Jueves 8.10.2020
/Última actualización 19:43
Raquel Chan celebró la aprobación en la Argentina, por parte del ministerio de Agricultura, de la tecnología HB4 para el cultivo de trigo. La investigadora del Conicet y la UNL estuvo al frente del desarrollo que es único en el mundo y que hoy es territorio exclusivo de multinacionales de primer orden. La científica advirtió sin embargo que falta un paso decisivo para que el logro se convierta en “dólares para el país y para la UNL”.
“Es un hito fundamental pero no es definitivo; lo aclaro porque está pendiente de que Brasil lo apruebe”, para lo cual “Bioceres está haciendo toda la regulatoria” en el vecino país, que es el principal comprador de la producción del trigo en la Argentina. Chan se manifestó optimista de una resolución positiva de esa gestión; “venían diciendo que si la Argentina no lo aprobaba, ellos tampoco lo harían”.
Brasil compra en la Argentina el 85 % del trigo que consume. Chan especuló que el vecino país podría aprobar el nuevo evento antes de fin de año. “Podrían comprar en Estados Unidos, pero eso duplicaría sus costos”, evaluó.
“Cualquier planta tiene entre 25 y 50 mil genes. HB4 es el nombre del gen del girasol, el que le puso Bioceres porque el nombre completo es HAHB4. Es uno de los genes de respuesta de la planta para adaptarse a condiciones de déficit hídrico”.
Consultada sobre cómo funciona ese gen del girasol sumado a la semilla de trigo, Chan explicó que
“La energía se obtiene comiendo en el caso de los animales”, mientras las plantas lo hacen “de la luz solar. Son seres vivos capaces de obtener azúcar a partir de la fotosíntesis. Estando quietas obtienen su comida; se tienen que adaptar porque el medio ambiente no es amigable siempre”.
Recordó que las especies vegetales están expuestas a “efectores externos biológicos (hongos, virus) y no biológicos (viento, estrés hídrico)”. Dejó en claro que “si no hay agua las plantas se mueren; no hay ser vivo que puedan vivir sin agua”. Y señaló que el tiempo de supervivencia en tal condición depende de cada especie. “El girasol es muy tolerante; estudiamos los mecanismos moleculares por los cuales eso es así y verificamos que cuando pusimos este gen en otra planta, le confería mayor resistencia”.
Explicó ante la consulta que el gen del girasol incorporado al trigo está presente en la naturaleza “desde hace siglos” y “lo ingerimos en aceites y semillas”. “Le estoy poniendo un gen (al trigo) que no le era propio; pasa a ser un transgénico”, definió.
Gentileza Raquel Chan, bioquímica del Conicet-UNLRaquel Chan, bioquímica del Conicet-UNL.Foto: Gentileza
Chan señaló que en promedio “el estrés abiótico se lleva 50 % de la producción mundial” de granos. Recordó que “el gen del girasol” incorporado al trigo “lo venimos comiendo; está en la alimentación humana”. Sostuvo que el producto aprobado “es ambientalista” porque “usa menos agua, que es un recurso limitado y necesario. Apunta a un uso más eficiente del agua”. Además subrayó que el trigo HB4 “no tiene penalidades” sobre la planta sin el gen modificado, en caso de exceso de agua.
Chan explicó que en el país, el trigo HB4 tuvo que pasar “severas pruebas” de organismo regulatorios. La primera de ellas ante la Comisión Nacional de Biotecnología, para demostrar que “no genera daño al medio ambiente, que no empeoro lo que ya tengo”. Eso incluyó mediciones en “la flora y fauna circundante” a las plantaciones de ensayo, que llevan más de 7 años.
El segundo paso fue ante el Senasa para demostrar que el evento “no es dañino para la salud animal o humana. En este caso -relató Chan- la prueba se hizo en un laboratorio tercerizado y bajo normas internacionales; hay que demostrar que con o sin el gen, los efectos son iguales” en materia de alergias y toxicidad.
“La tercera oficina es la de mercados”, detalló la científica en referencia a la aprobación de las últimas horas. Señaló que hubo en el gobierno criterios distintos en esta instancia (se aprobó la soja con HB4, pero se demoró al trigo), pero confió en que finalmente los caminos internacionales se despejen en los próximos meses.