De la Redacción de El Litoral
El Colegio de Farmacéuticos de Santa Fe aclaró que mientras se cumpla el cronograma de pagos la atención de los afiliados será normal.
De la Redacción de El Litoral
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La relación entre el Pami y las cámaras de laboratorios parece a punto de quebrarse. La obra social de los jubilados aplicó la cláusula de rescisión del contrato para comprar los medicamentos, que había firmado a fines de enero con la industria farmacéutica, con el argumento de resguardar los intereses de sus afiliados y lograr un acuerdo sostenible.
Durante los próximos 60 días, el acuerdos sigue vigente —así lo establece la cláusula, lo que abre un plazo de negociación entre las dos partes. Desde el Pami se asegura que el presupuesto que tiene el instituto para el 2017 no alcanza para cubrir los costos en fármacos que se proyectan a partir del convenio de enero y que es necesario renegociarlo.
La industria, que está agrupada en tres cámaras (Caeme, Cilfa y Cooperala), contestó fuerte: intimó al Pami a regularizar una deuda de $ 952 millones en una semana y advirtió que de no cumplirse este plazo responsabilizan a la obra social por las dificultades que podría generar la finalización del acuerdo (el riesgo es que se complique el acceso a los fármacos con los descuentos que tienen los jubilados).
En Santa Fe, hasta el momento, el acceso a los medicamentos es normal. “Mientras se cumpla con el cronograma de pago, las farmacias van a entregar los fármacos como se hace habitualmente”, informó Adriana Cuello, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Santa Fe 1° Circunscripción, en diálogo con El Litoral.
Incertidumbre
Es importante recordar que desde hace años el Pami negocia directamente con los laboratorios los contratos de compra de los medicamentos, sin que estén sentados en la mesa las entidades que agrupan a los farmacéuticos (una situación que viene generando reclamos de ese sector).
En este contexto, la junta ejecutiva de la Federación Farmacéutica de la República Argentina (Fefara) planteó que las condiciones contractuales y operativas vigentes —entre el Pami y la industria farmacéutica— no atienden ni resguardan los legítimos intereses de los afiliados, ni de sus prestadores. Tampoco brindan viabilidad económico-financiera al propio financiador, ni seguridad de cobro a sus proveedores.
También insisten sobre la carga financiera que les genera el convenio actual, ya que la farmacias compran los fármacos con un plazo de quince días y los cobros los reciben luego de un “largo ciclo” de más de 90 días.
La Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (Facaf) también señaló que la situación actual provoca una gran incertidumbre y solicitó resolver cuánto antes este escenario que perjudica a las farmacias y a los beneficiarios del Pami.
“Desde la semana anterior veníamos hablando con las autoridades de la industria, preocupados por la marcha del convenio. En ese escenario estaba previsto reunirnos con las autoridades del Pami y la industria, lo cual profundizaremos en conjunto con las otras entidades farmacéuticas debido a la necesidad de encontrar una solución a la problemática que implica elaborar un nuevo convenio que satisfaga los intereses de todas las partes”, planteó la Facaf, en un comunicado.