Imputados por asesinar a un vecino de un escopetazo en la cara solicitaron la libertad
Se trata de dos hermanos detenidos por el crimen de Sebastián Peloso, ocurrido en octubre de 2019 en barrio Cabaña Leiva. Pretendían la excarcelación, pero la jueza consideró que esto pondría en riesgo a la investigación.
Imputados por asesinar a un vecino de un escopetazo en la cara solicitaron la libertad
Rechazaron la solicitud de excarcelación de dos imputados por asesinar de un escopetazo en la cara a su vecino de Cabaña Leiva. Así lo decidió la jueza penal Rosana Carrara, luego de escuchar las declaraciones de los hermanos "Chavo" y "Pincho" Da Silva.
El fiscal de la Unidad de Homicidios Gonzalo Iglesias está al frente de la investigación del asesinato de Sebastián Peloso, el joven de 25 años que fue ultimado de un disparo la madrugada del 5 de octubre de 2019. En mayo de 2020 se logró la detención de los hermanos Julio Enrique "Chavo" (32) y Ángel Antonio "Pincho" (35) Da Silva, a quienes la fiscalía atribuyó el "homicidio calificado" de Peloso.
Desde entonces se encuentran en prisión preventiva, medida que fuera oportunamente dictada por el juez penal Rodolfo Mingarini. Este viernes, en una audiencia de revisión de esa cautelar presidida por la jueza Rosana Carrara, el defensor público Javier Casco ofreció una serie de alternativas a la prisión para que los hermanos Da Silva pudieran continuar el proceso en libertad.
Además, tanto "Chavo" como "Pincho" hicieron uso de la palabra, y declararon que aquella madrugada no estuvieron en la casa de la víctima -ubicada en Arenales al 10.200-, en un intento por desligarse de la acusación en su contra. El fiscal Iglesias se opuso a la excarcelación, tras considerar que los riesgos procesales continúan vigentes; algo con lo que estuvo de acuerdo la jueza, que rechazó el pedido de la defensa.
"Salió confiado"
Sebastián Peloso fue asesinado a sangre fría frente a su casa de Cabaña Leiva. La madrugada del sábado 5 de octubre, apenas unos minutos después de la medianoche, la víctima y su pareja dormían cuando la tranquilidad de la noche fue interrumpida por fuertes estruendos. Los escopetazos resonaban mientras las balas penetraban la humilde construcción de su hogar.
Cuando los estruendos cesaron, Peloso decidió salir a ver qué estaba ocurriendo. "Salió confiado", aseguró su pareja a los investigadores, y tras recorrer unos metros recibió un escopetazo en el rostro.
Uno de los atacantes -que para la fiscalía era "Chavo" Da Silva- se había escondido detrás de un tapial, y tras ver a Peloso acercarse se asomó y le efectuó un disparo con su escopeta calibre 16. Estaba tan cerca de la víctima -se calcula que a unos 4 metros- que se encontró un taco (objeto que separa los perdigones de la pólvora y del fulminante) dentro de su rostro. Siquiera hubo distancia suficiente para que esa perdigonada se abriera.
El joven fue trasladado al Hospital Mira y López en el auto de su suegro, pero a pesar del esfuerzo de los médicos por salvarle la vida, falleció a la 1 de la mañana. Según el informe de autopsia, tenía un orificio de entrada en el lado derecho de la boca, daño en los maxilares inferiores y superiores, y una hemorragia masiva que desató el shock hemorrágico e hipovolémico que causó su muerte.
Víctima y victimarios tenían un conflicto de larga data por el robo de caballos, según expuso la fiscalía cuando solicitó la prisión preventiva. Por esto, la mañana antes de su homicidio, Peloso había sido blanco de amenazas por parte de los hermanos Da Silva, que le manifestaron: "Cuidate que a la noche te vamos a caer". Jamás pensó que cumplirían, mucho menos que el resultado sería tan letal.
Aquella noche, el estruendo de las escopetas no sólo despertó a los ocupantes de la casita de Arenales al 10.200, sino también a los vecinos, que lograron asomarse y reconocer a los tiradores. Sus declaraciones fueron fundamentales para individualizarlos y para saber cuál de los Da Silva realizó el disparo que terminó con la vida de Peloso.
En el lugar en el que los testigos ubicaron a "Pincho" se levantaron vainas de escopeta de calibre 12. A "Chavo" lo ubicaron en un sector repleto de vainas de calibre 16, más precisamente detrás del tapial desde el que le disparó en la cara a la víctima.
Los hermanos permanecieron prófugos durante meses, e incluso amenazaron a varios testigos. La Agencia de Investigación Criminal (AIC) realizó al menos seis allanamientos para capturarlos, todos con resultado negativo. Recién el viernes 15 de mayo de 2020 se logró su detención en un operativo simultáneo: mientras que a "Chavo" lo detuvieron en inmediaciones del Aliviador n° 2 de la Ruta 168, a "Pincho" lo encontraron en una finca de Juan Bautista Alberdi al 1700 de Recreo.
Desde entonces permanecen privados de la libertad, mientras la investigación en su contra avanza.