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Se trata de Marcelo Villalba. El hecho ocurrió 3 meses antes del crimen. En esa oportunidad manoseó a una mujer cerca del Obelisco. Mientras, un peritaje del Cuerpo Médico Forense concluyó que si bien Villalba puede comprender la criminalidad de sus actos, quizás no pueda dirigir sus acciones, por lo que podría ser declarado inimputable.
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Marcelo Sergio Villalba, uno de los detenidos por el crimen de Anahí Benítez al que la pericia de ADN identificó como el abusador de la adolescente, está imputado en una causa por abuso sexual simple por haber manoseado a una mujer a ocho cuadras del Obelisco, tres meses antes del femicidio de la joven, y la víctima de ese hecho criticó al juez y a la fiscal por haber liberado al acusado en solo 24 horas.
En tanto, las fiscales que investigan el crimen de Anahí solicitaron la prisión preventiva tanto de Villalba como del otro detenido que tiene el caso, Marcos Esteban Bazán, dueños de la casa donde se presume que asesinaron a la adolescente antes de enterrar su cuerpo en la reserva Santa Catalina, de Lomas de Zamora, donde fue hallado el 4 de agosto.
La existencia de la nueva causa contra Villalba fue confirmada hoy a Télam por fuentes judiciales pero surgió a partir de lo que la propia víctima, Katia Documet Silva, publicó en la red social Facebook que tituló "Anahí estaría viva si la Justicia hubiese reaccionado adecuadamente ante el aviso". "El 20 de abril de 2017, aproximadamente a las 12.30, mientras caminaba por la calle Carlos Pellegrini al 1200, a pocos metros de la esquina con Juncal, en dirección a Arenales, se me acercó un individuo que, con una manifiesta intención lasciva, puso fuertemente su mano derecha en mi cola", señala la mujer que es de nacionalidad peruana pero vive en Buenos Aires junto a su marido, abogado.
Documet Silva contó que ella reaccionó "a carterazos" y que todo fue observado por "una mujer policía llamada Sandra Cantero", a quien le está agradecida porque a pesar de que Villalba trató de escapar hacia la avenida 9 de Julio, logró reducirlo y detenerlo. La mujer contó que en la comisaría 15 formalizó la denuncia, que allí dejó constancia de que instaba la acción penal y que incluso se constituyó como parte querellante en el proceso por "abuso sexual". "Quizás lo que me hizo a mí no haya sido algo tan grave, pero me motivó a tomar ese rol activo un sentimiento de responsabilidad social con el género", escribió la víctima.
La mujer destacó que en la comisaría "se tomaron todos los recaudos para las cuestiones de género", ya que nunca la cruzaron con el imputado y siempre fue atendida por personal femenino, pero criticó lo que sucedió al otro día en el Palacio de Tribunales, donde dijo que "allí todo cambió". "Me hicieron sentir que los estaba molestando por una pavada. Ninguna consideración por la cuestión de género. Me cruzaron tres veces con el agresor (a pesar de haber pedido expresamente no cruzármelo) que hasta se fue en libertad antes que yo terminara de hacer los trámites y pasó por al lado mío con una sonrisa altanera", explicó.
Fuentes judiciales confirmaron a Télam que la causa y la audiencia de flagrancia, por el delito de "abuso sexual simple" -que es excarcelable-, se tramitó ante el juez de instrucción Luis Zelaya, quien subroga el Juzgado en lo Criminal y Correccional 44, y ante la fiscal 17, Cinthia Oberlander. "La defensora que asistía al imputado prácticamente no necesitó hablar porque quien mejor lo defendió fue la fiscal que se opuso a que se solicitaran las filmaciones (hay cámaras de seguridad en el lugar de los hechos) por considerarlas superabundantes, dada la flagrancia, pero después hicieron caer el trámite de flagrancia y lo convirtieron en trámite normal", señaló Documet Silva.
La mujer criticó nuevamente a la fiscal al asegurar que "se oponía a todo lo que pedían mis abogados y pidió que se lo deje en libertad inmediatamente, a pesar de que le apareció una causa en Dolores, donde se le habría ordenado una pericia psiquiátrica, y que no aportaba domicilio fijo". "Lo único que terminaron aceptando fue una restricción perimetral de 200 metros del lugar del hecho", afirmó.
La víctima remarcó que ella les advirtió "a la fiscal y al juez" que "una persona que no lograba contener la pulsión en la esquina de Juncal y Carlos Pellegrini, a las 12 del mediodía, delante de todo el mundo, contra una mujer grande ¿qué haría con una niña si se la encuentra sola y de noche" íLa viola y la mata!". "Bueno, resulta que Marcelo Sergio Villalba, el mismo que estoy querellando por abuso sexual por esta agresión que les relato, está ahora comprometido, tres meses después, por pruebas que lo vinculan con la violación y homicidio de Anahí Benítez", indicó Documet Silva.
Un peritaje del Cuerpo Médico Forense (CMF) realizado en el marco de ese caso concluyó que si bien Villalba puede comprender la criminalidad de sus actos, quizás no pueda dirigir sus acciones, por lo que podría ser declarado inimputable.
Las conclusiones del peritaje -que llegaron en las últimas horas al juzgado-, indican que "si bien surge capacidad psíquica para comprender el disvalor de su conducta, surge verosímil un desmedro en su capacidad de dirigir su accionar debido a su precaria, impulsiva y bizarra organización de la personalidad".
Fuentes judiciales consultadas por Télam explicaron que con la calificación del caso -un abuso sexual simple con pena excarcelable de 6 meses a 4 años de cárcel-, y con el hecho de que Villalba no registrara condenas previas, la fiscal Oberlander "no tenía fundamento jurídico para oponerse a la excarcelación".
Por su parte, las fiscales que tienen a su cargo la investigación por el crimen de Anahí pidieron el procesamiento con prisión preventiva de Villalba y del otro detenido que tiene el caso, Bazán.
Las titulares de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Femicidios de Lomas de Zamora, Verónica Pérez y Fabiola Juanatey, acusaron a ambos imputados de los delitos de "privación ilegal de la libertad y homicidio triplemente calificado por criminis causa -matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad-, por alevosía -por el estado de indefensión de la víctima-, y por violencia de género".
En el caso de Villalba (40), también se le sumó el delito de "abuso sexual agravado" -su ADN fue hallado en el cuerpo de Anahí y lo identificó como el presunto violador- y "robo", por haber obtenido el celular de la víctima. Con estas calificaciones legales, en el caso de ser hallados culpables en un juicio oral, Bazán (34) y Villalba podrían ser condenados a prisión perpetua.