Articulación y consenso: las claves en la atención de la pandemia, según Martorano
Todavía hay Covid, advierte la titular de la cartera sanitaria provincial y destaca la importancia de sostener los esquemas de vacunación. Cómo evalúa el manejo local de la crisis sanitaria, el impacto en la salud mental y una lectura personal de un fenómeno que marcó a todo el mundo.
Articulación y consenso: las claves en la atención de la pandemia, según Martorano
"Fue duro, con noches sin dormir y un peso muy importante", describe la ministra de Salud Sonia Martorano el período que el mundo atravesó en pandemia por Covid-19. Y grafica con una mochila la responsabilidad de que en la provincia de Santa Fe no se repitan imágenes que atormentaban al mundo, con fosas comunes y terapias saturadas de pacientes. "Eso no pasó acá y de lo que no pasó no se habla", dice en diálogo con El Litoral en el que destaca, sobre todo, la articulación que se logró entre los equipos de salud propios, es decir, dentro del sector público, y del sector privado.
También destaca otros hechos, como la mirada "generosa y solidaria" de quienes participaron en el debate y la toma de decisiones en aquel período tan complejo; el trabajo en conjunto con el secretario del área Jorge Prieto y, algo que no es muy frecuente, la tarea respetuosa de los medios para comunicar la emergencia sanitaria "sin amarillismos".
- La Organización Mundial de la Salud estableció el fin de la emergencia sanitaria global. ¿Eso significa que no hay más Covid?
- Si, hay Covid. Es una enfermedad pandémica que sigue estando presente. El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud estableció que el Covid era una emergencia de salud pública de importancia internacional porque veía entonces cómo se incrementaba (la cifra de contagios), cómo empezaba a impactar en el sistema y cómo lo iba a hacer en el futuro.
Esa emergencia en salud pública implicó permisos, por ejemplo, en autorización y compra de vacunas y medicamentos, organización de los servicios y demás tareas.
Hoy el Covid está presente en el mundo, pero de la mano de la vacunación que se hizo y de la población que tuvo contacto directo con el virus, la situación no constituye una emergencia. Eso si, y acá es donde no hay que perder la perspectiva: hay que seguir pensando que el Covid está, que vino para quedarse pero que empezamos a transitar el camino de una enfermedad probablemente estacional para la cual tenemos que insistir en la vacunación.
Vacunas tenemos en cantidad y calidad, incluida la Pfizer bivalente. Y hoy decimos: si sos una persona sana, menor de 50 años sin comorbilidades, de acuerdo a la indicación actual tenés que colocarte un refuerzo una voz por año. Si tenés más de 50 años, factores de riesgo o sos personal de salud, ese refuerzo es cada 6 meses.
Una postal cotidiana: los informes diarios por el canal oficial y las ruedas de prensa para informar sobre las novedades en materia sanitaria durante la pandemia. Crédito: Archivo El Litoral / Guillermo Di Salvatore
Además, entre nuestros grupos médicos insistimos en que tengan presente el Covid y sus signos de alerta para detectarlo, diagnosticarlo, hacer el test porque la enfermedad aún está presente. Solo que con una buena vacunación y un diagnóstico está transcurriendo sin afectar el sistema sanitario como ocurrió cuando era una enfermedad nueva.
- ¿Cómo evalúa el manejo de la pandemia en Santa Fe?
- Creo que el manejo que hicimos en la provincia fue muy bueno porque logramos algo que debiéramos lograr en todos los ámbitos o terrenos, que fue articular todos juntos.
No eran unos u otros, los que gobiernan y los que no lo hacen. Hubo una mesa de articulación donde estaban sentados el sector público (provincial, municipal y nacional) y el privado, con clínicas y sanatorios. Desde el ministerio de Salud tomamos el rol regente o de gobernanza, pero después consensuábamos. Hubo que trabajar en protocolos para saber, por ejemplo, cómo ingresar al paciente, cómo atenderlo e hisoparlo; si la atención era en una localidad o en otra, el protocolo era el mismo.
Entonces, una gran fortaleza fue que pudimos estar juntos todos los sectores, articular, consensuar (remarca bien esa palabra) y de ese modo brindar la mejor atención posible.
Un ejemplo de ello fue que todas las mañanas generábamos indicadores, como el porcentaje de ocupación de camas, y en el monitor estaban las plazas públicas y las privadas.
También hubo un trabajo excelente en los geriátricos. Con algunas acciones logramos que la cantidad de población que se contagió fuera menor que si estaba en su casa y no tuvimos que evacuar ningún establecimiento. Eso pasó en el mundo y también en la Argentina, donde vimos cómo evacuaban geriátricos o se vivían situaciones muy complejas.
Pudimos hacer un trabajo ordenado y con articulación. Pongo el acento en ese concepto de articulación entre todos los sectores que, insisto, tendríamos que tener en cada uno de los ítems que nos atraviesan.
Fue un buen trabajo en conjunto.
- Es difícil hablar de alguna ganancia cuando hubo muertes y personas que sufrieron en la pandemia. Pero, ¿qué pondría en la otra columna del balance?
- Cada fallecido fue un dolor, pero hay que ver en cuántos casos logramos que eso no pasara.
Lo primero que destaco es que podemos trabajar juntos, en forma articulada, todos los sectores de la salud pública y privada; que cuando interactuamos y consensuamos, sacamos cosas positivas para los y las santafesinas.
Segundo, el sistema de salud se tuvo que rediseñar porque esto fue una pandemia, una situación que arrasó Estados Unidos, países europeos muy desarrollados. Logramos descentralizar y llegar a poblaciones mejorando su equipamiento y tecnología, instalando terapias en forma descentralizada. Creo que eso fortaleció el sistema de salud.
- Las secuelas a nivel físico se pueden medir y de hecho se siguen haciendo estudios en ese sentido. ¿Qué pasó con la salud mental?
- Hay estudios a corto y largo plazo en el mundo y aquí. Están las secuelas psicológicas: de hecho vemos muchas más consultas en salud mental, muchas más en niños donde aumentaron en un 200 % y en adultos con un incremento del 100 % en adultos. Eso tiene mucho que ver con el aislamiento, la ausencia de lo lúdico y de la socialización (en el período de aislamiento social, preventivo y obligatorio). En los adultos lo mismo: tal vez nos olvidamos pero nos enfentábamos a escenarios de incertidumbre sobre la vida, el trabajo, lo económico. Vivimos épocas terribles que dejaron una huella en la salud mental que hoy vemos.
Luego, vemos secuelas pulmonares y cardiológicas; siguen en estudio cuadros más complejos por arritmias, miocarditis, bronquitis a repetición y de hiperreactividad bronquial. También las neurológicas: en algunos casos se tardó en volver a recuperar el sentido del olfato y el del gusto. Y ocurre eso que se describe como "estar en las nubes", que en un momento se borra todo y luego vuelve, como lo que tiene que ver con la memoria y la concentración.
- Hace meses que se viene trabajando en la post pandemia y en la recuperación de aquellos temas que, por la emergencia, quedaron pendientes. ¿cuál debería ser la prioridad en esta etapa?
- Cuando trabajábamos en Covid, que era lo urgente, decíamos que también estaba la agenda de lo importante. Covid nos hizo reforzar mucho las terapias, algo que no teníamos en la cabeza, y si bien la atención primaria de la salud fue fundamental porque era el primer contacto y la primera contención para que no todos los pacientes fueran a terapia, hoy estamos trabajando en mejorar lo edilicio, la infraestructura, tecnología y el recurso humano.
Hay que darle más fuerza al Programa de los 1000 días para la atención de la mujer embarazada y del niño o niña. Hoy estamos trabajando fuerte, además, en gestión de riesgo y seguridad del paciente. Son todas cosas que si bien se fueron haciendo porque los equipos siguieron trabajando, aun mientras se atendía la emergencia por Covid, hoy nos podemos dedicar más en profundidad.
- Este fue un fenómeno mundial, una pandemia. Una de las cosas que más nos impactaba era pensar que acá estábamos con aislamiento pero era la misma situación (o similar) en otros lugares del planeta. En lo personal, ¿cómo fue manejar esta tormenta?
- Fue muy complejo; en lo personal sentí una mochila muy grande, una gran responsabilidad. Era una catástrofe planetaria mundial pero en ese contexto sentía una gran responsabilidad. Tuvo impacto en la vida personal, afectiva, profesional y familiar.
Creo que a todos nos pasó. Fue algo que nos impactó muchísimo. En eso nos apoyamos en los equipos que se fueron armando y esa pertenencia nos permitía compartir responsabilidades y trabajar juntos. Por eso insisto en la importancia de la gobernanza que se generó con una fuerte vinculación entre todos los sectores. Si alguno era más fuerte en un tema aportaba al resto y esa visión transversal y solidaria fue maravillosa.
- ¿Qué es lo que le dio más miedo?
- Que la gente no tuviera la atención a tiempo. ¿Viste las imágenes de gente muriendo en las calles en otros países? Hemos visto fosas comunes, imágenes tremendas. Eso no pasó acá y a veces de lo que no pasó no se habla o se olvida, pero es tan importante. Y acá trabajamos mucho para que eso no ocurriera.