Comenzó el mes de la prevención del suicidio y abren un registro en el hospital Cullen
Entender que la depresión es una enfermedad mental multifactorial es clave para ayudar a quien la sufre. Ante las alarmantes estadísticas nacionales, la provincia busca mayor eficiencia para elaborar políticas públicas que reduzcan o atiendan los intentos de suicidio. La línea de asistencia es el 0800 555 6549.
Comenzó el mes de la prevención del suicidio y abren un registro en el hospital Cullen
“La depresión no es una reacción normal a una situación difícil de la vida; no es sólo estar triste; tampoco es una cuestión de carácter o de poca fortaleza; y, sobre todo, no es una elección. La depresión es una enfermedad generalmente influenciada por determinantes de tipo biológico, psicológico, social o emergente”, concluyó un grupo de especialistas de la salud mental, en el marco del inicio de este denominado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) “Septiembre Amarillo”, el mes de la prevención del suicidio, mientras que el día mundial es el 10.
Según la OMS, la depresión es la principal causa de problemas de salud y de discapacidad a nivel global y, de acuerdo con las últimas cifras reportadas, se estima que más de 300 millones de personas viven con esta enfermedad.
Por ello es necesario saber que existen determinantes biológicos, psicológicos, sociales y emergentes que pueden llevar a desarrollar esta patología mental que, con un temprano abordaje integral y el acompañamiento familiar y del entorno, tiene cura.
De acuerdo con cifras de la propia OMS, se estima que más de 300 millones de personas viven con esta enfermedad en el mundo. En la Argentina, un estudio epidemiológico realizado en 2018, del que participaron la Facultad de Medicina de la UBA, las universidades de California y también la de Harvard, con un total de 4 mil personas de 18 años y más, mostró que el 8,7% de los mayores de 18 años (prácticamente 1 de cada 10) presentarán un trastorno depresivo mayor en algún momento de sus vidas. A su vez, los datos epidemiológicos señalan que en 2020 unas 2.872 personas perdieron la vida por muerte autoprovocada, de los cuales 2.342 eran varones, siendo la franja etaria de 20 a 24 años la que mayor cantidad de fallecimientos concentró.
En la provincia de Santa Fe las estadísticas de suicidios “están dentro de los parámetros nacionales, que son parámetros altos”, dijo la directora de Salud Mental de la provincia, Celina Pochettino, ante la consulta de El Litoral durante una rueda de prensa realizada este jueves en el hospital Cullen. Para ello anunciaron la creación de un dispositivo epidemiológico que se pretende implementar en el hospital José M. Cullen, el cual será una herramienta que permita acceder a este tipo de datos para luego poder desplegar políticas sanitarias.
El objetivo de dicho dispositivo es detectar casos de una cierta problemática de salud en forma temprana, así como obtener datos indicativos de la tendencia de la misma. “Este tipo de estrategia permite identificar un mayor número de variables y dimensiones del problema para llevar a cabo un mejor análisis, contribuyendo a la toma de decisiones en materia de políticas sanitarias”, explicó Pochettino.
“Además, una de las mayores fortalezas de la metodología centinela es la capacidad de vincular los datos cualitativos con apreciaciones cuantitativas en el análisis, lo que trae consigo diferentes niveles de interpretabilidad de la realidad, ampliando el campo de acción”, concluyó la funcionaria.
La vigilancia epidemiológica mediante unidades centinela fue originalmente concebida como un instrumento para desarrollar o mejorar el análisis de la información existente sobre una problemática sanitaria. Aporta criterios clave para la implementación de un sistema de registros en cuanto a intentos de suicidio y autolesiones.
Para el director del Cullen, Juan Pablo Poletti, “esta unidad centinela permitirá tener números precisos” de casos atendidos en el hospital. En la actualidad no existen dichos datos, “ya que cuando alguien ingresa hoy a la Guardia con una intoxicación medicamentosa, por ejemplo, muchas veces no es registrado como un intento de suicidio sino como ingesta medicamentosa”. En cambio en adelante habrá personas “capacitadas para analizar estos datos y sacar las conclusiones que sirvan para determinar cada caso en particular, y luego así poder desplegar políticas sanitarias más eficientes”.
Santa Fe implementa ahora está estrategia junto a Ministerio de Salud de Nación, y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La misma “será un insumo fundamental para las políticas y estrategias de intervención en el marco del Plan provincial de salud mental en Santa Fe”, anticipó Pochettino.
Prevención
Por otra parte, la funcionaria del área de Salud Mental anunció que se realizarán talleres de prevención de suicidios. Los mismos estarán destinados a la comunidad y para los equipos de Salud, “porque todos nos tenemos que formar”, dijo Pochettino. Y anunció que en adelante piensan abrir una nueva línea de asistencia telefónica exclusiva al suicida, más allá de la actual, que es el 0800 555 6549 (Covid).
Escuchar
Por último, Pochettino resaltó la necesidad de “escuchar a la persona que manifiesta un drama, problema o depresión”.
-¿A qué señales hay que estar alerta?
-Lo primero que hay que saber es que no se debe subestimar al que está mal o tenga ideas vinculadas a la muerte. Hay que consultar a los equipos de salud, tanto en la atención primaria (Dispensarios y Centros barriales) como también en el segundo y tercer nivel (Cemafé y hospitales).
-¿Cómo se debe ayudar a un suicida?
-Es importante entender como todos nos tenemos que cuidar, en nuestras comunidades de trabajo, familiares y de amigos. Hay pautas básicas como estar a disposición, escuchar lo que le pasa al otro y no subestimarlo. Y ante la persistencia de la situación de esa persona, consultar al sistema de salud para un acompañamiento más efectivo. Esto es en los Centros de Salud barriales y las Guardias de los hospitales.
-La frase “el que avisa no se suicida” ¿es mito o verdad?
-Todas las frases hechas son mitos y tabúes. A ninguna persona le sucede lo mismo. No todos sufrimos de la misma manera las angustias, dolores y padecimientos. Por ello es importante hablar para cuidarnos. Hay que escuchar lo que le pasa al otro y propiciarle la ayuda.
Multidimensional
“Hay factores biológicos, genéticos, psicológicos y medioambientales que llevan a la depresión”
“La salud mental continúa estando estigmatizada, fundamentalmente por la ignorancia; las personas tienen ideas distorsionadas respecto de las razones que motivan que alguien desarrolle un cuadro depresivo, por ejemplo. Esto se traduce en una gran cantidad de prejuicios: se cree que es una cuestión de voluntad, se le dice 'ponete la pilas', 'salí a tomar sol y hacé ejercicio". Hay que comprender que existen determinantes complejos para el desarrollo de esta enfermedad, se trata de una trama compleja de interacción de factores biológicos, genéticos, psicológicos y medioambientales que llevan a la depresión”, subrayó el Dr. Marcelo Cetkovich, psiquiatra, Director Médico de INECO y Vicepresidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras, AAP.
“La depresión es una enfermedad que afecta el ánimo, la concentración, la capacidad de disfrutar, la voluntad y la energía. Muchas veces, la sociedad en general considera que una persona que está deprimida podría salir adelante simplemente ‘con voluntad’ y esto no es así, porque –justamente- la depresión es ‘la’ enfermedad de la voluntad y energía. Ambas están afectadas. Esto, a su vez, provoca pensamientos negativos acerca de uno mismo y de las decisiones que se toman, por lo que la persona se siente insegura y tiende a aislarse”, explicó la Dra. Teresa Torralva, psicóloga, doctora en Medicina y Jefa del Departamento de Neuropsicología de la Fundación INECO.
Cursar una depresión incrementa el riesgo de desarrollar otras problemáticas de gran impacto a nivel de la salud, como el consumo abusivo de sustancias o condiciones crónicas como una enfermedad cardiovascular. Por esto, los especialistas destacan la importancia de estar atentos a los determinantes que pueden favorecen la aparición de la depresión.
“Hoy sabemos que estos determinantes pueden ser desde biológicos, psicológicos, sociales y también emergentes. Entre los primeros, se encuentra la genética. Si una persona tiene, por ejemplo, muchos genes asociados a la depresión, presenta más chances de desarrollar un trastorno depresivo; esto no significa que indefectiblemente lo vaya a tener, sino que tiene una vulnerabilidad biológica mayor”, indicó la Dra. Micaela Dines, psiquiatra del Departamento de Psiquiatría de INECO.
Otro de los principales determinantes biológicos de la depresión es el microbioma. Según lo referido por la Dra. Dines, las bacterias que pueblan el intestino se comunican con el cerebro a través de lo que se ha denominado la vía cerebro-intestino-microbioma. Un desequilibrio en las bacterias intestinales puede llevar a inflamación sistémica, lo cual tiene su correlato en el estado de ánimo, aumentando el riesgo de depresión.
Por otra parte, intervienen los determinantes psicológicos. En este sentido, es importante saber que la historia personal, la relación con las figuras de apego en la infancia, las experiencias a las que se está expuesto, la educación, la nutrición, el estilo de vida, las oportunidades, las vulnerabilidades y las enfermedades, entre otros factores, van configurando una manera de ser, una manera de ver y de experimentar el mundo.
A su vez, existen los determinantes sociales que pueden llevar al desarrollo de la depresión y aquí entra en juego una gran cantidad de situaciones o factores, que van desde lo económico, pertenecer a una determinada minoría, a pueblos originarios, ser mujer o ser víctima de violencia sexual o de abuso sexual infantil, entre otras. También intervienen las jornadas laborales extensas, jornadas nocturnas con altos niveles de burnout (síndrome de cabeza quemada) y también el bullying.
“También influyen los determinantes llamados ‘emergentes’ y aquí entrarían los factores ambientales como la contaminación, que se interrelaciona a su vez con los factores sociales, porque una persona que vive en peores condiciones está más expuesta a los factores ambientales desfavorables”, sostuvo la Dra. Dines.
“Los determinantes de la depresión son complejos, por eso el foco tiene que estar puesto en detectarla lo más precozmente posible y tratar de intervenir para prevenir el sufrimiento. Además, los trastornos mentales son los causantes de la mayor parte de las muertes por suicidio, siendo la depresión la principal. El suicidio es una de las principales causas de muerte en las personas de entre 18 y 25 años y la depresión explica esta situación en el 80-90 por ciento de los casos”, aseveró el Dr. Cetkovich.
“Hay que terminar con los mitos alrededor del suicidio. Uno de los que persisten es el que considera que hablar sobre este flagelo induce a una persona a quitarse la vida; y esto no es así, hay que hablar sin miedo y estudiar el fenómeno. Cuanto más se sepa al respecto, mejor. Por otra parte, no hay que idealizar al suicidio: quitarse la vida no es una elección ni una expresión del libre albedrío; quien comete este acto lo hace porque siente que es su última opción. Tampoco hay que juzgar a la persona que cometió un intento de suicidio porque esta persona sin dudas vive una batalla interna tremenda y lo único que lo lleva a esta decisión es terminar con ese dolor psíquico insoportable. Finalmente, no hay que subestimar los avisos previos. Se sabe que para cada caso de una persona que se quita la vida, existieron entre 10 y 20 tentativas de hacerlo; frente a la primera tentativa, hay que consultar a un profesional en forma urgente”, subrayó la Dra. Torralva.
Para el Lic. Amado Pauletti, psicólogo clínico y presidente de la Fundación Clínica de la Familia de Río Cuarto, Córdoba, frente a quien presenta un cuadro depresivo, es fundamental que el entorno y la familia sean empáticos con ese malestar para entender y validar lo que la persona siente. "No ayuda enojarse, pelearse con quién padece una depresión. En ese momento no elige sentirse mal, resulta más útil acompañarlo a realizar pequeñas acciones que lo acerquen a lo importante para esa persona. Si recuperar la salud emocional es importante, acompañarlo a un tratamiento especializado, será entonces, una acción fundamental para estabilizar su estado anímico y continuar comprometiéndose con lo que valora en su vida".