De la Redacción de El Litoral
area@ellitoral.com Como una serie de eventos desafortunados podría resumirse lo que viene ocurriendo en el edificio del Museo Ferroviario de la ciudad (San Luis al 2900). Es que las condiciones de la infraestructura del histórico inmueble empeoran día a día y dependen de cuestiones tan frecuentes y ajenas como la lluvia. El reclamo del secretario de Prensa de la institución, Andrés Andreis, por la situación no es de ahora. Por el contrario, desde hace años reitera las advertencias sobre el deterioro progresivo y la necesidad de que el edificio que fue sede del ferrocarril pase a manos del Estado provincial o municipal para luego gestionar fondos para el arreglo. Actualmente, es el Estado nacional el dueño tanto de la sede del museo como de la del Registro Civil, con la que comparten paredes y por supuesto, los inconvenientes. Después de la lluvia de ayer, otra vez los techos filtraron y buena parte del agua que ingresó quedó en las galerías del primer piso y cayó hacia la planta baja; también se desprendió parte de la mampostería dejando enormes aberturas en el techo por donde, en la próxima lluvia, ingresará más agua. La humedad de las paredes ya cubren casi la totalidad de algunas habitaciones por lo que, para la última “Noche de los Museos” que organizó la secretaría de Cultura de la Municipalidad, los encargados tuvieron que cubrirlas con tela friselina para disimular el pésimo estado. Los revoques se caen de a pedazos. La acumulación de agua y la humedad arruinó archivos, cuadros, computadoras y elementos de exposición del muestrario que contiene el museo. “Cada vez que tenemos una visita programada venimos dos horas antes para dejar las instalaciones en condiciones de ser mostradas”, explicó Andreis. El secretario de prensa de la institución contó que hace un tiempo el arquitecto Andrés Bassino realizó un relevamiento del estado del edificio. En el informe que elaboró advirtió que la situación de los techos es crítica en algunas áreas como el ala norte, lindante al edifico del Registro Civil y el ala sur también. “El termino ‘crítico’ implica tanto el riesgo de la estructura portante como el daño que ocasiona a la superficie, las cuales deberían protegerse como pisos de madera, cielorrasos, paredes, el mobiliario y la documentación”, señaló Andreis. Las palomas merecen un capítulo aparte. “Se meten y hacen nidos por todos lados, dejan su excremento y ya no sabemos cómo espantarlas”, describió. Se las llevó el viento Funcionarios de la actual gestión y de anteriores gobiernos se comprometieron ante el propio Andreis a realizar los trámites necesarios para solucionar el tema de la propiedad del edificio, pero hasta aquí nada cambió. “El inconveniente subsiste desde hace 22 años cuando los ferrocarriles perdieron protagonismo en el sistema de transporte nacional”, recordó Andreis. Si bien el inmueble se cedió a la institución para crear el museo, el trámite no avanzó más. “Tanto la ministra de Innovación y Cultura de la provincia, María de los Angeles González como el vicegobernador Jorge Henn están al tanto de lo que pasa en el museo porque se los expliqué personalmente pero no logramos atención, que debería ser urgente”, lamentó Andreis.
>>> 1.050 alumnos de diferentes niveles y docentes pasaron en lo que va del año a conocer la historia de los ferrocarriles en la provincia y el país.