Este miércoles se produjo un accidente aéreo en las afueras de la ciudad de Esperanza que tuvo como saldo dos hermanos oriundos de Santa Fe fallecidos. Se trata de Hernán Marcos y su hermana, Yael.
Este miércoles se produjo un accidente aéreo en las afueras de la ciudad de Esperanza que tuvo como saldo dos hermanos oriundos de Santa Fe fallecidos. Se trata de Hernán Marcos y su hermana, Yael.
Ambos volaban en un avión construido por el propio Hernán. En una entrevista publicada por El Litoral en 2010, Marcos contó cómo fue el proceso de fabricación de la aeronave, identificada por el Registro Nacional de Aeronaves como LV-X393.
“El avión se llama ‘Sonerai’ y fue diseñado en los años 70 por John Monett. Fue creado para uso recreativo. Es capaz de llevar dos personas en configuración tándem, esto significa que una va delante de la otra; el piloto va detrás. El ala es baja, su velocidad de crucero es de 140 millas (unos 224 km/h) y su velocidad máxima de 200 millas (320 km/h). Su consumo de gasolina es de 18 litros/h.”, explicaba este diario en la mencionada nota.
En esa entrevista, Marcos reconoció: “Mi sueño era tener mi propio avioncito, lo que venía postergando por distintas razones. Y ya sentía que era hora de hacerlo. Después de concretar varias averiguaciones, me di cuenta de que era imposible adquirirlo, por su alto costo para mi presupuesto. Pero no me di por vencido, seguí averiguando por distintas vías, internet, gente vinculada al medio aeronáutico, etc. Así decidí construir mi propio avión experimental”.
En otro tramo del artículo periodístico que publicó El Litoral, Hernán explicó: “Me puse a buscar nuevamente en Internet y después de varias horas de navegar lo encontré. Hoy por hoy, hay miles de alternativas para la construcción amateur: de madera, compuestos de fibra de carbono, metálicos, tubos y tela, etc”.
“Los planos los compré en Estados Unidos, vía Internet. En ellos está todo lo que se necesita para construir un avión: lista de materiales, todas las medidas, un manual indicativo de cómo hacerlo y por dónde empezar. Todo es muy completo. Como mi inglés es muy básico, pedí un poco de ayuda; tuve que aprender a interpretar los planos, sus medidas (que estaban en pies y pulgadas). Fue como volver al colegio. Yo sabía laburar los tubos metálicos con los que se construye el fuselaje, que van soldados. Después se recubre con tela aeronáutica, un material que yo nunca había trabajado; así que era el tema pendiente. Sin embargo, después de investigar, obtener mucha información y consejos de gente amiga, con un poco de ayuda pude hacer el trabajo”, agregó.
“Dedicamos más de mil horas de trabajo para construir este avión. Nos juntábamos a la siesta, de lunes a viernes, y los sábados casi todo el día. El domingo había que dedicarlo a la familia, que tanto ayuda; sin ella este sueño no hubiera sido posible. La construcción se realizó en el patio de la casa de un querido amigo, Leonardo D’Elia, partícipe de este proyecto y de su construcción ciento por ciento. Ahí teníamos el lugar suficiente para trabajar y también las herramientas. Una vez que estuvo terminado se desarmaron las alas y se trasladó el avión al aeródromo de Esperanza, donde se puso todo a punto y se realizó el primer vuelo de prueba”, contó.
Las alas del avión construido por Hernán Marcos son totalmente metálicas. El material utilizado para realizarlas fue el dural (una aleación de aluminio). Su construcción fue minuciosa, ya que en esta parte se encuentra el secreto para que cualquier avión pueda volar.
El motor se fue armando de a poco. “Tuve la suerte de conseguirlo. Estaba completamente desarmado, pero yo podía reparar el 70% de sus partes. Las partes faltantes las pude adquirir con paciencia, buscando mucho. Es un motor continental aeronáutico, de cuatro cilindros, refrigerado por aire, con doble encendido y doble bujía para una mayor seguridad. Tiene una potencia de 85 hp, suficiente para el avión, ya que su fabricante recomienda 70 hp”, dijo en aquel momento.