Con todos los cañones oficiales apuntando a la baja de la inflación, la recesión del 5% de la primera mitad del año (cálculo de Orlando Ferreres) podría arrastrar mayores retrocesos en una segunda mitad de año que se caracteriza estacionalmente por menor recaudación. ¿Tendrá que ajustar más el gobierno de Javier Milei? La tolerancia social es significativa, pero no ilimitada.
De enero a junio, los ingresos nacionales cayeron 5% pero hubo superávit porque el gasto (jubilaciones, salarios, obra pública) recortó 32,2%. Nadin Argañaraz advirtió en su prospectiva que “si la caída real interanual de los ingresos totales nacionales en el segundo semestre fuera del 14%, el gasto debería seguir cayendo en términos interanuales lo mismo que en el primer semestre” para sostener el ancla fiscal del modelo.
“En efecto -señala el director del Iaraf- resulta clave lo que suceda con los ingresos, dada la dinámica de la economía y la reciente sanción de modificaciones en el impuesto a los ingresos personales, a los bienes personales, blanqueo y moratoria”. En agosto deberían comenzar a conocerse los primeros resultados en caja del paquete fiscal sancionado.
Para alentar el proceso, la Afip anunció que inspeccionará a 24 mil contribuyentes de todo el país, a los que les ha observado inconsistencias o deudas en el pago del Aporte Solidario Extraordinario, el cómputo de facturas apócrifas o en tenencias en el exterior. De manera oficiosa se estima que el monto total a investigar sería de unos $400 mil millones.
Adicionalmente, Sergio Massa le ha dejado a Milei una herencia poderosa en este escenario. Por el acuerdo FATCA (Foreign Account Tax Compliance Act) que firmaron en 2022 la Argentina y Estados Unidos, en septiembre la Afip recibirá del IRS norteamericano datos de cuentas y titulares con grandes intereses pagados en 2023 a personas residentes aquí; es un aliciente al blanqueo.
Si la moratoria y el blanqueo le dan un “by pass” a la administración Milei, “es altamente probable que el gobierno tenga margen para disminuir la intensidad del ajuste del gasto”, según Argañaraz. Incluso para llegar a cerrar el año con un superávit de 0,4% del PBI, podría reducir el ajuste para cerrarlo en un 24,2% interanual, es decir por debajo del nivel de la primera mitad de este 2024.
El presidente ratificó en la Rural que bajará 10 puntos porcentuales el impuesto País en septiembre; el gravámen se eliminará a fin de año, pero el último trimestre descontará más ingresos a las desafiadas cuentas fiscales. Milei suelta un poco la carga fiscal, indicio de que por el lado de los ingresos, la Casa Rosada no avista problemas en su “Fase 2”.
Brecha, reservas y… ¿reactivación?
La inminencia de una negociación con el FMI encamina a despejar incertidumbres de los acreedores financieros, actores centrales en “la brecha” que obstaculiza la unificación del tipo de cambio y la salida del cepo.
El vigente acuerdo con el Fondo vence en diciembre; incluso Kristalina Georgieva no puede dejar caer al país en default; la disputa es por las condiciones en que se dará el nuevo entendimiento que encamine a la Casa Rosada en un retorno al mercado voluntario de deuda.
La caída de reservas, la baja de bonos y la suba del riesgo país ponen esa meta muy lejos; Luis Caputo podrá ofrecer al presidente una antesala menos compleja de cara a las decisivas elecciones legislativas de 2025, si logra despejar esa incertidumbre con algo de fondos frescos del FMI y de organismos multilaterales. Mientras tanto el ministro espera dólares del blanqueo y confía en que la política monetaria (resta saber cuándo subirán las tasas de interés) termine de consolidar el balance del BCRA.
Aunque menos pesos en circulación supone bajar la inflación a costa de recesión, hay indicadores que sugieren que la actividad ha encontrado al menos un “piso”.
Luis Caputo, ministro de Economía.
El Centro de Estudios de Ferreres -Orlando viene siendo objeto de fuertes críticas del presidente- reconoció que su Índice General de Actividad a junio “muestra una mejora en el sexto mes del año, subiendo 0,6% respecto del nivel de mayo en la medición desestacionalizada” respecto de mayo.
“El dato de junio se ubica así 2,0% por arriba del piso que se tocó en marzo, y el segundo trimestre refleja un crecimiento de 0,7% en relación al primer cuarto”.
Es cierto que el sector agroindustrial realizó un aporte decisivo con una mejora del 132,3%, seguido por las mineras. Pero el comercio bajó 8,6%, la industria 11,2% y la construcción (que desacelera la tasa de contracción) un 17,2%. Si es el piso de la recesión, la mejora en “V” aún no muestra fundamentos.
Javier Milei. Crédito: Matias Baglietto/Reuters
“Hacia adelante podemos esperar que continúe un lento proceso de recuperación en los sectores más afectados por el ajuste, aunque por otro lado la incidencia del agro en el agregado será mucho menor”, sintetizó Ferreres.
Economía espera que este mes el Índice de Precios al Consumidor ronde el 4%. Supondría un nuevo retroceso respecto del alza mensual de 4,6% en junio (79,8% acumulado en el primer semestre), pero aún al doble del “crawling peg” o tablita devaluatoria fija desde diciembre, al 2% mensual, que retrasa cada período el tipo de cambio.