Sábado 10.9.2022
/Última actualización 14:38
Los pibes ahí en la esquina están todos conectados. Es el fondo profundo de barrio Chalet. Es el extremo suroeste de la ciudad de Santa Fe. La calle JJ Paso se transforma en un pasaje serpenteante de tierra junto a un gran zanjón lleno de yuyos y basura. Hay ranchos. Hay pobreza. También hay internet. Es que la organización popular La Poderosa gestionó el servicio para que sea libre y gratuito en todo el vecindario. Lo hizo a través de un proyecto de conectividad financiado por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom). Y fueron los mismos vecinos quienes se treparon a los postes para instalar las antenas. Ahora todos acceden al servicio.
En el barrio Chalet mandan los servicios comunitarios y sociales. Todo el mundo va al comedor, a la copa de leche, al apoyo escolar, a los talleres de costura y de lectura. Todo el mundo va y pide trabajo. La vida comunitaria sostiene la vida en la pobreza extrema. Claudia Albornoz camina ese callejón de tierra junto a El Litoral un jueves de mañana. Hay un solazo y hace calor. Desde lejos se ven los carteles de madera pintados a brocha que fueron clavados a los postes. Dicen "Wifi libre. La Poderosa". Los vecinos saludan a su paso a la referente social de la organización que pisa fuerte el barrio desde hace unos cinco años para tratar de que llegue un poco el progreso, el acceso a la salud, la educación y la cultura.
Wifi libre. Un derecho para los pibes y pibas de Chalet. Crédito: Flavio Raina.Contagiá conectividad
Los pibes ya fueron a tomar la leche y están sentados a la sombra de un árbol bajo una de las antenas de wifi. Tienen la mirada en las pantallas. Son Leonardo y Ariel, de 16 y 13 años. No van a la escuela. Son emergentes de una realidad social dura. Viven al fondo de barrio Chalet, a donde la cuadrícula se transforma en callejones. JJ Paso al 4400, Jujuy y Estrada. Al margen de la ciudad.
"Cuando se cerró todo por la pandemia estos pibes se quedaron sin la escuela. Se quedaron encerrados en sus ranchos sin acceso a nada. Había un derecho vulnerado. Era algo que nos revelaba. No podíamos permitirlo. Así que empezamos a pensar cómo garantizar el acceso a internet, para que puedan estudiar", dice Claudia, mientras camina las calles del fondo del barrio que no tiene urbanización ni infraestructura. "Entonces rápidamente presentamos un proyecto al que llamamos 'Contagiá conectividad' (en época de contagios de covid) y conseguimos estos fondos del Enacom. Después tuvimos que luchar para que bajen el servicio de fibra óptica al barrio, porque las empresas no querían hacerlo".
Infraestructura. Es lo que falta al fondo de barrio Chalet, a donde las calles se desdibujan con zanjones contaminados y las casas son de chapa.Crédito: Flavio Raina.Ahora los chicos, al igual que el resto de los vecinos, pueden navegar en la red en cualquier calle del barrio, sin necesidad de contratar un servicio de internet pago. Esto garantiza el derecho de acceso a la comunicación y a la información. También a la educación y el entretenimiento. Así los chicos pueden jugar, investigar, buscar datos, ver videos y estudiar. Pueden aprender. Tienen acceso.
"Cuando instalamos la primera antena en el espacio cultural de La Poderosa (JJ Paso 3971) de inmediato firmamos un convenio con capacitadores de la Universidad Nacional del Litoral que vinieron al barrio a brindar apoyo escolar durante el aislamiento social", dice Claudia. "Porque muchos chicos no sabían conectarse a internet. Entonces los voluntarios acompañaron a esas infancias para que no dejen de conectarse con la escuela. Habían pasado 7 meses sin ver a sus maestras. Y cuando lograron conectarse, muchas niñas lloraban al verla en la pantalla".
La Poderosa. La organización social fue la que consiguió el servicio para el barrio. Esta es su referente, Claudia Albornoz. Crédito: Flavio Raina.Las antenas
Los fondos del Enacom permitieron financiar la instalación de las antenas y subsidia el servicio durante los primeros seis meses. Se trata de un Aporte No Reembolsable (ANR) de un total de $13.535.669. Los vecinos del barrio fueron quienes las instalaron. Pero en unos meses se cortan los fondos. Y desde La Poderosa están pidiendo al Estado que les mantenga el servicio. "Acá dijeron que iban a instalar el internet gratis, pero lo tuvimos que poner nosotros. No lo hizo el gobierno, lo hizo la organización barrial", dice Claudia, que busca los fondos necesarios para no quedar de nuevo off line, al margen.
Otra alternativa para sostener el servicio es comunitaria. Los recursos se pueden llegar a generar desde la organización en el barrio. Así lo hicieron desde La Poderosa en otros 55 nodos populares del país a donde tienen presencia. El proyecto de La Poderosa es instalar 129 nodos en 16 barrios de 9 provincias. Uno es el de barrio Chalet.
Hace unos días atrás los miembros de esta organización social celebraron la instalación de la última de las 10 antenas de wifi libre en lo profundo del barrio, "a donde todos buscan trabajo y los niños muchas veces no van a la escuela porque los tiroteos son moneda corriente", dice Claudia. Están felices porque una pequeña luz verde brilla en la oscuridad en las noches en cada esquina. Una luz que da un poco más de igualdad.