Hace una semana un agente penitenciario, que también trabaja como remisero, protagonizó una dramática situación cuando ultimó a tiros a un asaltante. Ahora un policía, que también se desempeña como remisero, vivió una situación de extrema violencia.
Todo comenzó con el asalto a un remisero, que a su vez es personal policial. Tras los incidentes no hubo detenidos.
Hace una semana un agente penitenciario, que también trabaja como remisero, protagonizó una dramática situación cuando ultimó a tiros a un asaltante. Ahora un policía, que también se desempeña como remisero, vivió una situación de extrema violencia.
Todo comenzó durante la mañana del sábado cuando a la comisaría de barrio El Pozo llegó un hombre, que se identificó como personal policial, pidiendo ayuda debido a que momentos antes le habían robado en el remises que manejaba.
El denunciante agregó que los delincuentes se encontrarían en la plaza central del complejo de barrio El Pozo.
De inmediato la víctima junto a personal policial partieron hacia el lugar. En dicha circunstancia el denunciante bajó del móvil y fue al encuentro de unos 15 individuos (entre los cuales se encontraría el asaltante) con quienes comenzó a forcejar.
En dicho contexto los demás sujetos comenzaron a arrojar piedras de todo tamaño contra el personal policial y contra el patrullero que resultó con daños en su luneta trasera y lateral derecho.
Tras varios minutos de tensión se efectuó un disparo al aire con cartucho AT (anti tumulto) para poder salir de la zona hostil.
Una vez en la dependencia a la espera de colaboración el denunciante se retirói sin aportar mayores detalles a alta velocidad desobedeciendo la orden de que quede a la espera para realizar los trasmites sumariales.