Aseguran que la reina Isabel II es fanática de Flash Gordon
Según el actor Brian Blessed la monarca ve todos los años "Flash Gordon", un clásico del cine de los ochenta.
Aseguran que la reina Isabel II es fanática de Flash Gordon
Miércoles 12.8.2020
/
Última actualización 19:56
Hasta ahora se pensaba que la película favorita de la reina Isabel II era Shirley Valentine. Así lo aseguró en una ocasión su guionista, el dramaturgo Willy Russell, y lo cierto es que cuadraba que la comedia sobre un ama de casa entrada en años que un día decide dejarlo todo para vivir una aventura en las islas griegas gustase a alguien que, con el destino marcado desde la cuna, probablemente haya fantaseado muchas veces con una vida lejos de la rutina del palacio de Buckingham.
Pero no. La monarca, de 94 años, prefiere la ciencia ficción para evadirse y es una gran admiradora de Flash Gordon, una película basada en el cómic homónimo sobre la lucha de un jugador de rugby contra un emperador galáctico que ha puesto en jaque la Tierra lanzando la Luna contra el planeta. Estrenada en 1980, ha sido con motivo de su 40º aniversario cuando Brian Blessed, el actor que daba vida al príncipe Vultan en la extravagente cinta, ha revelado lo mucho que le gusta la película a Isabel II.
“Es la película favorita de la Reina. La ve con sus nietos cada día de Navidad”, aseguraba el actor en una entrevista concedida hace unos días a Yahoo Movies. La monarca incluso le habría pedido que dijera la frase “¿Gordon está vivo?”, pronunciada por el personaje al que da vida Brian Blessed en una de las escenas más recordadas de la película.
Aunque el actor no ha detallado cuándo le reveló la reina Isabel II su pasión por Flash Gordon, podría haber ocurrido durante el encuentro que mantuvieron ambos en el castillo de Windsor en 2016, cuando Brian Blessed fue condecorado por la monarca con las insignias de la Orden del Imperio Británico. Tres años antes, el actor ya declaró a la prensa que, cada vez que visitaba el palacio de Buckingham para acudir a algún acto, jamás faltaba un cortesano que exclamara: “¿Gordon está vivo?”.