Domingo 23.6.2019
/Última actualización 11:56
Tras el histórico brote de dengue que sufrió Santa Fe con 287 casos entre enero y mayo, ahora con la llegada de las bajas temperaturas las personas afectadas empezaron a disminuir. A medida que avance el invierno descenderá aún más, ya que el mosquito aedes aegypti no resiste las temperaturas inferiores a los 7 grados.
Además de estudiar en profundidad la enfermedad del dengue, investigadores del Conicet analizarán la bacteria que provoca la leptospirosis. Para ello comenzaron un trabajo participativo junto a los vecinos de los barrios del oeste de la capital provincial. Precisamente, el brote de dengue en la ciudad comenzó en enero con los primeros pacientes residentes de los barrios Chalet y Centenario.
El proyecto impulsado por el Conicet, y llevado adelante junto a los vecinos, consiste en tomar muestras de agua y barro para conocer cómo evoluciona tanto el virus como la bacteria en las distintas estaciones del año.
“Tratamos de entender estas dos enfermedades de manera simultánea porque la gente que se contagia dengue o leptospirosis tiene síntomas similares como fiebre alta, dolores musculares, de cabeza y que puede ser tanto una como la otra”, argumentó Andrea Previtali, docente e investigadora del Conicet, en diálogo con El Litoral. A su vez detalló que “a la bacteria que genera la leptospirosis le gustan las charcas de agua más turbia (como el barro) y el virus que trasmite el dengue está más presente en aguas transparentes por eso están más en los recipientes”.
Sobre los aspectos que comparten estos organismos microscópicos, la investigadora del Conicet comentó que “a ambos les viene bien que haya humedad, mucha sombra, las temperaturas cálidas. Por eso nosotros vamos a monitorearlos en otras estaciones del año, empezamos ahora pero vamos a continuar en primavera, luego en verano, para entender así cómo cambian en el tiempo”.
En relación a los resultados, la investigadora fue cauta e informó que estiman tener los primeros datos en alrededor de dos meses. “Son técnicas costosas y requieren de mucho procesamiento en el laboratorio y nos va a llevar tiempo obtener resultados”, contó.
“Bienvenidos los investigadores que vienen a aportar su mirada sobre un problema que ya tenemos en el barrio y que es el dengue. Cuando hizo mucho calor tuvimos muchísimos casos de dengue en Chalet, por eso ahora la propuesta es trabajar articuladamente entre los vecinos, el centro de salud y el equipo de investigación”, indicó María Claudia, vecina del barrio Chalet, quien explicó que esta “investigación participativa”, implicará “recorrer el barrio, ver los lugares donde puede crecer la larva e identificar donde hay ratas para detectar si la leptospirosis es también un problema para el barrio”, sostuvo la vecina.
En este trabajo colaborativo, los investigadores le propusieron a los vecinos ubicar en un mapa las zonas —con diferentes colores— donde hay microbasurales y habitan animales, como caballos, chanchos o vacas, por ejemplo. “Ahora con ese mapa vamos a poder ir a los lugares marcados a sacar muestras, tenemos más o menos entre 11 y 12 lugares”, dijo uno de los investigadores, y comentó que “la propuesta que nosotros traemos es para que las acciones que realizamos como investigadores promuevan en los vecinos un rol activo y de toma de conciencia, a pesar de que ya en este barrio están movilizados e inquietos por las situaciones que afectan la salud”.
En virtud del último brote y para buscar soluciones o formas de combatir estas enfermedades, Previtali concluyó: “Nos interesa el dengue porque tiene un componente fuerte a través del mosquito, y la leptospirosis porque es una bacteria que la trasmiten los animales, no solamente las ratas, sino también los perros, los caballos y los cerdos, y que persiste en el ambiente en zonas inundadas, charcos y en zanjas. Por eso, entre todos ideamos las preguntas que nos interesan y en los lugares que decidimos trabajar, y así resolver las inquietudes que surgen desde el barrio y el centro de salud”.