Por Juan Franco
En la madrugada del sábado último, dos sujetos ingresaron a una vivienda de Lavalle al 200 con fines de robo. Una vez en el interior, atacaron a la única ocupante y la amenazaron hasta obtener una suma de dinero que los decidió a huir, luego de encerrar a la víctima. Disconformidad de los familiares con la notoria demora en el comienzo de la investigación.
Por Juan Franco
Venado Tuerto volvió a ser sacudida por la violencia extrema en los primeros días del año con el tiroteo en inmediaciones del puente peatonal que cruza las vías, el domingo último, y el brutal asalto a una mujer de más de 90 años que vivía sola en su casa, en la madrugada del sábado, en pleno centro de la ciudad.
Aunque en principio el primero de los hechos, ocurrido sobre calle 2 de Abril y captado por las cámaras del Centro de Monitoreo municipal, acaparó la atención, no menos grave fue el episodio que se desencadenó en plena madrugada, pasadas las 3, en Lavalle al 200, cuyo violento desarrollo se puede observar, minuto a minuto, en imágenes difundidas a través de Canal 12 de Venado Tuerto, con precisiones aportadas por el periodista Héctor Pagano.
En primer lugar, en medio de la calle desierta, surge en escena un individuo que desciende de una motocicleta, cerca de la esquina de Lavalle e Iturraspe, aparentemente transportado por una mujer, y trepa hacia los altos de la vivienda; minutos después se aproxima otra moto, presuntamente con otra mujer en la conducción, el cómplice baja raudamente y replica la ágil maniobra de su cómplice para acceder.
Los familiares de la anciana, entre otras medidas de seguridad, habían instalado varias cámaras de seguridad en el interior de la casa (al menos cinco), que en estas circunstancias no sirvieron para impedir el atraco, pero sí para comprobar el salvaje accionar delictivo de los dos jóvenes. También se espera que esas imágenes ayuden a esclarecer el hecho lo antes posible, como también las del Centro de Monitoreo que captaron la llegada de los asaltantes.
Media hora de odisea
Con los bandidos ya merodeando, en las nítidas imágenes se observa a la mujer, que no estaba durmiendo, sino que permanecía sentada en la cocina, tranquila, hasta que oye ruidos en el exterior, se inquieta y se levanta para inspeccionar. Enseguida los malvivientes, tras descender del techo, se deslizan hasta un patio y, a pesar del enrejado, logran ingresar a la casa y reducir a la indefensa mujer.
Allí empiezan los 30 minutos de odisea, ya que le tapan la boca y -literalmente- la arrastran por toda la casa, bajo amenazas, exigiendo precisiones sobre el lugar donde guardaba el dinero en efectivo y otros elementos de valor. Incluso, en ese procedimiento perverso, los cobardes intrusos le atan las manos y la empujan a una silla, para luego soltarla e insistir con nuevos maltratos. Finalmente, después de revolver gran parte de la vivienda y obtener, tal vez, el botín buscado, la encierran y huyen por la puerta del frente.
“Lamentable, terrorífico y atroz”, fue la calificación del cronista de Canal 12 ante el repudiable episodio y, como también lo atestiguan las crudas imágenes, además de la crónica, no se puede más que coincidir con sus definiciones.
Demora injustificada
Si bien los delincuentes, a medida que pasaban los minutos, descubrieron algunas de las cámaras del interior de la casa y las obstruyeron, el registro fílmico exhibe detalles que debieran servir a la investigación.
Sin embargo, los familiares de la víctima exteriorizaron su enojo ante la falta de respuesta policial y judicial inmediata, tanto el domingo como el lunes. Y remarcaron que recién este martes acudió al domicilio una camioneta (ver foto principal -gentileza de Héctor Pagano-) de la Agencia de Investigación Policial (AIC) para iniciar las diligencias de rigor.
También trascendió que desde la familia decidieron difundir las imágenes de alta sensibilidad no sólo como un llamado de atención a la comunidad para extremar los cuidados en torno a los adultos mayores que viven solos, sino también para apurar la investigación policial luego del grave perjuicio sufrido en carne propia.
En principio, según deslizó Pagano, se sabe que la banda es de Venado, y está integrada por los dos sujetos que entraron a la vivienda y las dos mujeres que los trasladaron en moto, sin descartar un trabajo previo de inteligencia que podría sugerir una autoría intelectual