Jueves 30.6.2022
/Última actualización 2:45
Los gobiernos de Alemania e Italia se interesaron en la idea del presidente Alberto Fernández de que Argentina abastezca de gas licuado a Europa, tras las sanciones a Rusia. Sin embargo, especialistas ponen énfasis en la gran inversión que significaría.
Fernández, que asistió como invitado a la 48° edición de la cumbre del G7, logró captar el interés del canciller alemán, Olaf Scholz, y del primer ministro italiano, Mario Draghi, en la capacidad productiva de Vaca Muerta con fines de exportación.
Al igual que lo había hecho en su anterior gira por Europa, Fernández dejó entrever la posibilidad de que Argentina se convierta en un abastecedor de gas a los países europeos, que pueden enfrentar desabastecimiento como consecuencia de las sanciones que la Unión Europea puso a Rusia, principal distribuidor de gas.
Sin embargo, Ernesto López Anadon, presidente del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas, plantea que “nunca se planificaron” exportaciones permanentes, más allá de las puntuales a Chile o al sur de Brasil. Mandar gas a otras regiones implica -según explica el funcionario- como base, una inversión de US$7000 millones y entre cinco y seis años.
Otra alternativa sería la creación de instalaciones menores pero que no costarían menos de 900 millones de dólares cada una.
“A medida que se posterga cada vez se hará más difícil -añade Anadon-. En el mundo hay gas, sino arrancamos rápido no vamos a estar dentro de los posibles suministradores Europa. Vaca Muerta es un proyecto que podría llegar a funcionar con un pensamiento de largo plazo, con los políticos, en su conjunto, apostando al futuro”. Aclara que la seguridad de suministro no se da con las reservas locales, se consigue con proveedores de energía “confiables”.
Actualmente, más del 30% de los argentinos no cuentan con acceso a gas por red. El país consume un 84% de gas de producción nacional y un 16% importado, del cual casi el 60% es de Gas Natural Licuado, y por eso, desde mayo hasta agosto, el país compra energía.
El país también importará este año 14 millones de metros cúbicos de gas diarios desde Bolivia, con quien desde 2006 mantiene acuerdos en materia petrolífera que ambas naciones se comprometieron a prolongar hasta 2026.
Si bien en Múnich el titular del Gobierno alemán dio el visto bueno para que técnicos argentinos y alemanes comiencen a trabajar e Italia se dispone a analizar la propuesta, la iniciativa parece no solucionar los problemas más urgentes para Europa en el corto plazo.