casa con dos habitaciones en la que vivimos 8 personas, colombianos, venezolanos y argentinos”.
En Polonia, la moneda es el Zloty. No usan el Euro, y según Sergio tiene estabilidad y “rinde bien”: “La comida, ropa y otras cosas son baratas en comparación con Argentina. Un ejemplo, con un solo día de trabajo comprás comida para toda una semana, un par de zapatillas de marca o varias prendas de vestir”, repasó.
Asegura que el aumento pactado en julio, le permite ganar aproximadamente 6000 zlotys (o un poco más también), lo que representa en Argentina algo de $2 millones. “Acá con un mes de trabajo te podes comprar un auto modelo 2003 aproximadamente. Con dos meses ya tendrías un mejor auto y más nuevo”.
No duda en reconocer que tomó la decisión de renunciar a su trabajo en Argentina porque sabía que lo que venía sería mucho mejor. Y así fue: “Polonia tiene una buena economía y una tasa de desempleo muy baja. Es un país muy limpio y ordenado, con mucha seguridad y crecimiento económico como poblacional”, enumeró.
Valora que “socialmente las personas son muy buenas y ayudan al extranjero”, porque “están acostumbrados”, en referencia a que vio muchos sudamericanos viviendo y trabajando en la zona donde se encuentra.
Aclara que nunca tuvo miedo a que el idioma fuera un problema porque se desenvuelve con el inglés y también usa el traductor de Google para hablar. Y afirma: “No creo volver en el corto plazo, ya que acá los primeros meses fueron para saldar todas las deudas y pienso aumentar mis ahorros para nuevos viajes, proyectos y aventuras”.
Szczecin fue una ciudad alemana hasta 1945. Durante la Segunda Guerra Mundial la bombardearon intensamente. A finales del conflicto, los aliados le concedieron su soberanía a Polonia.
“Por el momento me quedaré aquí hasta obtener la residencia polaca (cinco meses más aproximadamente) y luego veré si puedo viajar a otros países para trabajar y tener mejores ingresos, tales como Luxemburgo, Suiza, Noruega, Alemania, Países Bajos, por ejemplo”.
“También quiero ir a Italia a tramitar la ciudadanía, lo cual me abrirá nuevas puertas y oportunidades”, indicó.
Finalmente, remarcó: “Entiendo que Argentina aún se encuentra con una economía difícil y llevará años para que vuelva a ser la que todos esperamos. Mientras tanto aprovecharé las oportunidades que se me presenten aquí y espero con ansias poder volver a mi país”.