Sábado 5.6.2021
/Última actualización 10:50
En 1972, la Asamblea General de la ONU designó el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente. En los subsiguientes años, este día ha sido tomado como una plataforma para crear conciencia sobre los problemas que enfrenta nuestro medio ambiente como la contaminación del aire, la contaminación por plásticos, el comercio ilegal de vida silvestre, consumismo, seguridad alimentaria, etcétera.
El tema del Día Mundial del Medio Ambiente 2021 es "Restauración de ecosistemas". Este concepto puede tomar muchas formas: reforestación, reverdecimiento de ciudades, limpieza de ríos, entre otras. La restauración de ecosistemas significa ayudar en la recuperación de ecosistemas que han sido degradados o destruidos, así como conservar los ecosistemas que aún están intactos.
A nivel regional se destaca un grupo de investigadores del Conicet (con sede en el Instituto Nacional de Limnología, INALI) que trabajan activamente por la restauración de ambientes fluviales altamente contaminados con plásticos y otros residuos sólidos urbanos. Investigadores y becarios de dicho grupo, liderado por el Dr. Martín Blettler, están actualmente testeando nuevas tecnologías para la remoción del contaminante plástico con métodos de bajo coste.
Alejandro Giraudo es investigador principal del Conicet-INALI-UNL y trabaja en el laboratorio de Biodiversidad y Conservación de Tetrápodos. En diálogo con El Litoral analizó la temática que se aborda para esta fecha de concientización a nivel mundial.
"La restauración de un ecosistema es mucho más trabajosa y costosa, y no llega nunca al mismo resultado óptimo del ambiente que existía. Hay especies que se pierden para siempre, sobre todo las raras y amenazadas. Es una acción relativamente extrema cuando la destrucción ambiental ha sido muy grande y en parte irreversible. Por lo tanto, la restauración no es deseable; es más deseable conservar los ecosistemas remanentes naturales para que estos avancen naturalmente sobre el terreno", sostuvo Giraudo.
-¿De qué manera puede el ser humano intervenir de forma concreta para la restauración de ecosistemas?
-Para que un ecosistema pueda ser restaurado tienen que quedar "parches", lugares representativos de esos ecosistemas donde podamos ver qué especies existen y así poder intervenir para que esas especies, por ejemplo las que conforman un bosque, empiecen a crecer y a restaurar el ecosistema. Por lo tanto, es muy importante no destruir grandes extensiones y detener las causas que los destruyen.
-En el último tiempo y en la región Litoral, ¿cuáles son los ecosistemas más afectados?
-En nuestra región principalmente se perdieron los pastizales pampeanos, donde tempranamente se desarrolló la agricultura más importante de la Argentina, y este ecosistema fue reemplazado casi en su totalidad. Incluso hoy en día se siguen perdiendo -por el avance del monocultivo como la soja y el trigo- los principales ecosistemas en el sistema productivo.
En segundo término, los bosques siguen en importancia en cuanto a pérdidas. Por ejemplo, la provincia de Santa Fe ha perdido el 70% de sus bosques, desde los tiempos de la colonia cuando se utilizaba leña para carbón y quebrachos para durmientes; y aún hoy se siguen perdiendo superficies muy importantes: en los últimos años se perdieron unas 14 mil hectáreas de bosque en la cuña boscosa santafesina, lugar donde se extrajo el quebracho por parte de la empresa "La Forestal".
Prácticamente hemos perdido casi la totalidad de los bosques del domo occidental, que son los bosques de tres quebrachos en el Departamento 9 de Julio y el Espinal también ha sufrido grandes deforestaciones. Esos ecosistemas son los más biodiversos de la provincia y muy importantes para la regulación hídrica, climática y son proveedores de recursos esenciales como lo es la madera. Por lo cual deberíamos aplicar la Ley de Bosques y detener este "sangrado" que sigue existiendo en los bosques santafesinos, que en teoría no podrían deforestarse más a partir de la implementación de dicha ley.
-¿También los humedales están afectados?
-Sí, los humedales se han drenado en grandes extensiones y uno de los más grandes que tenemos en la provincia son los Bajos Submeridionales que han sufrido canalizaciones que verdaderamente han impactado tanto la producción ganadera local como los ciclos del agua en estos humedales. Lamentablemente en estos momentos hay proyectos que quieren profundizar o establecer canalizaciones nuevamente en estos humedales que están sobre aguas salinas mayormente.
-¿Cuál y desde qué lugar se debe concientizar a la población sobre el cuidado del ambiente?
-Lo que tenemos que hacer es cambiar nuestra visión de la naturaleza si no queremos vivir permanentemente colapsos que cada vez van a ser más graves. Debemos poner al servicio la información existente de todas las ciencias para que sea ampliamente difundida a la población. Hay que integrarse cada vez más a la naturaleza, y para eso debemos conocer y respetar nuestros ecosistemas. Consumir adecuadamente, bajar nuestras tasas de consumo que son excesivas y, en muchos casos, los recursos extraídos están mal repartidos, la equidad en la distribución de recursos es algo importante.
Considero que para cambiar en pocas generaciones, lo cual es posible, deberían los sectores políticos dominantes, establecer políticas de educación ambiental masivas, usando todos los medios disponibles, en conjunto con sectores científicos y la sociedad.
"La restauración de un ecosistema es mucho más trabajosa y costosa, y no llega nunca al mismo resultado óptimo del ambiente que existía. Hay especies que se pierden para siempre, sobre todo las raras y amenazadas", dice Giraudo.
Un espacio compartido a respetar y cuidar
En este particular día deberíamos reflexionar para no perder de vista que compartimos la Tierra con especies no humanas que lo convierten en un planeta vivo y sustentable. Vivimos en un sistema de interconexión e interdependencia con otras especies y los ecosistemas. Desafortunadamente, la escala de interacción humano-naturaleza se ha inclinado fuertemente a favor de los primeros con consecuencias más negativas que positivas para el planeta.
Hasta donde el conocimiento nos permite aventurarnos, la Tierra es el único planeta de nuestro sistema solar capaz de sustentar la vida tal como la conocemos. La capacidad de la Tierra para mantener la vida es el resultado de las condiciones creadas por la composición de su aire, la disponibilidad de agua, su temperatura y las interacciones entre los organismos vivos y las estructuras y procesos inertes que componen el planeta.
Las interacciones entre la diversidad de organismos vivos (biodiversidad) en conjunto con el entorno físico mantienen nuestra atmósfera, los ciclos del agua y el oxígeno, mantienen el suelo fértil, limpian nuestra agua, y aseguran que el suelo suministre todos los recursos naturales para sustentar y mantener la diversidad de la vida. Lo maravilloso es que no necesitamos crear ni mantener este equilibrio, sólo necesitamos no romperlo (no parece tan difícil desde esta perspectiva). Para que se produzcan estas interacciones, necesitamos ecosistemas que funcionen.
Lo anterior sólo considera un punto de análisis bastante pragmático si se quiere, ligados a los servicios ecosistémicos que los ecosistemas brindan y las razones para preservarlos. Pero hay otro, tan importantes como estos que también nos regalan: la belleza estética (fuentes de inspiración de músicas y poesías de altísimo valor estético), experiencias espirituales, sensoriales y recreativos.
En síntesis, nuestro futuro colectivo en este planeta depende de ecosistemas saludables y funcionales (es inevitable, por mucho que se esfuercen quienes fomentan economías extractivitas no sustentables). La pandemia actual es un claro ejemplo de tan solo algunas de las consecuencias que necesariamente tendremos que afrontar mientras se permita el avance de la frontera agropecuaria y la consecuente destrucción de los ecosistemas naturales.