No es muy frecuente que coincidan un domingo de elecciones con partidos de fútbol. Pero hay registros en la historia reciente del torneo argentino y con Colón como protagonista.
Fue el domingo 8 de agosto de 1999. El sabalero empató sin goles con Vélez en Buenos Aires. En la provincia, ganaba Reutemann.
No es muy frecuente que coincidan un domingo de elecciones con partidos de fútbol. Pero hay registros en la historia reciente del torneo argentino y con Colón como protagonista.
Este domingo electoral en Santa Fe tendrá además la presentación del sabalero en condición de visitante frente a Argentinos Juniors. Sucederá lo mismo que ocurrió el 8 de agosto de 1999, cuando el rojinegro visitó a Vélez Sarsfield mientras la provincia elegía autoridades.
Como es habitual, El Litoral siguió de cerca ambos acontecimientos. La crónica de aquel domingo futbolero, atípico para los intereses de los santafesinos, tuvo a Enrique Cruz como enviado especial del diario.
“Colón dio lo que se esperaba”, fue el título de la nota. El partido terminó sin goles y el sabalero redondeó un buen primer tiempo y aguantó bien el cero en el arco propio. Algunos detalles de aquel día. Fue el debut de Miguel Russo como DT y la presentación de Alcides Píccoli en primera división.
En aquel equipo que inició el Apertura 1999 estuvieron otros jugadores importantes, como Hernán Díaz y Claudio “Pampa” Biaggio. Otro que debutó con la sangre y luto fue el paraguayo Carlos “Jairo” Morales Santos.
“Colón tuvo dos caras, aunque esto no implique que sea la idea a utilizar desde lo estratégico. Una cara fue la del primer tiempo, cuando le jugó "palo y palo" a Vélez, generándose un muy lindo partido. La otra fue la del segundo, cuando el equipo perdió el control de la pelota en el medio campo, se replegó veinte o treinta metros en la cancha, dejó de atacar con insistencia y terminó dando la impresión de que sólo quería llegar al final con el marcador en blanco”, publicó El Litoral.
El 11 que plantó Russo en el estadio Amalfitani fue: Leo Díaz; Hernán Díaz, Medero, Piccoli y Unali; Ricchetti, Marini, Gastón Córdoba, Morales Santos, Biaggio y Gorostidi.
“Un resultado que se valoriza mucho, no sólo por tratarse del debut de un equipo en formación, sino también porque se consigue ante un rival complicado, armado y compacto, que históricamente supo aprovecharse de situaciones como las de ayer, para sacar provecho y quedarse con los tres puntos”, remarcó Cruz en su comentario.
Ese Apertura del ‘99 finalizó con River Plate (44) como campeón, escoltado por Rosario Central apenas un punto por debajo (43). La tercera ubicación fue para Boca Juniors que terminó con 41 unidades. En lo que respecta a Colón, el sabalero terminó en la posición n° 17 producto de 19 puntos (cinco victorias, cuatro empates y 10 derrotas).
El mismo domingo, Santa Fe fue a las urnas. Para aquel entonces el sistema electoral provincial no contemplaba las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) pero sí, la ley de lemas.
Precisamente, el lema Partido Justicialista se impuso en el total de votos, llevando a su segunda gobernación a Carlos Reutemann. El PJ cosechó el 54,46% de los sufragios contra los 39,20% de la Alianza Santafesina.
“Reutemann, hasta el 2003”, fue el título de tapa de El Litoral el lunes 9 de agosto. En la portada también se publicó una foto de “Lole” junto a quien se quedó con las elecciones a intendente: Marcelo Álvarez. Precisamente, quien ganó los comicios en la capital provincial obtuvo unos 76 mil votos.
Un dato interesante fue el alto porcentaje de participación, que llegó al 80 por ciento del padrón habilitado para sufragar en la “bota”. Ese domingo, 1.716.598 santafesinos emitieron su voto, siendo 1.606.883 válidos. En blanco se registraron 97.227 (5,66%), mientras que nulos no llegaron al 1% (12.488).
Conocido el resultado electoral, Reutemann se plegó a los festejos frente a la Casa Gris. Desde uno de los balcones, el gobernador electo estuvo acompañado por el presidente de entonces, Carlos Menem, el candidato a presidente Eduardo Duhalde, el gobernador santafesino Jorge Obeid, su par entrerriano Jorge Busti y el electo intendente de la capital Álvarez.
“El pueblo argentino no come vidrio y sabe que la verdad está en el justicialismo”, dijo el presidente Menem. “Sólo el PJ es garantía de justicia social”, agregó el riojano.
En la crónica publicado por El Litoral aquel lunes postelectoral se destacó: “Pese a lo abultado del resultado en favor del oficialismo Reutemann aseguró a sus seguidores que no fue una campaña fácil y que le ‘costó mucho establecer una relación’ al comenzar su periplo por las localidades del interior por la situación económica en general”.
Y se agregó: “Inmediatamente agradeció a la gente que le dio ‘un envión espectacular’ y subrayó que durante los últimos días de proselitismo fue lo que le dio ánimo al candidato”.
En otro fragmento de la crónica se resaltó que Lole “anticipó que como su discurso preelectoral y su acción de gobierno será presidida por las ideas de ‘trabajo, sentido común y sacrificio’ y expresó que en las difíciles circunstancias económicas del país su gestión procurará imponer esas conductas con el ejemplo”.
“Antes de terminar su breve y pausada intervención apenas si nombró en la lista de gobernadores al candidato a presidente Duhalde y lo primero que hizo al terminar su discurso fue fundirse en un abrazo con Carlos Menem”, contó El Litoral 24 años atrás.
Paso obligado por la comisaría
Era la primera fecha del torneo y marcaba el debut en Colón de Miguel Angel Russo. Unión jugaba al día siguiente, el lunes. Se trataba de elecciones provinciales y municipales, con lo cuál ese partido ante Vélez se disputó el domingo en el José Amalfitani y no se modificó.
Quiénes fuimos a cubrir ese partido no pudimos votar, así que el trámite obligado del domingo, antes de ir a la cancha, fue el de pasar por una comisaría para justificar por escrito que nos encontrábamos a más de 500 kilómetros.
No obstante, lo que recuerdo es que una vez regresado a Santa Fe hubo que cumplimentar ese trámite para dejar asentada la ausencia. Con la justificación policial en mano (hubo también que explicar en aquél momento el por qué de la necesidad de contar con ese papel), el paso siguiente fue el de presentarse ante las autoridades electorales para asentar el por qué no se había emitido el voto ese domingo.
Fue una situación muy particular que seguramente habrá mantenido en vilo a buena parte de la ciudad. Eran otros tiempos, donde no todos los partidos se televisaban en directo. Aquél se jugó por la tarde y deduzco que no llegó en directo. Igual, el momento de disputa del partido fue durante el horario de votación y no como en esta ocasión, que será casi en simultáneo cuando se empiecen a conocer los resultados.
El día en que Reutemann orilló el millón de votos
Fue prometedor el inicio del segundo gobierno de Carlos Reutemann, en 1999. Pero el cambio de milenio era también el fin de un ciclo económico y político a nivel nacional. Ese año nada presagiaba lo que luego se vendría: el estallido de la Convertibilidad, iniciado en 2001 con el Corralito de De la Rúa y Cavallo, y ejecutado con mayor rigor en 2002 con el Corralón de Duhalde, que empobreció a los argentinos, marcó para siempre al sistema financiero y bancario, y condicionó todas las gestiones provinciales de esa época. Apenas pagar sueldos se convirtió en la máxima aspiración (que Santa Fe pudo sostener sin emitir cuasimonedas). La inundación de 2003 en la ciudad de Santa Fe y las muertes en la represión de 2001en Rosario completaron el cuadro de un segundo período de gobierno difícil, que cosechó bastantes menos elogios que el primero.
Debe decirse que el mapa político en 1999 en Santa Fe era muy distinto Por empezar no había alianzas o frentes que agrupen a la oposición en la provincia (como ocurre hoy con la UCR, el Pro y el PS) y que además las reglas de juego no se parecían a las actuales: regía la boleta sábana en lugar de boleta única y la Ley de Lemas en vez de las primarias abiertas y las generales. Con aquel experimento de dudosa transparencia terminó Jorge Obeid en su segunda gestión.
Para Reutemann, la del '99 fue una elección consagratoria, en la que no necesitó de la ley de lemas para imponerse. En el PJ hubo 13 sublemas y 8 de ellos llevaron la fórmula Reutemann-Muniagurria. Sin contar los apoyos logrados por los otros dos candidatos del peronismo rivales en su interna, sumó solo con su nombre y apellido 890.550 sufragios. Seguramente, se juzgaron los resultados de su primera gestión (1991-1995). El Lema Partido Justicialista, cuyo liderazgo nadie podía discutirle, contó nada menos que 925.110 votos, al agregarse los 22.543 de Carlos Bermúdez (hoy secretario de Comunicación Social de Omar Perotti) y 10.106 de María Cristina de los Ángeles Benzi, más 1.911 "al lema".
Fueron cifras que hasta hoy resultaron inalcanzables. El número de santafesinos que respaldaron a Reutemann para su segundo gobierno nunca más fue superado por otro postulante en elecciones provinciales, pese a que el padrón es lógicamente cada vez mayor. (En 2007, el primer gobernador socialista del país, Hermes Binner, estuvo cerca con 864.524).
En la última elección a gobernador del milenio pasado en Santa Fe, el plebiscitado Reuteman duplicaba y más, al otra vez candidato del radicalismo derrotado, Horacio Usandizaga. Las urnas mostraron que Carlos Alberto (así lo nombraban sus acólitos más devotos) tenía dos votos por cada uno del "Vasco". Había quedado muy atrás el año 1991, cuando sin Ley de Lemas el ex intendente de Rosario hubiera vencido al famoso deportista santafesino. El dirigente radical fue responsable, al igual que el ex gobernador Víctor Reviglio de la sanción de esa norma electoral polémica.
Se instaló sin dificultades el mito del millón de votos peronistas en Santa Fe y unos años después, en medio del "Que se vayan todos", Reutemann quedó a solo un "sí" de ser el presidente.
Reutemann en dos oportunidades no aceptó ser el jefe de la Casa Rosada: primero en el tumultuoso período tras la renuncia del radial Fernando de la Rúa a la presidencia, que no supo corregir a tiempo la imposible paridad entre el peso y el dólar del peronista Carlos Menem. El peronismo le ofreció al por entonces gobernador de Santa Fe hacerse cargo del Poder Ejecutivo Nacional cuando se sucedieron las crisis del interinato (por la ley de acefalía) del misionero Ramón Puerta, la breve presidencia del puntano Adolfo Rodríguez Saa (tres días) y los difíciles días del porteño Eduardo Camaño, también interino, del 30 de diciembre de 2001 y el 2 de enero de 2002, hasta que la Asamblea Legislativa eligió al nuevo presidente a Eduardo Duhalde. Más tarde, el propio Duhalde en ejercicio del poder, lo invitó a ser el candidato del peronismo, para las elecciones de 2003. No aceptó y Carlos Menem fue el más votado. Pero como no se presentó al balotaje asumió Néstor Kirchner.
Aún suspiran los dirigentes peronistas santafesinos con canas cuando se les recuerda el 8 de agosto de 1999, Reutemann traccionaba toda la boleta sábana y su presencia en la boleta daba amplias mayorías en ambas cámaras y en las principales ciudades santafesinas (salvo Rosario). Un par de meses después los santafesinos irían a las urnas otra vez para elegir presidente y diputados nacionales. Aquí también ganó Fernando de la Rúa, con 901.300 votos.