Martes 29.10.2024
/Última actualización 17:05
Cielo Razzo regresa a Tribus Club de Arte (República de Siria 3572) el sábado 2 de noviembre a las 21, presentando su octavo disco “El día fuera del tiempo”, salido en julio pasado. Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (de miércoles a domingo, de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).
Para adentrarse en la alquimia del disco y del grupo humano, El Litoral habló con Pablo Pino (voz) y Diego “Pájaro” Almirón (guitarra y coros), referentes de una formación que se completa con Fernando “Nano” Aime (guitarra), Cristian Narváez (bajo) y Javier Robledo (batería y coros).
Conciencia dormida
-Vuelven a Santa Fe y a Tribus, donde siempre son bien recibidos.
Pablo: -Es un lugar cómodo para nosotros.
-En este caso para presentar “El día fuera del tiempo”.
Pablo: -Sí: presentarlo acá en Tribus, que es un lugar que nos gusta mucho (eso siempre lo digo cuando hacemos notas); sabemos que va a venir mucha gente de todos lados, porque en Rosario lo vamos a presentar el 6. Va a ser el segundo show presentando el disco: primero vamos a Córdoba, después venimos para acá. Después vamos para un “festi” en Reconquista, dentro de noviembre. Vamos a disfrutar mucho; seguramente estén nuestros amigotes de siempre dando vueltas: espero que no vengan, que nos comen todas las pizzas (risas). Tenemos ganas de salir a tocar el disco, y hacerlo acá está bárbaro.
-En la presentación dice que “apela a la conciencia dormida” y busca “esas emociones como la solidaridad”; algo que tiene que con el concepto que está atrás de este disco. ¿Qué emociones lo atraviesan?
Diego: -Son las que nos atraviesan siempre como artistas, cada vez que tratamos de plasmar en una canción, en una letra, en una melodía: buscamos la realidad. Yo por lo menos me nutro de lo que veo, de lo que vivo. Creo que a todo no pasa eso.
En este disco en particular, cuando surgió el nombre de “El día fuera del tiempo”, me cerró la idea de la conciencia: la inconsciencia en la que vivimos, el mundo ilusorio; conceptos un poco más budistas, pero que terminan siendo un poco verdad a la hora de ver todas las cosas que pasan y que no cambia nada. Siempre estamos delegando en los líderes, “que el mundo es así, el sistema es así”, y lo vivimos mal: de una manera que no debería ser, con violencia, con individualismo.
Es complejo, porque el sustento diario todo el mundo lo necesita; y cada uno en distinto lugar va hacia ese sustento de determinada manera.
-Es una negociación constante.
Diego: -Claro. Y las canciones son eso: muestran los distintos estados de ánimo que tenemos: la felicidad que tenemos, la amargura que nos provocan cosas. Tratamos de que no sea una novela donde todo termina mal: hay que comer (risas). Siempre se relaciona la música agresiva, heavy metal, el punk, para mostrar una historia. A nosotros nos gusta la melodía, nos gusta pensar que la cosa va a cambiar: no somos tan fatalistas. Pero analizando la situación, hay una conciencia dormida, hay algo que tenemos que atender en algún momento.
Diego: -Hay mucha gente que activa y lo vive; pero termina siendo un círculo cerrado, y el monstruo este gigante te come, nos come a todos: el día a día se vive así.
Amalgama
-Ya son una banda con un sonido, con un estilo, con muchos años. ¿Hay algo que a nivel musical que digan: “Esto es distinto, es una cosa que nos parece un crecimiento”, comparado a los últimos discos?
Diego: -Hay algo acá que es fuera de lo común, porque hay canciones que hice yo, y eso le da otro color ya. Siempre aporto: si bien componemos los dos, él trae la mayoría de las canciones y las trabajamos en la sala; y siempre dos o tres ahí aporto.
Pablo: -Siempre fue mitad y mitad, más o menos; en este disco lo que se ve un poco más lo de él. Que lo comparto por completo: por eso también mi tranquilidad de interpretar sus canciones, como el resto de los pibes. Pero en mi caso tengo un contacto un poco más cercano, por una cuestión de composición, y que hablamos desde el primer momento que llegó a la banda el Pájaro: nos sentamos en mi cocina a componer los dos. Después dijimos: “Me parece que no va por acá”, nos separamos un tiempo y después volvimos a componer como “pará pará, y esta idea y podemos hacer esto”.
Diego: -Son dos mundos que en su momento chocaron un poco.
Lo que decía él lo entiendo por el lado de que vos tenés que interpretar una canción que está hecha la melodía, y no sale de la cabeza compositiva de él; entonces tenés que encontrarle el lugar y todo eso.
Pablo: -Para mí tuvo como punto principal que las melodías no salieron de mí. Estoy acostumbrado a cantar canciones de él desde hace casi 25 años; pero en este caso esto es una obra que tiene la idea de él, que yo la comparto: por charlas que hemos tenido, por un montón de cosas; ya sé por dónde va, pero me las tengo que apropiar. Cuando compongo una canción mía, hasta que llega a la banda pasó cien veces por mí.
Diego: -Se mueve como pez en el agua.
Pablo: -En este caso, cuando él compone, voy escuchando la canción cuando la está tocando, voy orejeando, y ahí entro.
En esta oportunidad fue así, pero a la vez también había que ir culminando cosas. Él, generoso como es, me dijo “Metete acá, cerremos esto”; entonces un poco trabajé también en esas canciones.
Pablo: -Son hermosas. La música y la banda lo principal (en mi criterio) es que te conecta con la gente: eso es lo más grande que nos dio la música. Que yo lo pude hermanar a él, a su familia, su gente, con los míos; y toda la banda: el Gordo (Cristian), Nano, Javi, somos una gran familia; y se generó un mundo.
Diego: -Hay una amalgama ahí que la da el tiempo, que nos hace las cosas un poquito más fáciles: ya nos conocemos, la interpretación es un poco más amena.
Nuevos tiempos
-Tuvo esta cosa también de que fueron saliendo los primeros sencillos, después siguieron trabajando, y metieron un envión final para terminarlo. Fue más escalonado el trabajo que en otros discos. ¿Cómo fue esta experiencia?
-Diego: -Arrancó en la pandemia, con las tres canciones que salieron ahí: una especie de ensayo de lo nuevo, tratando de aggiornarnos a los singles y nada más. En algún momento nos dimos cuenta de que somos bichos de disco, de obra: nos gusta eso de “este disco”; y el disco tiene mínimo ocho, nueve temas, hay un desarrollo de cosas. Si no, nos parece que quedan las cosas medio sueltas.
Por eso los tres temas que sacamos en pandemia y pospandemia quedaron afuera: que son “El punto”, “Cualquier luz” y “Alucinante cuento”.
-No estaban en este concepto.
Pablo: -No, venían de otro momento, quedaron ahí varados.
Diego: -Pensamos en ponerlos, porque terminaban siendo 11 temas con estos tres; pero dijimos: “Vamos en esto con lo que estamos haciendo”.
Pablo -Sí. Además esas canciones está bueno que hayan quedado como algo de la pandemia: “Las canciones pandémicas”.
-Las primeras del disco también tuvieron su vida de single.
Diego: -En 2018, cuando salió el DVD del Luna, hay una canción que no está en ningún disco, “Desarmar (5 locos)”, que Facu Stoa (La Bolsa) toca la trompeta; que se editó solamente ahí: salió físico el CD y el DVD. Parece como que hablamos de hace 20 año atrás.
-Hay artistas que son de esta era de plataformas que también necesitan en un momento decir: “Necesito el concepto de un disco”.
Pablo: -Dillom tiene un par de discos conceptuales. Después hay artistas que les gusta la de ir sacando canción a canción, cada dos meses, que no tiene nada que ver una con la otra; que van componiendo y van subiendo. Porque ahora es más simple: manejás un poco de maquinaria, un poco de tecnología, y tenés una canción. En otra época tenías que ir al estudio, trasladarte.
Diego: -Es el concepto de banda: de familia que se une y encuentra (o no); pero si tiene la suerte de encontrar un lugar, “vamos a hacer un disco”. Y hay una fuerza detrás de eso. Ahora ya no hace falta, porque no se sabe si lo hiciste vos, con ruiditos o cosas que descargaste de YouTube; no hay una cosa orgánica. Se termina transformando a veces en algo orgánico eso, como la inteligencia artificial.
Realidades
-En Buenos Aires está previsto para el 23 de noviembre, en el Complejo C Art Media; lo vienen trabajando hace rato con un montón de difusión. ¿Cómo está la expectativa para ese show?
Pablo: -Altísimas. Tenemos que aprender a manejar las expectativas, obviamente; arrancamos con el Festival Bandera el sábado y después venimos para acá. Las expectativas son altas, pero a la vez sabiendo que estamos en un momento complicado: que hablamos con los muchachos son épocas difíciles, así que tranquilos.
Sabemos que el disco gustó, que es es un hermoso disco, estamos satisfechos con eso. Pero también está la otra pata, que es la guita: lo vemos todo el tiempo. Entonces hay que estar atentos y tampoco caernos.
-Habían empezado a dar notas en agosto.
Diego: -Cuando salieron “Corazón” y “Colmena” también: estábamos en otra productora. Después de ahí no se pudo seguir, se cambió. O sea que el disco viene teniendo una historia.
-En enero habíamos charlado de que no iba a ser un año fácil, iba a ser impredecible: para las bandas y para ustedes particular. ¿Cómo atravesaron este 2024?
Diego: -Con incertidumbre por lo que veníamos hablando: ya habían salido los dos sencillos estos, que terminó siendo complicado. Tratando de ordenarnos y reorganizarnos: primero fue todo el proceso del disco, de grabar, de masterizar; después acomodarnos con la productora, Asfalto.
Creo que fue un año hasta ahora para acomodarnos, para prepararnos para lo que viene: salir más tranquilos, con otra energía. Ya era tiempo; ya somos gente grande y hemos hecho esto durante mucho tiempo: disco, salir de gira, tocar, notas. Se fue haciendo como una cadena: en 2015 se hizo un parate después del disco “Tierra nueva”, que también sirvió para ver a dónde vamos, que vamos a hacer. Estuvimos unos cuantos años pensando.
Pablo: -Pasa por el hecho que nosotros somos bastante autogestivos, y no cumplimos horarios. Entonces nos manejamos con la energía de cada uno.
Diego: -Tiene sus pros y sus contras.
Pablo: -En su momento éramos muy jóvenes, nos ponían una guitarra, nos subían a un bondi e íbamos. Estábamos todos en situaciones muy parecidas, similares. El tiempo va pasando; no quiere decir que no seamos la misma familia, pero se fueron moviendo las cosas: fueron cambiando las vidas personales de cada uno, los caminos se movieron. Pero la banda ahora lo que tiene por delante es lo que dice Diego: la reestructuración, que creo que estamos en un gran momento en ese punto. Se están acomodando un montón de cosas, aparecieron actores nuevos en nuestro entorno, que está muy saludable.
Está buscando ser un entorno de adultos sanos, y eso está bueno. Estamos en épocas muy complejas, nosotros somos músicos, y no es lo mismo ser músico: tiene una tiene una energía emocional muy fuerte, tiene una incertidumbre (nosotros vivimos con incertidumbre). Entonces este año fue para reacomodar todo eso, y confiamos en que el año que viene va a ser un buen año, dónde se va a desplegar el disco y vamos girando.
Viaje de vida
-El año pasado estaban celebrando los 30 años, este están largando material nuevo. ¿Cómo se paran, como grupo humano y como artistas cada uno, para resetear y decir: “Estamos empezando a transitar la cuarta década”.
Pablo: -Mamadera... No tengo respuesta para eso: es mucho.
Diego: -Es demasiado (risas). Es como levantarse a la mañana y decir: “Guau, tengo 51”. Muchas cosas que te van nutriendo: todo sirve para aprender, para tratar de mejorar: nuestra voluntad esta en eso.
Pablo: -En un momento era: "Uh, tenemos una banda de rock"; y ahora es lo que hacemos hace mucho tiempo, nos dedicamos.
Diego:- En un momento en un mundo ilusorio fantástico y ahora es realidad pura, con todo lo que ello trae: la realidad es dura, cruel. Es muy lindo lo que nos pasó, eso nos mantiene muy activos.
Pablo: -Es ir buscando todo el tiempo, y sirve mucho nutrirse personalmente para después llegar a la banda con ideas nuevas, con pensamientos distintos.
Somos un grupo de amigos de mucho tiempo, con un montón de gente al lado: el hermano de él, mi hermano volvió del sur, después de "diez años de condena", como dice él. Somos una familia real en ese punto; y entonces jugamos a esto: en la vida tenés que elegir, “juego para allá o juego para acá”. Nosotros elegimos jugar acá, todo lo que es una novela fantástica, y que esto en algún momento se culmina; y que el tiempo que estemos acá lo vamos a aprovechar componiendo, haciendo canciones, y tocando en Santa Fe y en todos lados.
-Como realidad dura está buena que sea teniendo una banda y saliendo de gira.
Pablo: -Totalmente, no se puede pedir más.
-Esto es un viaje de mucho tiempo. En ese viaje vieron pasar diferentes públicos, se sumaron otros públicos, hijos de viejos públicos, y otra gente que se fue enganchando: hay gente que nació después que algunas de las canciones que se tocan en el show. ¿Cómo es esa relación?
Pablo: -Eso es lo que hablamos con los psicólogos todo el tiempo.
Pablo: -Hablando de público que va pasando, se está levantando mucho la bandera del rock, de las bandas: me parece que hay una nueva creciente movida de eso. Y nosotros estamos acá esperando, sabiendo la música que hacemos y esperando que el público venga.
Y obviamente hemos visto pasar... los tipos que estaban pogueando se empiezan a correr; como el jugador de fútbol que jugaba adelante y empieza a bajar, hasta que en un momento queda afuera de la cancha; y en otro momento vuelve cada tanto a jugar.
Hay mucha gente que los has visto rompiéndose los huesos de pibitos, después vienen con la pareja, después con el niño o la niña; se retiran, vuelven y te dicen: "Hace 15 años que no los veo" (o cinco, seis). Es emocionante.
-Y el que está adelante...
Diego: -Vimos nacer muchas parejas.
Pablo: -La otra vez tocamos en Buenos Aires, aparecieron unos pibes de Santoto que nos siguen de toda la vida, ya son chabones grandes; e hicieron el viaje. La música es un lugar de encuentro, donde las sensaciones afloran, y te conectás con lo que todos queremos, que es la emoción. Si Cielo sirve para eso, ya está logrado.