Su nombre surgió rápidamente luego del no de Repetto. Viene de dirigir el año pasado en Nacional de Montevideo. Es alguien elegido por la secretaría técnica y no ofrecido. Firma hasta diciembre del año que viene.
Era el plan B. El A quedó descartado con el no de Repetto. El B era Gustavo Munúa, otro uruguayo. Había un C y un D. Los cuatro técnicos que integraban la lista de la secretaría técnica formada por Roberto Battión, Alejandro Limia y Esteban Amut, habían sido apuntados por ellos. Ninguno formó parte de la larga lista de entrenadores ofrecidos, en la que había de todo y para todos los gustos. Con Pablo Repetto se buscó el perfil de un técnico con recorrido, logros y un buen coeficiente de eficacia (tiene el 57 por ciento de puntos cosechados en 16 años de trayectoria). Munúa tiene cuatro años menos que Repetto y también una menor cantidad de partidos dirigidos, aunque el porcentaje es interesante (el 55 por ciento de los puntos). No tiene títulos y eso lo diferencia de Repetto. Igualmente, hubo suficientes motivos para que la secretaría técnica lo apuntara y la dirigencia terminase arreglando con él.
Arranquemos por su carrera. Fue arquero de Nacional, donde consiguió todos los títulos que ganó (7). Incluso, el final de su carrera fue dando la vuelta olímpica, nada menos que derrotando al rival de todos los tiempos del tricolor: Peñarol. Fue arquero de la selección juvenil y de la mayor de Uruguay. Jugó dos mundiales (uno sub 20 y el de Corea-Japón). También atajó en La Coruña, Málaga, Levante de España y la Fiorentina. Como entrenador, además de Nacional, dirigió en Liga de Quito (le fue mal), Deportivo Fabril y Cartagena de España. En España tuvo buena actuación y en Nacional, en su segunda vez, sacó el 60 por ciento de los puntos.
Se fue cuando Nacional perdió 1-0 ante el modesto Rentistas, subido a la Primera División, en la final. Nacional tuvo dos oportunidades de ganar el torneo por adelantado, pero sendos empates ante Boston River y Deportivo Maldonado mantuvieron la igualdad con Rentistas hasta el final. Previo a ello, había perdido la final de la Supercopa uruguaya ante el Liverpool (4-2). En el plano internacional, lo mejor de Munúa como entrenador fue cuando puso a Nacional en cuartos de final de la Libertadores de 2016, frente a Boca.
¿Por qué lo elige Unión?. Porque en Nacional comandó un proyecto en el que hizo debutar a siete juveniles en Copa Libertadores y porque tuvo, el club, su plantel más joven de los últimos 40 años. Además, uno de sus ayudantes -Berman- trabajó en juveniles en Europa. "Encaja en el proyecto que tiene la secretaría técnica para el fútbol de Unión", dicen allegados a los que se encargaron de elegir al nuevo entrenador.
"El entorno se hizo complicado desde los hinchas, no hubo una gran comunicación del proyecto que tiene Nacional en este año, no hubo una comunicación clara de parte del club, ahí hubo una falla. No se comunicó la situación y lo que se pretendía este año, esto no significa que no se quería ser campeón", dijo Munúa apenas se alejó de la conducción técnica de Nacional. Aspecto que se deberá tener muy en cuenta, en Unión, para explicar muy bien qué es lo que se busca, hacia qué objetivo se apunta y por qué se eligió al hombre que se apuntó.
"Está dentro de lo que Unión puede pagar y está dentro de lo que pretendemos como proyecto", se encargaron de confirmarle a El Litoral fuentes allegadas a la dirigencia. Repetto, entre otras cosas, vio lo económico como uno de los obstáculos. Para Munúa, por lo visto, hay otras cuestiones que se pusieron por encima de lo económico en la balanza. ¿Por qué?, porque viene con un cuerpo técnico que, con él, suman cinco profesional (un DT, dos ayudantes y dos PF).
Nacido en Ferrol, Félix Martínez es un preparador físico que conoció en España y que trabajó durante seis temporadas en el Deportivo La Coruña formando parte del staff técnico de Clarence Seedorf como el encargado en gestionar la carga de trabajo y la motorización de los entrenamientos con el sistema de GPS. Con Munúa coincidió en el filial blanquiazul (Deportivo Fabril) y se marchó junto al preparador uruguayo al Cartagena en el verano de 2017. Este será el preparador físico que traerá a Santa Fe.
En cuanto a Christian Berman, lo apodan "Oso" y dicen que es el mejor amigo de la infancia de Munúa, con quién coincidió en las categorías inferiores del Nacional. Fue su segundo entrenador durante los ocho meses que Munúa se hizo cargo del Fabril, previa experiencia al frente del segundo equipo del Deportivo Teruel y en la cantera del Southampton inglés. Es decir, tiene también un recorrido como entrenador de formativas. Los otros dos colaboradores son Pablo Sánchez (segundo preparador físico) y Jorge Barrios (segundo ayudante de campo). En total, cinco profesionales como mínimo, pues habrá que sumar al entrenador de arqueros.
Gustavo Munúa llega a Unión sin intermediarios ni nadie que lo haya ofrecido. A la pregunta tradicional que hace cualquier entrenador: "Muchachos, ¿cómo llegaron a mí?, ¿quién me recomendó?", seguramente la respuesta de Battión como cabeza de grupo de la secretaría, habrá sido rotunda: "Nadie, te conocemos y creemos que sos el DT que encaja en el proyecto que tiene Unión en lo deportivo". No deja de ser un buen aval, un punto de partida interesante. Es la elección de la secretaría técnica (en lo deportivo, porque el arreglo económico lo hicieron los dirigentes) y son ellos los que asumen también el desafío. Se llega a Munúa persiguiendo una idea de corto y mediano plazo. Creen que su estilo de juego -lo tildan de ofensivo- se adapta al de los jugadores de Unión. Igual que el esquema (preferentemente utiliza el 4-2-3-1).
Como todo cambio, genera expectativa. Más allá de las opiniones -las tendrá a favor y también en contra- hay que verlo en acción. El fútbol argentino no deja de deparar sorpresas. Dicen que Munúa es amigo del "Cacique" Medina y ese es un ejemplo de alguien que armó un trabajo notable, en Talleres, que está rindiendo frutos en todo aspecto (deportivo y también económico con los millones de dólares que ingresaron al club por las ventas). Y el sorprendente Flores, en Godoy Cruz, es otra muestra de la enorme versatilidad que gobierna a nuestro fútbol.
¿Cuándo viene?
Teniendo en cuenta que el viernes 1 de octubre se levanta la medida de hacer cuarentena cuando se llega desde el exterior, la idea es que Munúa y su cuerpo técnico viajen ese mismo día en forma directa a Mar del Plata o que lo haga directamente a Santa Fe el sábado. Desde ya que el partido con Aldosivi será dirigido por Mosset, quien seguramente modificará muy poco (o nada) del equipo que puso el domingo y le ganó a Patronato.
Jugó una final contra Perezlindo
Gustavo Munúa fue el arquero de la selección juvenil de Uruguay que disputó el Mundial de Malasia en 1997 y cayó 2 a 1 en la final contra Argentina, que era dirigida en ese momento por José Néstor Pekerman.
En el equipo nacional jugaba Martín Perezlindo, que fue suplente en aquél encuentro y no ingresó, pero que antes lo hizo contra Inglaterra y Brasil, selección, esta última, a la que le convirtió un gol en el triunfo por 2 a 0 (el otro tanto nacional fue de Scaloni).
En ese equipo uruguayo dirigido por Víctor Púa, jugaba, entre otros, Meloño, Zalayeta, Regueiro, Lembo y el Loco Abreu.