Carlos Monzón y los detalles inéditos de una visita a Puerto Madryn en 1973
El sanjavierino fue a pasar un día de campo y de cacería junto con Amílcar Brusa y Daniel González a un establecimiento rural chubutense, invitado por Marino Casado, administrador del lugar. Una filmación de la época refleja lo acontecido en aquella oportunidad.
Carlos Monzón y los detalles inéditos de una visita a Puerto Madryn en 1973
Hacia fines de 1973, Carlos Monzón, por entonces campeón mundial mediano, visitó Puerto Madryn, en la provincia de Chubut, para participar de una actividad promocional junto al promotor local Vicente Pérez. A raíz de su presencia en la ciudad, el sanjavierino fue invitado a disfrutar de un día de campo y de cacería de guanacos, actividad hoy en día completamente vedada y prohibida (es considerada caza furtiva), pero muy común por aquel tiempo. En dicha ocasión, Carlos estuvo acompañado por su inseparable entrenador, Amílcar Brusa, uno de sus compañeros de gimnasio, Daniel Aldo González ("Gonzalito"), y un fotógrafo.
Agasajados gentilmente por Marino Casado, administrador del establecimiento rural conocido como "El Centro", situado en Península Valdés -a unos 60 kilómetros de Puerto Pirámides-, los visitantes comieron cordero, hicieron algún tiro a las tabas (con las que Carlos anduvo muy bien), jugaron a las cartas y a los dados. También se animaron a probar suerte con el rifle, en el cuadro llamado "La Falsa" (se conoce como cuadros a las subdivisiones de terreno en las que pastan las ovejas y la fauna silvestre), donde se toparon con una cuadrilla de guanacos que merodeaba por las cercanías del molino.
Allí, el encumbrado boxeador hizo varios disparos con un Mauser calibre 7.65, pero sin demasiada suerte, recayendo en el amable anfitrión la posibilidad de dar en el blanco de un robusto ejemplar macho. Algunas de las alternativas de este particular día de caza en la vida de Monzón pueden apreciarse en una filmación que hasta ahora había permanecido inédita, y que Ricardo Casado (hijo de Marino, que falleció en 1990), hizo llegar al diario El Litoral por intermedio del director técnico de fútbol santafesino Ricardo Pancaldo, quien actualmente se desempeña al frente del primer equipo de Deportivo Madryn.
Ricardo tenía solo 10 años cuando Carlos visitó la estancia que administraba su progenitor (que había heredado dicha tarea de sus propios padres, por lo que la familia administró el lugar durante unos cien años), pero recuerda con detalles y puntualidad los pormenores de la cacería en "La Falsa", así como otros hechos ligados a este curioso episodio en la vida del campeón, el que fuera reflejado en su momento en las páginas de la revista El Gráfico, que era el semanario deportivo por excelencia.
Antes de "Mantequilla"
La presencia de Gonzalito junto a Brusa y Monzón quizás estaba relacionada con una cuestión boxística. Al margen de los apodos "armamentísticos" con los que se identificaba a esta dupla de púgiles santafesinos -a Carlos le decían "Escopeta" y a Daniel, "Metralleta" (sobrenombres ideados por Julio Juan Cantero, también fallecido), por esos meses los dos compartían, por así decirlo, un mismo objetivo: dar cuenta del talentoso púgil cubano-mexicano José Ángel "Mantequilla" Nápoles, monarca welter del CMB (Monzón era titular unificado AMB-CMB, pero de dos categorías más arriba).
Si bien Gonzalito no iba a ser quien enfrentara al hábil caribeño (de esa tarea, y en gran forma, se encargaría su espigado y letal compañero de equipo), don Amílcar ya tenía decidido –al menos por las fechas que maneja Ricardo todo hace suponer que era así- que fuera el retacón y "picante" welter junior que militaba en su escuadra quien sirviera de medida en las sesiones de guanteo para tan importante match.
Hasta ese momento, los sparrings partner de Carlos habían sido de mayor kilaje que él, como ser José Menno, Rubén Macario González y Roberto "Cara de Vaca" Aguilar, o bien medianos naturales, como Norberto Rufino Cabrera –otro de los destacados pupilos de Brusa-, que debutó como rentado a fines de 1972 y con apenas un puñado de combates ya contaba con una presentación victoriosa en Europa. Pero, para pelear con Nápoles, Brusa decidió hacer un cambio radical, eligiendo, entre otros, al bueno de Gonzalito para ese menester.
Carlos había combatido el 29 de septiembre de 1973 en el estadio Roland Garros de París, Francia, contra el buen valor local Jean Claude Bouttier, a quien había superado por puntos en quince asaltos para defender por octava vez la corona mundial de las 160 libras. Con posterioridad a dicho combate se enfrentaría a "Mantequilla" Nápoles, a quien le quería ganar sí o sí desde que unos matones lo habían tratado de "cobarde" en Caracas -marzo de aquel año- porque decían que no quería enfrentarlo (algo que no era cierto).
"Escopeta" le dio una verdadera golpiza a Nápoles (la que Julio Cortázar ayudó a perpetuar gracias a "La noche de Mantequilla") y lo superó por abandono en la séptima vuelta. El desigual pleito, organizado por Alain Delon, tuvo lugar el 9 de febrero de 1974 en una arena instalada bajo una carpa de circo en la villa de Puteaux, en las afueras de la capital francesa.
Joe Cortez, Ricardo Casado y don Amílcar Brusa en Puerto Madryn en 2008. El árbitro había ido a dirigir un combate de Omar Narváez. El inolvidable maestro estaba como invitado especial.
Años después
Carlos Monzón regresó a Puerto Madryn en 1985, como entrenador del púgil santafesino Ramón Aníbal Jara, quien el 22 de febrero de ese año superó antes del límite a Miguel "El Topo" González en el gimnasio municipal.
En cuanto a don Amílcar Brusa, estuvo en calidad de invitado especial para la pelea mundialista que el 25 de enero de 2008 sostuvieron Omar Andrés Narváez y el colombiano Carlos Tamara en el Nuevo Palacio Aurinegro.
En esa oportunidad, Ricardo Casado se dio el gusto de cenar con Amílcar y el árbitro de la referida contienda, el afamado estadounidense Joe Cortez.