El cielo encapotado no desanimó a los miles de santafesinos que salieron a las calles este martes 23 de abril para marchar en defensa de la educación pública y en protesta a los recortes del gobierno de Javier Milei a las universidades nacionales.
Las calles del centro de la capital de la provincia estuvieron colmadas de jóvenes que encabezaron la movilización hacia el Rectorado de UNL, en reclamo por su derecho a estudiar y contra el ajuste en las universidades.
El cielo encapotado no desanimó a los miles de santafesinos que salieron a las calles este martes 23 de abril para marchar en defensa de la educación pública y en protesta a los recortes del gobierno de Javier Milei a las universidades nacionales.
Temprano en la siesta, cientos de jóvenes comenzaron a ocupar las calles del centro de la capital provincial. Desde la peatonal y los bulevares llegaban de a pie o en bicicleta, cargando carteles que expresaban con ingeniosas frases los motivos por los cuales dejaron por un día el estudio para defender su derecho a estudiar.
De a poco empezaron a reunirse sobre las cuatro esquinas de la manzana que ocupa la Facultad de Ingeniería Química y la Escuela Industrial Superior. De a poco desplegaban banderas, hacían sonar bombos y asomaban los primeros cantos. En la calle, todavía habilitada, autos y motos que pasaban les bocineaban para expresarles su apoyo, que era devuelto con un festejo de los jóvenes.
Con el correr de los minutos fueron llegaron docentes e investigadores, aportando otro grosor a la convocatoria. Luego fue nutrida con trabajadores estatales, agrupaciones políticas y movimientos sociales, que se ubicaron detrás de la columna formada sobre calle Santiago del Estero y 9 de Julio.
Seis cuadras de largo ocupaba la Marcha Federal Universitaria local. La esquina céntrica rebalsaba de agrupaciones estudiantiles de las distintas facultades de la Universidad Nacional del Litoral y de la Universidad Tecnológica de Santa Fe. Amuchados en la calzada, corearon durante algunos minutos distintos cantos que expresaban la misma idea: "Universidad de los trabajadores, al que no le gusta se jode" y "este pueblo no cambia de idea, pelea por la educación", sonaron varias veces. Aunque el que más entusiasmó fue "y ya lo ve...el que no salta votó a Milei".
Y cada pocos pasos podía verse un cartel con reclamos elaborado para la ocasión: "Los hijos de trabajadores también queremos estudiar"; "La educación es un gasto cuando te quieren ignorante"; "Sin educación pública, el futuro es de unos pocos"; "Libertad es poder estudiar"; "Un pueblo que educa es un pueblo que florece"; "Acá se forman los médicos que te atienden"; "Basta de individualidad, el éxito es colectivo"; "Las fuerzas del cielo no podrán contra las fuerzas del aula", fueron algunos de ellos.
A los jóvenes y trabajadores se sumaron una gran cantidad de adultos mayores, muchos de ellos emocionados por la manifestación. También padres y madres con niños y niñas. Muchos de ellos, de acuerdo a la consigna difundida en redes sociales, portaban libros que los marcaron.
Cien Años del Cine Argentino de Fernando Martín Peña, Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire, La Resistencia de Ernesto Sábato, Plan de Operaciones de Mariano Moreno, Mujeres en el Radicalismo de Edit Rosalía Gallo, Las Venas Abiertas de América Latina de Eduardo Galeano y hasta la Constitución de la Nación fueron algunos de los que se agitaban por encima de las cabezas.
Miles de testimonios tuvieron lugar. Todos estaban dispuestos a contar porqué salieron a las calles a defender la educación pública.
Santino, estudiante de Ciencias Políticas en FHUC-UNL, reconoció que "se siente mucha incertidumbre en el cursado" y dijo que asistió a "defender la educación pública porque es la que produce el pensamiento crítico en la sociedad".
Valentina, estudiante de UNL, también admitió que sienten que está "en peligro nuestro cursado por todo lo que estamos viendo en el país", dijo que "estamos viviendo algunas consecuencias para ahorrar energía como la falta de luz en los pasillos" y resaltó la necesidad de que "los estudiantes podamos conocer mejor lo que pasa para defender nuestros derechos".
Patricia cargó con orgullo su historia en un cartel. Ella es empleada doméstica y su hija Alicia se graduó de contadora en la UNL y su hijo Víctor de ingeniero electrónico en la UTN de Paraná. "Vine porque estoy orgullosa de mis hijos y de la formación que recibieron. Sin que la educación sea pública y con mi trabajo, nunca hubieran podido estudiar y ser los profesionales que son hoy. Es una forma de expresar agradecimiento, pero también para pelear por los que vienen. Tengo nietos y quiero que la educación siga siendo pública y que se siga invirtiendo en ella para que sea cada vez mejor", contó.
María, mamá de un alumno de Derecho en la FCJS-UNL, dijo que "la educación es un pilar fundamental para el crecimiento de la sociedad y que sea pública es la única forma de que sea entre todos".
Ricardo, comunicador social, comentó que asistió "porque la educación pública es la única manera de igualarnos en oportunidades" y que sin ella "no se hubieran formado el médico y la enfermera que trajeron a mi hijo al mundo o el arquitecto que pudo construir nuestro hogar".
Masiva manifestación en Buenos Aires
Estudiantes, docentes, la CGT, legisladores y dirigentes de la oposición encabezaron la Marcha Federal Universitaria en Buenos Aires como forma de protesta por el recorte presupuestario que experimenta la mayoría de las casas de altos estudios del país.
La convocatoria fue multitudinaria y durante toda la jornada los manifestantes coparon la Plaza de Mayo. Según las fuerzas de seguridad, hubo 150.000 personas; para la UBA, participaron 800.000.
Luego de la exposición de sindicatos docentes, la presidenta de la Federación Universitaria Argentina, Piera Fernández De Piccoli, leyó el documento que firmaron todos los directivos de las universidades nacionales. La medida sumó apoyo del ámbito político y sindical y finalizó sin incidentes.