Domingo 20.10.2019
/Última actualización 13:50
En la continuidad de los cuartos de final de la Rugby World Cup, se disputaron los dos restantes partidos, los que tampoco proyectaron sorpresas en materia de resultados finales, aunque los contenidos fueron notoriamente distintos a la excepcional primera jornada de esta instancia.
En primer término, Gales venció a Francia por 20 a 19, tras un desarrollo equilibrado y deslucido, que mantuvo la incógnita del resultado hasta el mismísimo pitazo final del referee neozelandés.
Básicamente, ocurrió lo que suele pasar con Les Bleus en los Mundiales: no importa cómo lleguen, pero siempre se las ingenian para ser protagonistas. En este caso, para vencer a Los Pumas en la primera fecha del Grupo C y de ese modo asegurarse anticipadamente el acceso a la segunda ronda; posteriormente, a jugarle de igual a igual a los Red Dragons, que eran favoritos al éxito que finalmente consiguieron de manera agónica.
Para acceder a su tercera semifinal en RWC el plantel que hasta este certamen conduce el neozelandés Warren Gatland, debió trabajar mucho más de lo esperado. Vale recordar que las anteriores ocasiones en las que llegó a la penúltima fase, fue en las ediciones de 1987 y 2011 (ambas, teniendo como sede central a Nueva Zelanda).
El desenlance del encuentro disputado en Oita estuvo condicionado -quizás en gran medida- por una expulsión: la del lock francés Sebastien Vahaamahina, quien recibió la tarjeta roja por una agresión al galés Wainwaraight, cuando su equipo se imponía por 19 a 10 y en un maul que parecía direccionarse hacia el ingoal adversario.
Ese acto de indisciplina, a los 10 minutos del complemento, colaboró para que Gales comenzara a usufructuar la ventaja que significa tener en forward más en situaciones específicas del juego. A partir de allí, se gestaron las acciones que terminaron revirtiendo el resultado, permitiendo que con lo mínimo indispensable, el favorito se ubique donde todos pensaban que debía estar.
En la capital nipona
En lo respecta al último partido de los cuartos de final, concluyó con la victoria de Sudáfrica sobre Japón, por 26 a 3, tras un desarrollo que tuvo dos etapa absolutamente diferentes.
En la primera, el Seleccionado del Sol Naciente alcanzó un marcado protagonismo, siendo el propietario mayoritario del territorio y la posesión de la pelota. Los conducidos por el neozelandés Jamie Joseph ratificaron la evolución de un juego ordenado, atrevido y muy virtuoso en el manejo de la pelota.
El único motivo por el que la etapa inicial se cerró 5 a 3 en favor de los Boks, fue la solidez defensiva denotada por el equipo que era largamente favorito a disputar una de las semifinales.
Gentileza.
El complemento fue una historia absolutamente diferente. Es que los Springboks se adueñaron del protagonismo desde el inicio, imponiendo nítidas condiciones ante el bravío elenco nipón, que de manera inexorable comenzó a sufrir las consecuencias del descomunal desgaste físico realizado en los cuarenta minutos iniciales.
Poco a poco, a partir de la certeza de los penales del apertura Pollard, la superioridad Bokke fue expresándose en un marcador; que más allá de haber terminado de manera mucho más exigua que lo esperado, no hizo más que justificar las predicciones previas.
En síntesis, tal como se esperaba, la jornada de cierre de los cuartos de final proyectó a Gales y a Sudáfrica como protagonistas de la semifinal que el domingo venidero, a las 6 de nuestro país se disputará en Yokohama.
Pero los argumentos expresados en sus respectivos partidos, distaron de ser los ideales. Y por supuesto, quedaron absolutamente minimizados por la excelencia denotada en las victorias que Inglaterra y Nueva Zelanda (los otros semifinalistas) consiguieron el sábado ante Australia e Irlanda, respectivamente.
Por ende, no es recurrente insistir en señalar que la semifinal que el sábado protagonizarán los All Blacks con el Rose Team, es la final anticipada, que lamentablemente determinará que uno de los dos mejores equipos del certamen quedará marginado de la posibilidad de pugnar por la preciada William Webb Ellis Cup.