El boxeador argentino Carlos Baldomir se consagró internacionalmente, al obtener el título mundial welter en las versiones de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), tras ganarle por puntos en 12 rounds y en fallo unánime al anterior titular, el norteamericano Zab Judah. La pelea se desarrolló en el Gran Teatro del Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York, en los Estados Unidos de América, y con este, tal vez, sorpresivo triunfo, el santafesino se erigió en el vigésimonoveno campeón del mundo del boxeo argentino a lo largo de su rica historia. Punto por punto Las tarjetas de esta lucha pareja fueron las siguientes: el italiano Guido Cavalieri 115-113, y las norteamericanas Julie Lederman 114-113 y Melvina Lathan, 115-112, todas en favor del púgil que ahora ostenta un récord de 42 victorias (12 por la vía rápida), 9 derrotas y 6 empates. A los casi 35 años (los cumplirá en abril próximo), 'Tata' Baldomir se dio el gusto grande de inscribir su nombre en las célebres páginas del pugilismo local y mundial. Y no sólo por convertirse en el primer welter argentino que es campeón del mundo sino por el hecho de que alcanzó la gloria en un terreno que, de por sí, era adverso, porque Judah es oriundo de Brooklyn y no parecía sencillo que perdiera en su propia casa. Pero lo casi imposible empezó a tomar forma a partir del séptimo round, cuando el santafesino conectó una serie de golpes ascendentes que dejaron 'groggy' al anterior titular mundial (ahora con récord de 34 victorias y 3 derrotas, 25 por nocaut). A partir de allí, Baldomir tomó las riendas de la pelea, aunque le faltó el golpe de gracia como para liquidar el pleito antes de la campana final. Judah, un peleador zurdo que demostró tener todos los artilugios de un mañoso, intentó volcar el desarrollo a su favor en los asaltos finales, pero ya no tenía la suficiente fuerza como para torcer el destino del combate. Sin embargo, la vieja historia de los jurados que suelen respetar a los boxeadores que ostentan los títulos amagaban con "jugarle en contra" al ímpetu y al coraje de Baldomir. Pero, en esta ocasión, los jueces fallaron con criterio y el campeonato del mundo viajó para la Argentina. Una historia ambulante La historia de este púgil argentino cuenta que alguna vez, mientras acompañaba como sparring a su compañero de equipo Carlos Ríos, no vaciló antes de salir a recorrer las calles de Los Angeles con una bolsa llena de plumeros. ¿Para qué? Para venderlos, y a unos cuantos pesos. Al margen de la anécdota, Baldomir fue un vendedor ambulante de las calles de Santa Fe. Entre sus productos, claro, se encontraban los codiciados plumeros. La gran oportunidad de su vida, lejos de asumir los vendavales típicos que suelen agraciar a otros deportistas cada vez más acostumbrados a obtener su consagración a temprana edad, se hizo esperar. Fuente: El Litoral.com/Télam-SNI