Las escasas precipitaciones en la región son el común denominador desde hace más de tres años. La ciudad de Santa Fe no quedó exenta y tuvo un agosto más seco de lo normal.
Solo hubo eventos de lloviznas que no alteraron el pluviómetro del Centro de Informaciones Meteorológicas de Ciudad Universitaria. En 2014 fue la última vez que el valor fue de 0 milímetros. A partir de septiembre las precipitaciones empezarían a ser más importantes.
Las escasas precipitaciones en la región son el común denominador desde hace más de tres años. La ciudad de Santa Fe no quedó exenta y tuvo un agosto más seco de lo normal.
En todo el mes de agosto el pluviómetro del Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM-Fich-UNL), ubicado en Ciudad Universitaria, no registró ni medio milímetro de agua. Si bien hubo dos días con eventos de lloviznas y garúa (8 y 17 de agosto) no alcanzaron a alterar los equipos de medición.
El ingeniero Ignacio Cristina, docente e investigador del CIM, dialogó con El Litoral y comentó: "Agosto, al contrario de los meses de febrero, marzo y abril que son los más lluviosos, es el menos lluvioso, por una cuestión casi lógica en la cual a medida que nos introducimos en el invierno, las masas predominantes suelen ser más secas, más allá de los sistemas frontales que pueden generar lluvias de diversas características".
Sobre lo que ocurrió en el vigente mes, Cristina indicó que "los dos días con lluvia que tuvimos fueron de muy baja intensidad, garúa o lloviznas. Si bien uno ve que llueve, la magnitud es tan pequeña que los equipos no alcanzan a registrarlas".
Al repasar la última vez que sucedió que en un mes no se registren niveles de lluvia en la capital provincial hay que remontarse al 2014, es decir 9 años atrás.
En las estadísticas del CIM-Fich-UNL se destacan otros agostos en los que el nivel fue muy por debajo de la media: 2004 (1,60 mm); 2008 (2,80 mm); 2010 (4,50 mm); 2016 (4 mm); 2020 (3 mm).
En el acumulado de los meses que quedaron atrás en este 2023, los registros revelan que la precipitación en la capital santafesina sumó 396 milímetros, cuando la media anual esperada, según los últimos 10 años, es de 1059,89 mm.
"Por lo general nuestra zona oscila en un promedio anual entre los 1000 y los 1200 mm. Ahora obviamente se observa la afectación de los últimos años de sequía que se tienen en cuenta para el promedio. Con más de la mitad del año recién llevamos 396 mm, no llegamos ni al 50% de lo esperado", mencionó y agregó que "venimos con un año, salvo mayo (llovió en un solo día más de la mitad esperada para ese mes), el resto de los meses se mantuvieron por debajo del promedio".
De igual manera, el especialista hizo la salvedad y explicó que "se ha dado en otros años en los que se llega a la mitad del año superándose la media y después no llueve lo que se espera y quedamos con números bajos. Ahora se da lo mismo, no hay nada que diga que en los últimos cuatro meses que quedan llueva arriba de la media de los últimos 10 años y lleguemos o superemos el promedio anual".
Como se viene comentando en los últimos meses, el clima atraviesa un período de transición entre La Niña (fenómeno que prevaleció en los últimos tres años) y El Niño que está en formación y con una alta probabilidad de que se afirme durante los meses venideros. "Este período de transición potencia las bajas lluvias en el invierno y sobre todo lo que ocurrió en este mes de agosto", indicó el investigador del CIM.
Acerca de lo que podría ocurrir posterior a esta estación seca, y las probabilidades de revertir este déficit hídrico, Cristina analizó que "a medida que nos acercamos al comienzo de la primavera, se acerca la etapa donde comienza a magnificarse la presencia de lluvias. Por lo general, entre mediados de septiembre y octubre inicia la temporada, y deberíamos ver un aumento en la probabilidades o frecuencias de precipitaciones en la región".
Según lo que pronostica el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Santa Fe comenzará septiembre con probabilidad de lluvias durante este fin de semana que se avecina. "Lo que se analiza en los organismos a nivel mundial es que el período de atenuación de La Niña y el pasaje a un Niño neutro, empieza a modificarse hacia un Niño positivo y será a partir de septiembre/octubre", comentó el ingeniero.
De cumplirse estos pronósticos, la situación de déficit hídrico comenzaría a revertirse. Al consultarlo sobre cuántos valores pueden precipitar, Cristina señaló que "eso es muy difícil de prever. Lo que sí se puede decir es que frente a esta combinación podría haber un aumento de frecuencias de lluvias".