Lunes 14.9.2020
/Última actualización 11:34
Angie Cadenas marcó un nuevo hito en su carrera con "Otro plan", single compartido con Silvina Moreno en composición e interpretación. Esta canción es el segundo adelanto de su próximo disco debut, luego de "Solo soy". Se consolida así una carrera que comenzó en Instagram y tomó forma en singles y EP como "Súper Yo", "Desconectar" y "Ruido", y en escenarios compartidos con Axel y Diego Torres. El Litoral conversó con esta joven artista para adentrarse en su identidad y sus proyectos.
-¿Cómo fue el proceso de creación de "Otro plan", y cómo salió la invitación a Silvina?
-En realidad a Silvi la conozco hace un año y medio, siempre la admiré mucho como artista, como cantante. A través de un amigo en común le escribí para hacer una versión de uno de sus temas juntas y subirlo a las redes (yo ya estaba subiendo videos a Instagram). Ella con toda la buena onda me dijo que sí, que le re divertía. Nos conocimos y pegamos la mejor. Me sorprendió también la buena energía con la que estuvo re predispuesta a escribir algo juntas, para mí fue una alegría enorme.
-No es que sólo puso una voz, sino que aportó a la canción, grabó el ronroco, puso su sonido.
-Ni hablar. Yo quizás tenía una mirada medio oscura de todo lo que es la canción, y ella aportó mucho porque le dio un giro optimista, un poco más alegre. No del todo alegre. Hablábamos de que mucha gente nos escribió a ambas diciendo que habían llorado con la canción pero desde un lugar de compañía: no los había llevado a un lugar triste sino "ok, voy a llorar pero esta canción me va a bancar en el momento".
-Como una superación de la tristeza.
-No sé si superación, sino como que estás un poco triste y decís "me la voy a bancar un rato". Y después ya estás mejor.
-El anterior single fue "Solo soy", en cuyo video ponés varias cosas que han dicho de vos, de los dientes, de que sos muy alta. ¿Cómo manejás la mirada del otro, teniendo en cuenta de que venís expuesta en redes sociales? Puede aparecer el hater...
-Las redes sociales pueden ser un aliado enorme, porque te dan una oportunidad enorme, porque obviamente te dan esa oportunidad de mostrarte, una gran exposición que puede ser a tu favor. Pero a veces si uno las usa de manera incorrecta, o ni siquiera, con la mala intención que hay en comentarios... No entiendo bien todavía cuál es la motivación del hater a serlo, pero existen y a veces es difícil lidiar con eso.
No recibo muchos comentarios haters, pero a veces me alcanza con uno solo para arruinarme el rato, para angustiarme, porque soy muy sensible también. Obviamente a nadie le gusta que le digan cosas feas, pero a algunos les afecta más que a otros.
Me pasó que en "Solo soy" no sabía si poner ciertas cosas; y después dije "ya fue": no debería tener vergüenza de absolutamente nada, porque eran todas pavadas la mayoría. No me arrepiento; tuve miedo de decir cosas: "Mirá si nadie se había fijado en mis dientes, ahora que lo digo se van a fijar" (risas). Pero después dije "Ya está".
-¿Cómo llegaste a la colaboración con los chicos de Melt Music (Lucas Villemur y Leandro Rivadulla) para grabar estos singles y los temas que integrarán el próximo disco?
-A ellos les confío la vida, básicamente. Los quiero mucho, me acompañaron durante muchos momentos difíciles para mí. Así que poder trabajar con ellos me encanta; la pasamos muy bien, tenemos mucha confianza ya; las cosas fluyen: a veces no necesito decirles nada, que ya me entendieron. Íbamos juntos a la facultad, imaginate hace cuánto tiempo que los conozco.
Creo que no hubo tanta invitación, fue como "che, hagamos por acá". Ellos felices. Les dije: "Amigos, estoy empezando a planear mi primer disco", saben que lo quiero hacer con ellos. Si bien hay un tema hecho por otro productor, Sebastián Schon (que todavía no salió), un genio total; es más grande, tiene más trayectoria, mucho reconocimiento por su trabajo, y también fue un placer haber trabajado con él. Pero como tengo más temas hechos con los chicos de Melt es más la relación.
-¿En "Super Yo" y "Desconectar" con quién trabajaste?
-En "Super Yo" trabajé con Lucas Biren, que también es un groso, y estuvo bueno que sea mi primera experiencia haciendo un tema propio, porque me acompañó muy bien (y la pasamos muy bien). El resto ya lo hice con los chicos de Melt y Martín Della Nina, que es quien armó el grupo de producción. Él se fue a vivir a Estados Unidos, entonces fue medio complicado seguir los cuatro.
-Van a hacer cinco años que estás centrada en una carrera. Compartiste escenario con Axel y Diego Torres. ¿Cómo surgieron esas invitaciones?
-Con Diego fue algo increíble, me encariñé con él un montón: es como si fuera un tío de verdad y él también me habla a mí como si fuese sobrina postiza. Fue como dos años al colegio con mi tío. Le deben llegar mil mensajes por día de "tengo un sobrino nieto tercero que le gusta la música, fijate si podés chusmear". Mi tío fue muy respetuoso en ese sentido, no quería mostrarle algo que no tenga tanto contenido.
Una vez que tuve mis redes armadas, y tuve un pequeñísimo nicho de seguidores y se veía un trabajo atrás de todo es, se lo compartió: "Te muestro a mi sobrina". Diego le dijo: "No te puedo creer que nunca me la hayas mostrado; lo lindo que canta". Una respuesta que casi me largo a llorar, pero no podía porque estaba demasiado nerviosa (risas). No sé cómo agradecerle a Diego todo lo que hizo por mí. Seguimos en contacto y tenemos la mejor de las ondas. Le voy a estar agradecida de por vida.
Con Axel fue distinto: él estaba haciendo una movida de invitar gente de las redes a distintas fechas. Me vio en las redes y fue súper lindo: fue en un show grande, así que yo estaba re nerviosa también (risas). Estoy súper agradecida, me trataron muy bien, estuvo muy lindo.
-Gente cantando hay por miles. ¿Qué sentís que tengas como diferencial que te destaque?
-Me gusta creer que la gente se va a sentir acompañada con mis temas. Trato de darle el tinte de mi color, o lo que sea que me represente a mí, cantando mis canciones y contando mis historias. Igual trato de mantenerme súper activa y en contacto con la gente que me sigue, como para que se sienta cerca. Cada vez que saco un tema la respuesta es increíble, no lo puedo creer: son tan cariñosos...
-(Risas) Por suerte no tengo muchos. Veo cuentas que son terribles la cantidad que tienen. También porque muchas cuentas se prestan a eso, generando cierto tipo de debate con distintos temas. Por elección propia prefiero, si tengo algo que debatir, hacerlo con gente que voy a poder mirar a los ojos y que tenga cierta confianza, que me sienta cómoda. No me pondría jamás a debatir en redes sociales porque no es mi estilo, no me gusta tampoco.
-¿Cómo fue ese pasaje desde saber que querías cantar a esta etapa donde estás haciendo tus propias canciones?
-Le tenía un poco de miedo al hecho de empezar a mostrarme realmente con mis temas. Me costó mucho componer, es de lo que más me cuesta, por miedo, prejuicio, presión de sentir que sí o sí tenía que hacer algo increíble; que todo lo que haga tenía que ser intelectual. Cuando finalmente me relajé empecé a disfrutar del proceso; hoy no sé si mis temas son mejores o peores, pero estoy contenta, conforme y lo disfruto. Y creo que eso es lo importante, ¿no?
El pasaje fue bastante natural. Siempre me gustó escribir, intentar armar melodías. Pero de ahí a que se hizo real hubo un proceso más personal de decir: "Bueno, tengo que hacer algo con esto, no puede quedar en la nada".
-Sí. Literal. Es difícil, pero hay que hacerlo.
-¿Sentís que encontraste tu propia identidad o tu voz como artista o estás todavía en una búsqueda?
-Es como que necesitaba sacar "Solo soy" para entender quién era yo. A partir de ahí fue como un disparador, de repente empecé a escribir un montón de canciones. También para mí funcionó como un reencuentro de identidad; pude entender hacia dónde quería ir; si bien más o menos lo sabía, pero ¿viste cuando te cae la ficha? Fue re loco para mí: cuando la escribí estaba re dudando (típico mío, dudar todo el tiempo, soy muy influenciable también). Me costaba tomar la decisión de "es por acá". De repente lo sentí, y pensé que ojalá que otra gente pueda conectar con lo que estaba diciendo, sintiéndose igual que yo. Llegar y hacerlos sentir un poquito mejor. A mí con que una persona me diga "tu canción me ayudó o me acompañó"... es lo más lindo que me pueden decir.
-Claro. Aunque sea uno solo. Porque a veces uno se frustra con los números, y de repente se olvida del verdadero propósito: compartir el mensaje, disfrutarlo, pasarla bien, hacer música (no hay nada más lindo que eso). Uno se va acostumbrando a disfrutar el proceso, porque ¿si no para qué lo hacemos?
-Por ahí ponés el objetivo en otro lado, y la meta por sí sola...
-Ni hablar. De verdad que no es lo importante, para nada. Obvio que tiene que estar, y ser algo concreto, pero no es el objetivo.
-El pueblo quiere saber sobre la técnica del vaso. ¿Cómo empezaste?
-Hubo una película ("Pitch Perfect") donde hacían el ritmo con el vaso, yo lo aprendí por curiosidad. Después no quería quedarme con eso y probar otro tipo de ritmos: primero los pensaba con la boca, tipo beatbox (que me sale pésimo), y después trataba de imitarlo con el vaso buscando sonidos más agudos o más graves, para hacer los bombos. Fue una experimentación que al final estuvo buena. Después le agarré la mano: a veces me toma tiempo, pero cada vez menos.
-¿Qué se viene para el futuro cercano, y cómo se acomodan esos planes a lo que está pasando?
-La idea es que salga el disco pronto, no tengo fechas aún. Después de eso intentar tocar en vivo cuando se pueda, o vía streaming. No queríamos apurarnos con el disco y después no poder salir a tocarlo. Estamos intentando adaptarnos a la situación, pero está difícil, porque para el artista es muy inestable: un día se puede hacer algo, al otro día se cancela. Se pueden hacer shows por streaming, pero a mí mucho no me tienta. Así que veremos: hay que aprender a lidiar con la incertidumbre.