El Litoral / Telam
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El hombre que hace 50 días estaba prófugo en Paraguay acusado de haber asesinado a puñaladas y luego descuartizado con una amoladora a su mujer Liliana González en un femicidio ocurrido en la villa 31 de Retiro, se entregó hoy ante la justicia paraguaya en la ciudad de Encarnación, informaron fuentes policiales y de la defensa.
Se trata de Waldo Servian Riquelme (33), quien tenía un pedido de captura nacional e internacional de Interpol por el femicidio de su mujer y esta mañana, a las 10 hora local, se entregó de manera voluntaria en la Defensoría Pública Penal de la ciudad de Encarnación, acompañado de su padre y del abogado que lo defenderá en la causa penal en Argentina, Alberto Caraballo.
"La entrega fue una decisión de mi asistido quien quiso ponerse a disposición de la justicia para responder por el hecho y ante sus hijos", dijo Caraballo en una comunicación telefónica con Télam. "Esperamos ahora que se inicie el proceso de extradición a Argentina, pero no el breve sino el de los tratados internacionales que le da todas las garantías a mi asistido. La justicia argentina ahora tiene diez días para presentar el requerimiento", explicó el letrado.
Sobre cuál será la estrategia de defensa o qué declarará Servian Riquelme cuando esté ante las autoridades judiciales de la causa, Caraballo respondió: "No quiero adelantar nada. Viajé sólo para acompañarlo y formalizar la entrega. No tuve la oportunidad de hablar con él sobre el hecho".
La entrega de Servian Riquelme se formalizó en las oficinas de la defensora oficial Leidi Viviana Matvichuk Rosa y de allí fue subido a un patrullero de la policía local que en las próximas horas lo iba a trasladar a la capital paraguaya, Asunción, porque allí está el juez penal que recibió el pedido de captura internacional.
Los detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, el juez Diego Javier Slupski y el fiscal Andrés Madrea, quienes intervienen en la causa, habían logrado reconstruir en los últimos días todos los movimientos del presunto femicida de la amoladora desde que cometió el crimen hasta que huyó a su país natal, donde estuvo 50 días fugitivo.
El problema radicó en que la búsqueda comenzó el domingo 17 de marzo, cuando ya había cruzado la frontera desde Misiones a su país natal, Paraguay. "Nos llevaba varias horas de ventaja porque el crimen lo había cometido el sábado y se fugó ese mismo día", dijo a Télam uno de los investigadores. El sábado 16 de marzo, día del crimen, Servian Riquelme dejó a sus dos hijos -un niño y una niña en edad escolar-, al cuidado de su hermana, también domiciliada en el Barrio 31, y por la tarde le pidió que los llevara la terminal de ómnibus de Retiro para despedirse de ellos porque tenía que viajar a Paraguay.
Los investigadores saben que ese sábado el imputado se tomó un colectivo rumbo a la provincia de Misiones y desde allí abordó un remís con el que quedó registrado cruzando a Paraguay a las 8.05 de la mañana del domingo 17 de marzo, cuando aún el cadáver descuartizado de su mujer no había sido hallado. El remisero misionero recordó que Servián Riquelme estaba nervioso, que le urgía cruzar a Paraguay y que para abaratar costos compartió el viaje con dos mujeres a las que no conocía.
Ya en Paraguay, el remisero dejó a Servian Riquelme en una terminal de micros y desde allí el imputado se dirigió a su pueblo natal, cerca de Encarnación, donde lo vieron cerca del domicilio de sus padres pero luego desapareció hasta que hoy se entregó.
La División Homicidios también está intentando localizar a un amigo albañil del prófugo que los días previos al asesinato de González estaba parando en la casa de la pareja y podría ser testigo o saber algo.
El femicidio de González, de nacionalidad paraguaya, fue descubierto el 17 de marzo cuando la policía irrumpió a la casa 108 de la manzana 110 de la calle 13 de la villa 31 de Retiro, donde convivía con su pareja. Al llegar al baño, los efectivos de la Unidad de Prevención Barrial 4 y de la Comisaría Comunal 1 encontraron los primeros restos humanos descuartizados, que luego se supo pertenecían a González. Otras partes del cadáver fueron halladas dentro del horno de la cocina, también en la terraza junto a un perro y la cabeza apareció con el pelo rapado.
Por la cantidad de restos, la policía pensó al principio que podía haber más de una víctima, pero luego los forenses determinaron en la autopsia que se trataba de González, quien fue asesinada a puñaladas y luego descuartizada con una amoladora eléctrica secuestrada en la escena.