Lunes 31.5.2021
/Última actualización 18:36
La inseguridad se sigue innovando en Santo Tomé, puesto que los hechos delictivos ya rozan lo tragicómico. Periódicamente los vándalos atentan contra la propiedad privada pero también atacan los bienes públicos, lo de todos. En otras oportunidades El Litoral dio cuenta de robos en los obradores municipales, la sustracción o rotura de los artefactos que integran el sistema de iluminación de la ciudad y hasta la desaparición del busto del Almirante Brown en la costanera, que -deducen- podría estar "descansando" en lo profundo del río Salado. Pero ahora, lo que los malvivientes se están llevando son las rejillas de hierro fundido que cubren las bocas de tormenta del centro de la ciudad. Robar estas pesadas tapas (con más de 70 kilogramos cada una) no solo afecta el normal funcionamiento de los desagües pluviales y el patrimonio municipal (que pertenece a todos los santotomesinos), sino que pone en serio riesgo la integridad física de las personas que transitan por esos sectores, ya que muchos tienen profundidades mayores a los 2 metros.
Desde el municipio creen que en este tipo de intervenciones delictivas, actúan grupos organizados que se movilizan en vehículos y poseen herramientas acordes al tipo de robo. Tras lo sucedido, la Municipalidad de Santo Tomé realizó la denuncia correspondiente para que la Justicia intente identificar a los responsables. Posteriormente, efectuó un relevamiento de las rejillas llevadas e invirtió unos 200 mil pesos en la adquisición de trece nuevas estructuras para la reposición. En tanto, la administración actual procuró difundir a través de sus redes sociales el mensaje a la ciudadanía de que si ven a personas en actitud sospechosa, en situaciones similares a las descriptas, se comuniquen al 911 o a las autoridades competentes.
Gentileza De a uno, imposible. Las pesadas rejillas de hierro fundido tienen más de 70 kilogramos de peso, lo que hace imposible que una sola persona pueda robar tantas tapas.De a uno, imposible. Las pesadas rejillas de hierro fundido tienen más de 70 kilogramos de peso, lo que hace imposible que una sola persona pueda robar tantas tapas.Foto: Gentileza
Tras esta depredación de las tapas del sistema público de desagües, el secretario de Obras Públicas, Sergio Trevisani, manifestó su preocupación a este medio no solo por el robo, sino principalmente por el peligro que ello acarrea. "Los hechos se incrementaron en la zona centro, pero ya habían pasado en otros puntos de la ciudad. La intendenta Daniela Qüesta nos instruyó a poner el énfasis en salvaguardar la integridad de las personas y por eso pudimos conseguir rápidamente una cantidad importante de rejillas", contó el funcionario del municipio santotomesino. En el día las buscaron y colocaron en los lugares donde habían sido robadas. Además se les hicieron puntos de soldadura para dificultar el "trabajo" de potenciales ladrones. Se trata de una medida que si bien reducirá las posibilidades de ser sustraídas, indudablemente complicará las futuras tareas de limpieza de esas bocas de tormenta.
"El municipio no tiene cámaras de seguridad en todas las esquinas y no puede darse cuenta de todo, por eso pedimos a la ciudadanía compromiso y que si ven personas sospechosas, que denuncien", reiteró el pedido Trevisani. A los robos de estos bienes públicos, se le suman otros tipos de acciones por parte de vecinos desaprensivos que dañan la infraestructura de la comunidad. "Lamentablemente notamos que rompen o se roban muchas luminarias y reflectores. Y en determinados espacios públicos, algunos sectores de la sociedad se los apropian y los convierten en tierra de nadie. Es muy triste para todos", cerró el secretario de Obras Públicas.