Viernes 29.3.2024
/Última actualización 11:43
El Viernes Santo es una jornada de recogimiento para millones de personas en todo el mundo, que conmemoran la muerte de Jesús de Nazareth en la cruz, horas después de ser traicionado por Judas a cambio de 30 monedas. Es uno de los momentos más significativos del año para quienes profesan la fe católica: Dios hecho hombre entregando su vida por el bien de la humanidad. Un símbolo tan fuerte como duradero a través de las centurias.
La crucifixión de Cristo fue abordada en innumerables oportunidades desde el arte, a partir de concepciones del mundo muy diferentes, incluso contrapuestas, entre sí. Desde las suntuosas pinceladas de Velázquez en el siglo XVII hasta la mirada surrealista de Dalí, acorde con las vanguardias del siglo XX. En las líneas que siguen fueron seleccionados cinco ejemplos de arte sacro que proponen perspectivas conmovedoras para el momento previo a la Pascua.
“El Cristo Crucificado”: En esta obra, Velázquez ofrece una visión austera de la crucifixión. Pintada para el convento de las Benedictinas de San Plácido en Madrid, la precisión anatómica y el contraste de luces y sombras reflejan la ascendencia de Caravaggio. A pesar de que se trata de una escena dura, debido a sus implicancias, Velázquez transmite serenidad y dignidad, a contramano de la dramatización más propia de la tradición gótica. “El desnudo es el protagonista de la obra y de tal manera la precisión en la anatomía del cuerpo, con especial detalle al tratamiento de los pliegues en el paño de pureza. En él, la postura delicada del Cristo se ha resuelto con un ligero contraposto, aportando armonía”, señala Santiago Mejías Blake en el portal Historia/Arte. Se conserva en el Museo del Prado desde 1829.
Museo del Prado"La Crucifixión": Esta pintura del pintor hispano-flamenco Juan de Flandes despliega una interpretación clásica de la crucifixión. Con influencias de la escuela de Brujas y los maestros flamencos como Van der Weyden, el artista presta atención a los detalles y pone acento en los aspectos emocionales de la escena. A pesar de ser una obra centrada en la simplicidad, conmueve de todas maneras al espectador producto de la intensidad de la devoción representada. “En el eje de la composición, en un plano paralelo al de la superficie del cuadro, Juan de Flandes dispuso a Cristo clavado con tres clavos en la cruz, de acuerdo con una iconografía fijada desde el siglo XIII. Lo muestra muerto, con la corona de espinas y la sangre manando de sus heridas”, escribió María Pilar Silva Maroto sobre esta obra para el Museo Nacional del Prado.
Museo del Prado"Cristo de San Juan de la Cruz": El español Salvador Dalí, un artista del siglo XX conocido sobre todo por su estilo surrealista y su desbocada imaginación, pintó más de una vez la crucifixión. En este caso, ofrece una interpretación muy particular. Inspirado en un dibujo místico de San Juan de la Cruz, mixturado con un sueño personal, el español retrata a Cristo flotando sobre la cruz en una posición que entraña varios enigmas. La perspectiva y la luz le brindan cierto aura de misticismo a la escena. La obra, que se conserva en el Museo Kelvingrove, en Glasgow, Reino Unido, se integra perfectamente a la compleja imaginería que rodeó tanto el arte como la vida de Dalí y que lo convirtieron en uno de los artistas más conocidos y polémicos del siglo XX.
Kelvingrove Art Gallery and Museum, Glasgow Reino Unido“Crucifixión Mond”: Rafael Sanzio, uno de los grandes maestros del Renacimiento italiano, ofrece en este caso una representación clásica y sosegada de la crucifixión, muy acorde a la instancia de reflexión ante la muerte de Cristo con que la Cristiandad recuerda este día. A través de su característico dominio del dibujo y la composición, Sanzio muestra a Cristo colgado en la cruz, rodeado de cuatro figuras humanas apesadumbradas y un grupo de ángeles que juntan la sangre del salvador en cálices, lo cual se relaciona evidentemente con el mensaje de esperanza y redención que conlleva la cruz: la sangre de Cristo equivale al futuro de la humanidad.
National Gallery Londres“La Crucifixión” de El Greco: se trata de una obra maestra del llamado Renacimiento español. El Greco, que antes se había ocupado más de la figura de Cristo en vida, desarrolla en este caso una versión dramática de la crucifixión. Eso es ostensible en la forma en que está pintado el cuerpo de Jesús, ubicado en el centro de la escena, en una postura que muestra el tormento por el que está pasando el salvador de los hombres. A los costados, se observan las figuras sumidas en el tono trágico del momento. El cielo borrascoso, que funciona como contexto y también como metáfora, realza el sentido oscuro de la obra,que fue pintada por El Greco para el retablo mayor del Colegio de la Encarnación en Madrid. “En esta obra encontramos una de las versiones más originales y extremas del asunto representado, fundamental en la iconografía cristiana. Cristo acaba de morir en la cruz ante el dolor desgarrado de María y la desolación de san Juan. María Magdalena y tres ángeles se afanan mientras tanto en recoger la sangre de Cristo que brota de sus heridas”, señala Leticia Ruiz en un texto escrito en 2011 para la Fundación Amigos del Museo del Prado.
Museo del Prado