Miércoles 20.9.2023
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Artemio Alisio fue una persona a la cual el adjetivo “versátil” (adaptable a muchas cosas) le calza a la perfección. Es que este artista nacido en 1942 en Soledad, una pequeña localidad del departamento San Cristóbal, se destacó en distintas disciplinas como pintura, escultura, dibujo y cerámica.
Archivo“Artemio Alisio buscó interpretar, a lo largo de una obra exigida y rigurosa, aspectos que hacen a nuestras tradiciones telúricas, a nuestros orígenes étnicos, a ciertos pronunciamientos de culturas milenarias. La Amerindia -ese continente de síncopas profundas y de milagros recurrentes- alimentó sus sueños de creador, aligeró sus fatigas, fortificó su énfasis para alcanzar los valores plásticos necesarios y obtener una expresión valedera”, escribió el crítico de arte Jorge Taverna Irigoyen.
Cabe repasar algunos datos biográficos. Sus estudios desarrollados en la Escuela de Bellas Artes Juan Mantovani de la ciudad de Santa Fe le brindaron las primeras armas en el mundo del arte, que luego llevaría hacia sus propios derroteros. En efecto, ya enfocado en una cosmovisión que podría definirse como “indigenista”, viajó a Bolivia y Perú.
ArchivoEn 1974, a través de una beca, avanzó con su formación en España, Francia e Italia. Allí se especializó en restauración y conservación de cerámica antigua, pero sin abandonar nunca su mirada profundamente arraigada en el suelo americano. Se desempeñó en los años posteriores, hasta 1976, como curador del Museo de Artes Visuales de Santa Fe.
En 1977 fundó en Santa Fe el Museo de Cerámica, y en 1978 volvió a Perú para realizar una serie de relevamientos arqueológicos. En 1984, junto a su esposa, fundó la Escuela de Cerámica del Colegio Superior del Uruguay en Concepción del Uruguay. En 1989, fue nombrado Director Interino Ad Honorem del Museo Provincial de Dibujo de Entre Ríos.
Arte de la ArgentinaFalleció el 10 de febrero de 2006, y en 2009, el Museo Provincial de Dibujo y Grabado de Concepción del Uruguay pasó a llamarse “Artemio Alisio” en su honor. Uno de sus últimos trabajos fue la portada de "A merced de las sombras" del grupo MAO, donde tocaba su sobrino, Alberto “Biti” Alisio.
Su obra, según expresa el portal Arte de la Argentina, busca sustento en “las experiencias ancestrales, con signos y símbolos de mensajes mágicos y milenarios”. Una orientación que es ostensible, por ejemplo, en la serie “Popol Vuh”.
Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. CastagninoLa cerámica, la vida y los ancestros
La reconocida escultora Mireya Baglietto, en ocasión de asistir a una muestra póstuma dedicada a Alisio, recordó el momento en que lo conoció personalmente. “Encontré un personaje que tenía una condición bastante inusual, por esta cuestión del arraigo con la tierra, que a mí siempre me interesó muchísimo, aunque en ese momento no la practicara, ya que yo hacía cerámica pero desde otro punto de vista”, afirmó.
Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino“Conocí las cerámicas de Santa Fe y fue como un hito para mí porque significaba trabajar directamente con lo que estaba cerca, con lo que estaba en las orillas. Y eso me dio algo que mantuve en toda mi vida creativa y sobre todo lo exalté después de haber dejado de hacer cerámica. Que la cerámica, en su proceso alquímico de transformación es, más allá del objeto que se haga, una enseñanza de vida”, agregó.
El arquitecto y artista José Luis Saffer también se refirió en variadas oportunidades al trabajo de Artemio Alisio. “Fue un hombre que creó a partir del suelo americano, más que nada el suelo argentino, tomando sus raíces. Su obra refleja la simbología que utiliza, traída de los signos en las piedras. Hay muchas obras que parecen texturas de piedras. Fue un buscador y un recreador de toda esa simbología. El no creaba, recreaba lo que veía, lo que asimilaba y lo que nuestros ancestros nos dieron”, expresó.
Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. CastagninoEn el archivo de El Litoral, fue posible hallar una entrevista con Artemio Alisio, donde despliega conceptos sobre el arte que vale la pena rescatar. Fue publicada el sábado 10 de febrero de 1979. En un principio, Alisio se identifica conceptual, ética y moralmente con el británico Henry Moore, a quien nos hemos dedicado en este espacio. “Para mí fue como un maestro, aunque jamás lo conociera”, afirma Alisio. Recuerda, además, que su obra, “está sustentada morfológicamente, en dibujo, en cerámica, en escultura- por una visión que asimila propuestas de aquel artista, por encima de las distancias”.
Luego, desarrolla una opinión sobre el estado del arte en general a fines de la década de 1970. “El problema que suscita actualmente a diversos niveles, es por sobre todo problema de mentalidad y de educación. Por un lado, el arte (que en toda época y desgraciadamente, ha sido para pocos) está hoy muy condicionado a los juegos de un mercado, que marca a quienes no saben ubicarse a conciencia dentro de lo que deben asumir como verdad para sí mismos”, explica.
Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino“Por otro lado, el momento histórico hace que los tiempos se aceleren, provocando el vértigo en no pocos plásticos exitistas: norteamericanos como los famosos Rauschenberg o Warhol que poseen talleres en su propio país, en París o Roma y en India, produciendo sin cesar. Entonces, es cuando uno vuelve a detenerse a admirar a los grandes maestros. Aquellos que más allá de las técnicas que conocían a fondo, pintaban y repintaban una misma tela decenas de veces: buscando siempre algo más”, agrega.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital CastañedaFinalmente, deja una visión sobre su propio devenir artístico que sirve como mensaje para cualquiera que se integre a ese campo. “El éxito se puede comprar, pero la obra que uno hace es como el diario de la propia vida: estados de ánimo, pensamientos, protestas Y eso es lo valedero. Lo único que importa, en definitiva”.