Por José Luis Pagés
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En un pool de barrio Candioti un hombre murió apuñalado por otro en el marco de un confuso incidente que, poco antes de las diez de la mañana, también involucró a una mujer y al mismo dueño del local.
Si de muestra basta un botón, el estado etílico del titular del establecimiento ubicado en Juan del Campillo y Las Heras, permite imaginar cómo se encontraba el parroquiano que brutalmente clavó y partió la hoja de un cuchillo en la nuca de la víctima.
Los que presuntamente a las nueve de la mañana todavía no habían logrado salir de la borrachera nocturna se habrían trabado en lucha mortal mientras el bolichero dormitaba, acodado en la barra.
La policía y los servicios de emergencia que alrededor de las 9.30 llegaron al lugar encontraron que ya nada podían hacer por Cristian Orlando Fusi (27) quien yacía caído y sin vida, con la hoja de un cuchillo enterrada en la cabeza.
A los vecinos que se mostraron impresionados por el terrible suceso no dejó de sorprender que 18 unidades móviles de la URI rodearan la escena del crimen y mucho más que permanecieran allí hasta las once de la mañana, “¿Qué hay de la seguridad en el resto de la ciudad”, se preguntaban. “Siempre actúan así?”
También hicieron sus observaciones acerca del local comercial al que calificaron como centro generador de conflictos al que nunca nadie controló ni puso restricción alguna.
Así como los policías tropezaron con un muerto junto a la mesa de pool también tuvieron que entenderse con una mujer que parecía confundida, obnubilada, también con el cantinero a quien no lograban despertar.
De todos modos los uniformados se informaron acerca de lo ocurrido y alrededor de las once salieron en busca del supuesto matador a quien encontraron y redujeron para llevarlo detenido a la Seccional 3a.
También a esa misma dependencia de la Unidad Regional I fueron llevados el dueño del local y la única mujer involucrada en el incidente, de unos cuarenta años de edad.
Al dueño del pool, dijeron las fuentes consultadas, le fue requerida su versión de los hechos, de modo que _al igual que la mujer_, la suya no es más que una declaración testimonial.
Las actuaciones sumarias fueron iniciadas por jurisdicción en la comisaría del barrio Candioti, pero los agentes de la Sección Homicidios se hicieron cargo del presunto matador y también de la investigación del cruento y oscuro suceso.