La vacunación contra el Covid-19 sigue adelante entre grupos de distintas edades y mientras se convoca a la población a completar el esquema de dos dosis, ya se planifica la inminente colocación de una tercera. ¿Cuándo? ¿Para quiénes? ¿Por qué?
La primera estrategia se iniciará en el arranque de noviembre. La segunda, en diciembre. Todo mientras sigue la campaña de inmunización al resto de la población.
La vacunación contra el Covid-19 sigue adelante entre grupos de distintas edades y mientras se convoca a la población a completar el esquema de dos dosis, ya se planifica la inminente colocación de una tercera. ¿Cuándo? ¿Para quiénes? ¿Por qué?
Primero, conviene tener en cuenta que dosis adicional y dosis de refuerzo son dos estrategias diferentes, con distintos destinatarios y plazos.
Así, la administración de una dosis adicional luego de un esquema primario se realiza cuando la respuesta inmune inicial es probablemente insuficiente. En tanto, la dosis de refuerzo o booster se aplica luego de un esquema primario con respuesta inmunológica inicial suficiente que, probablemente, disminuya con el tiempo.
Para quiénes
De acuerdo al material publicado por el Ministerio de Salud De la Nación y comunicado a todas las jurisdicciones provinciales, incluida Santa Fe, la aplicación de una dosis adicional, que en la provincia arrancará en los primeros días de noviembre, está recomendada para personas con inmunocompromiso que hayan recibido un esquema primario con cualquier vacuna contra la COVID-19. Y también, para personas de 50 años o más que hayan recibido un esquema primario de vacuna a virus inactivado (Sinopharm).
Con inmunocompromiso se alude a quienes reciben tratamiento oncológico para tumores sólidos y onco-hematológicos; son receptores de trasplante de órgano sólido en tratamiento inmunosupresor; receptores de trasplante de células progenitoras hematopoyéticas en los últimos 2 años o en tratamiento inmunosupresor; inmunodeficiencia primaria moderada o grave; personas viviendo con VIH y tratamiento activo con corticosteroides en dosis altas o medicación inmunosupresora.
En todas las personas con inmunocompromiso de 18 años y más, se utilizarán esquemas homólogos o heterólogos "priorizando el uso de vacunas de vectores no replicativos para esta dosis adicional y según disponibilidad de las mismas". En personas inmunocomprometidas menores de 18 años deberá utilizarse las vacunas que estén autorizadas para su uso, aun cuando se trate de esquemas homólogos. El intervalo mínimo de aplicación de la dosis adicional, en todos los casos, será no inferior a 4 semanas desde la aplicación de la última dosis del esquema primario.
En cuanto a las personas que cumplieron o superaron los 50 años, la dosis adicional está destinada a quienes recibieron el esquema a virus inactivado (Sinopharm). "En este caso se priorizará una dosis adicional heteróloga, para lo cual se recomienda el uso de una vacuna de virus no replicativo según disponibilidad, condiciones que faciliten la rápida descentralización y acceso, a fin de lograr cubrir con esquema ampliado a toda esta población en el menor tiempo posible" (AstraZeneca).
En definitiva, esta estrategia no es igual a la dosis de refuerzo o booster que, como se dijo, se administra "luego de un esquema primario con respuesta inmunológica inicial suficiente", pero ante la probabilidad de que esa respuesta disminuya con el tiempo. Estas dosis de refuerzo se comenzarían a aplicar en diciembre.
Las razones
"El objetivo primario del Plan Estratégico para la vacunación contra la COVID-19 en Argentina está centrado en la protección contra la hospitalización, las complicaciones y la muerte. El desarrollo de vacunas contra SARSCoV-2 eficaces y seguras ha logrado cumplir con esta premisa, en particular en aquellos grupos etarios o con factores de riesgo asociados con un resultado desfavorable", indica el documento de la cartera nacional de Salud.
No obstante, la evidencia científica "relacionada con la efectividad, seguridad e inmunogenicidad que otorgan las vacunas contra la COVID-19 y las características epidemiológicas de la pandemia", hace que los planes de vacunación tengan un importante componente dinámico a fin de sostener los resultados inicialmente alcanzados. Si se recuerda, la campaña sanitaria comenzó por el personal de salud, personal priorizado, personas más añosas y luego continuó por jóvenes, adolescentes y ahora niños y niñas. Siempre de acuerdo con las recomendaciones de los organismos científicos.
En el país el impacto positivo de la vacunación se explica claramente en la disminución de muertes e internaciones en salas de terapia intensiva, pero "la respuesta inmunológica y la efectividad de las vacunas presentan variaciones según las características del receptor, es decir, las diferencias en las respuestas en personas con inmunosupresión y la inmunosenescencia han sido descriptos para otras vacunas, algo similar a lo que está ocurriendo, con evidencia creciente con respecto a las vacunas contra SARS-CoV-2".
En estos estudios se apoya la decisión de instalar la tercera dosis, junto con la presencia cada vez más protagónica de la variante Delta que tiene, además, una mayor transmisibilidad.
A esto se suma como argumentos el impacto que tuvo la enfermedad en la mortalidad de personas de mayor edad y un dato práctico pero indispensable: la disponibilidad de dosis para desarrollar esta nueva etapa de la campaña sanitaria sin afectar la inmunización del resto de la población.