Martes 2.3.2021
/Última actualización 18:33
Aquélla famosa obra literaria australiana que vendió más de 33 millones de ejemplares cae como anillo al dedo para esa explosión de júbilo que generó este tal Daniel Juárez -jugador que siguió y recomendó Martín Zuccarelli- para gestar el triunfo más festejado desde que Azconzábal dirige al equipo, después de aquella victoria en Guayaquil ante Emelec. Aquélla obra se llamó "El Pájaro canta hasta morir". En el 15 de Abril, el "Pajarito" Juárez cantó hasta la afonía su gol cuando el partido se moría, cuando el empate le quedaba redondo y cuando Unión era, de los dos, el que más sufría. Por algo, Azconzábal explicaba luego del partido el por qué de algunas modificaciones, como los ingresos de Nani y Corvalán. Necesitaba juego aéreo. Es cierto que los dos podían dárselo en el área rival, pero de la manera en que estaba planteado ese final dramático, con Lanús inclinando, levemente pero inclinando al fin, la cancha hacia el arco de Moyano, podían ser más útiles defendiendo que atacando. Era empate y estaba bien. Terminó siendo victoria de Unión como podría haber sido también de Lanús. En definitiva, fue tan frontal, tan honesta, tan franca la propuesta de los dos, que cualquiera de los resultados era factible. Y acabó siendo de Unión por aquél contragolpe del "Pajarito" Juárez que terminó con un remate cruzado, violento, que doblegó a Morales.
Se despojaron por completo de preconceptos. Cada uno cuidó lo que tenía que cuidar, pero el objetivo estuvo en el arco rival. Por ejemplo, Unión sabía que debía cortar el circuito en el medio de la dupla Belmonte-Quignón para que la pelota no le llegue bien jugada a los cuatro de arriba. Y atacó mucho, como siempre lo hace, por el sector de Federico Vera, esta vez armando un muy interesante tándem con Zenón, una de las figuras del partido detrás de García. Unión perdía injustamente, porque si algo debe todavía ajustar este equipo, es la parte defensiva: le hicieron otro gol de cabeza y cometió otro penal. Pudo empatarlo en el marco de un partido intensísimo y con cierta paridad, pero necesitó de una brillante tapada de Moyano para que el primer tiempo terminase 1 a 1.
Manuel Fabatía La pelota doblega las manos de Morales y se mete en el arco. Fue el tercero de Unión, el que hizo desatar la euforia cuando muchos firmaban el empate.La pelota doblega las manos de Morales y se mete en el arco. Fue el tercero de Unión, el que hizo desatar la euforia cuando muchos firmaban el empate. Foto: Manuel Fabatía
¡Qué importante es la presencia de un jugador con gol, máxime si el equipo crea situaciones y precisa de un definidor! García viene demostrando con creces que está en ese camino. En el primero definió ante la salida de Morales y en el segundo capitalizó un centro preciso y precioso de Zenón para volver a empatar un partido que a Unión se le volvía a complicar porque pasaba de un potencial 2 a 1 a favor (el mano a mano de Zenón y la definición con el arco desguarnecido) al 1-2 por el penal que hizo Galván y que convirtió Sand.
El partido empezó a "pincharse", el cansancio se notaba y las huellas de la batalla futbolística sin cuartel que brindaron desde el primer minuto hacía estragos en la parte física y también futbolística de ambos equipos. Pero seguían yendo al frente, no escatimaban esfuerzos, no especulaban. Los dos querían ganar el partido Siempre lo quisieron ganar. No aflojaron, aunque las piernas ya no respondían y los cambios no daban los resultados deseados. Ya Vera dejó de ir al frente y Bernabei se encargó de ser el factor sorpresa por ese costado; ya Zenón, volcado por izquierda, dejaba de desbordar y Lanús, con muchos centros y alguna que otra pelota quieta o tiros de esquina, inclinaba la cancha hacia el arco de Moyano.
Unión lo ganó en el final
El contragolpe del "Pajarito" Juárez hizo estallar de alegría a Unión. Fue la liberación y el premio a ese contrapeso que fueron los dos partidos anteriores. Ligó por fin Unión. No porque haya tenido suerte, sino porque en los otros dos partidos, los empates habían tenido sabor a poco; inclusive el de Atlético Tucumán, también conseguido cuando expiraba el partido. Esta vez, el empate estaba bien. No pienso cambiar el concepto por más que se haya ganado. Si terminaba empatado, hubiese dicho lo mismo respecto de la propuesta abierta y del buen camino en el que está este Unión de Azconzábal, mejorado, más trabajado, con jugadores que le responden al técnico y con más virtudes que defectos.
Es cierto que los resultados son los que gobiernan y los que permiten trabajar con tranquilidad. Unión ganó como podría haber empatado y hasta perdido el partido. Fue un gran premio, como también significó un castigo hasta desmesurado hacia un Lanús que también da muestras de ser un equipo trabajado, que juega bien y que sabe lo que quiere en la cancha.
Manuel Fabatía Juan Manuel García, el goleador en la era Azconzábal, festeja uno de sus tantos con el chileno Peñailillo, que fue de menor a mayor.Juan Manuel García, el goleador en la era Azconzábal, festeja uno de sus tantos con el chileno Peñailillo, que fue de menor a mayor. Foto: Manuel Fabatía
Ahí también radica el mérito de Unión. No le ganó a cualquier rival sino que lo hizo ante uno que le salió a jugar de igual a igual, que le cambió "palo por palo", que lo exigió y frente al que tuvo una actitud abierta, frontal, ofensiva y positiva ante la adversidad.
Es un equipo nuevo el de Unión, tuvo que dar vueltas Azconzábal para lograr un nivel aceptable y lo ha conseguido. Al menos, eso es lo que se desprende de estas tres primeras fechas. Mereciendo un premio mayor en los otros partidos -sobre todo el del lunes pasado ante Huracán- y quedándose con un "plus" en el de anoche. El fútbol, esta vez, terminó devolviéndole lo que en otros partidos le había quitado o no le había permitido conseguir.
El próximo partido de Unión será el domingo, en Paraná, cuando visite a Patronato, a partir de las 19.20. Luego, volverá a ser local ante Gimnasia, el viernes 12.