Martes 31.12.2019
/Última actualización 18:56
Mientras espera por Brian Fernández, gestiona por el “Rayo” Fértoli y destraba la operación “complicada” por un “9” de área, la dirigencia de Colón cerró el primer refuerzo para el equipo de Diego Mario Francisco Osella. Lo hizo ayer, después de la reunión de mesa chica, donde estuvieron los dirigentes (Vignatti, Fleming y Darrás), junto al secretario técnico Francisco Ferraro y el propio entrenador. Se trata del uruguayo Rafa García, que viene de coronarse campeón con Nacional de Montevideo, siendo una de las figuras del “Bolso”.
¿Por qué Colón pudo meter la cuchara para “sacarle” a Nacional de Montevideo un jugador-figura y campeón?. Porque Álvaro Gutiérrez, el entrenador campeón que lo usó de “5” a Rafa García renunció a su cargo. Y el que llegó en su lugar, Gustavo Munúa, tiene otro estilo: le gusta jugar por abajo, salir tocando y priorizar la pelota al piso.
El “Rafa”, que el 6 de enero cumplirá 31 años, conoce el fútbol argentino a la perfección: jugó en el 2016 en Defensa y Justicia y en la temporada 2017-2018 en Atlético Tucumán.
Este nombre, el de Rafa García, es un refuerzo “ciento por ciento de Osella”: lo apuntó el DT, lo buscó y tanto los dirigentes como Ferraro le dieron el gusto en las últimas horas. Para la prensa especializada de Montevideo, consultada por El Litoral, “Colón se lleva un refuerzo de jerarquía”.
Un recordado gol de García a Nacional, con la camiseta de Rampla Jrs
La rareza es que cuando Álvaro Gutiérrez tomó a Nacional en la sexta fecha, el “Bolso” estaba en una crisis deportiva total. Allí, una de las primeras medidas del entrenador fue “pedirle” a Rafa García un favor especial desde lo táctico: “Me tiene que jugar de “5”, como un tercer zaguero, adelante de la línea de cuatro”. Así lo hizo, Nacional empezó a ganar y terminó saliendo campeón. Con el Rafa rascando, cortando y metiendo “leña” en el mediocampo con la “5” de Peñarol. La llegada de Rafa marca una decisión que tomará Colón en las próximas horas: Lucas Acevedo o Damián Schmidt serán negociados “sí o sí”. La pelea, en la cueva, estará entre Guille Ortiz y Emma Olivera. Hoy El Litoral consultó a alguien allegado a Osella, que le encanta defender fuerte por el centro de la última línea: ¿podrá Colón jugar atrás con los tres zagueros y soltar laterales?. “Es una chance real”, contestaron. Lo que está claro es que, al jugar de “5”, Rafa García retrocede y achica espacios como poco en campo reducido. “Un especialista en hacer los relevos”, confiaron.
El presidente de Colón, que ayer habló telefónicamente pero no pudo concretar el “cara a cara” físico con Brian Fernández, quiere cerrar entre hoy y mañana la novela del “10”, que pasará Fin de Año hoy con los suyos en “La República de Yapeyú”, como le gusta decir al “38”.
El sueño de José pasa por “cerrar” el fichaje de Brian antes de volar a Canadá el 3 de enero: se va a Vancouver para abrochar la venta de Erik Godoy en casi dos millones de dólares, pero además podría acordar un convenio de cooperación deportiva con la franquicia canadiense: iría al país del norte algunos juveniles sabaleros. Sin dudas, hay perfume “verde” en el aire.
Con la certeza de Rafa García y la chance de Brian Fernández, Diego Osella quiere además un “3”, pidió al “Rayo” Fértoli —se está negociando y no es fácil— y un “9” de área. “Lo del “9” es algo muy raro si se concreta. Hay muchas manos arriba de la mesa operando para que se concrete”, admitieron ante la consulta de este diario.
Lo que está claro es que, en un mercado planchado, el primer paso que dio Colón es más que importante: se reforzó con una de las figuras de Nacional de Montevideo campeón en Uruguay. El “Rafa” García, primera cara nueva para Diego Mario Francisco Osella.
>>> La garra uruguaya en Colón: historia de trancazos y sangre
La historia de “Rafa” García está cargada de sinsabores, de idas y vueltas, de trancazos y de sangre. Se puede decir que a los 30 años, después de pasar por clubes de Uruguay, México y Argentina, su lugar en el mundo es Nacional, donde ganó tres campeonatos uruguayos: en las temporadas 2011-2012 (jugó dos partidos en el Clausura), 2014-2015 (disputó 14 partidos en el Apertura y luego se fue a Morelia) y en 2016. En ese torneo especial integró el equipo titular en dos encuentros y fue suplente en los otros 12.
García se formó en la cantera tricolor y con 21 años, sin debutar en Primera, fue cedido a Rampla Juniors. Regresó del préstamo para la temporada 2011-2012, cuando a los tricolores los dirigía el argentino Marcelo Gallardo.
Un mes antes de su debut en Nacional, García sufrió una terrible pérdida. Su padre, Roque, que era taxista en Maldonado, fue asesinado de un balazo en la cabeza mientras cumplía su labor. “Uno siempre trata de estar fuerte y salir adelante con todo”, expresó el jugador a Referí en 2016. Cuando festejó algún gol importante mirando al cielo, reconoció: “La primera imagen que se me vino a la cabeza es la de mi padre, siempre pienso que me está observando desde el cielo‘.
En 2012 salió nuevamente de Nacional, esta vez para jugar en Fénix. Regresó en 2013 a Nacional, con otro argentino como DT: Rodolfo Arruabarrena.
En enero de 2015 metió su primer pase importante al Morelia de México, pero la historia no terminó de la mejor forma: se rompió los ligamentos. Unos meses después estaba otra vez en Los Céspedes, para recuperarse de la grave lesión, pero no jugó en el equipo de Gustavo Munúa, y en enero de 2016 se fue a Defensa y Justicia.
A mediados de 2016 estaba otra vez en Nacional para jugar el Uruguayo Especial y luego Atlético Tucumán fue su destino en julio de 2017. Al cabo del préstamo, en julio de 2018, regresó a Nacional.
Desde entonces, no lo sacó nadie del equipo. Jugó siempre con Alexander Medina y volvió a hacerlo con Gutiérrez, quien lo necesitó de volante: “Si no tenés a un 5 que sea defensivo y que se ocupe de hacer los relevos, Viña no subiría tanto o los otros volantes no se irían tanto. Entonces sabiendo que está, en este caso el Rafa, vos sabés que podés atacar con los dos laterales”, dijo el último DT que lo dirigió y fue campeón. Ahora, lo espera Osella en Colón.