Martes 8.11.2022
/Última actualización 0:54
En los ‘90 Juan Bautista Stagnaro condujo proyectos que todavía siguen grabados en la memoria colectiva como “Casas de fuego” (1995) basado en la vida de Salvador Mazza, médico que combatió el Mal de Chagas y “La furia” (1997), drama carcelario con Diego Torres. Ahora, luego de una década, el director volvió al ruedo y filmó “Natalia, Natalia”, que llegará a las salas de cine el 24 de noviembre.
La película (que debe su título a la forma en que se denomina a los cadáveres NN en la jerga policial) está centrada en Silvia Monteferrante (Sofía Gala Castiglione) hija y ex esposa de policías. Cuando su ex pareja muere en cumplimiento de su deber, comienza a investigar movida por la certeza de que detrás de los hechos se esconde algo oscuro.
Es, en sus líneas generales, un policial negro. Pero el personaje principal, femenino, está fuera de los moldes. No entra en las categorías que el género impuso en sus vertientes más conocidas de “mujer fatal”, “ingenua”, “abnegada” o “mujer secuestrada a la que hay que rescatar”.
“Mi propósito no fue hacer cine de género, simplemente me gustó la historia. Contarla a partir de una mujer que está escapando. Si fuera varón, no se sostendría. Ella está escapando de su padre y de otro padre que puede ser su marido. Parece que escapa, pero si uno observa toda la historia, se da cuenta que, al mismo tiempo, va al encuentro. Es interesante ver cómo la trama la conduce hacia ese destino del cual pretende escapar”, explicó Stagnaro en una entrevista.
En efecto, “Natalia Natalia” tiene una fuerte carga de ambigüedad que la enriquece. Pese a la intención de Stagnaro de no ceñirse a las lógicas del género, hay más de un eco de las novelas de Raymond Chandler, a quien menciona explícitamente, a través de una alusión a “La dama del lago”.
“Los valores narrativos, la construcción de personajes y la forma de los diálogos es estupenda en Chandler. Traté, de cualquier manera, de armar una trama que se sostenga”, aseguró el director. Es que existe una famosa anécdota que involucra a Chandler como guionista de cine, en la cual se revelaba que sus tramas eran tan intrincadas que ni él mismo las podía seguir. Es que le interesaba más mostrar la evolución de los personajes.
Sofía Gala con Stagnaro. FOTO: Crep FilmsLa película está pensada de modo tal que la cámara va siempre detrás de Silvia. “Esto hace que el espectador sepa lo que ella sabe e ignore lo que ella ignora. Lo que creo que siempre es bueno, cuando decidís desplegar un relato con un punto de vista único, es que el espectador no se adelante. Lo más interesante es cuando la protagonista se guarda sorpresas. Puede ser tierna por momentos, dura por otros. Me encantó, por ejemplo, el diálogo que mantiene con la abogada que la ayuda, que interpreta Valentina Bassi. Hay un juego de conocimiento mutuo, de complicidad”, afirmó el director.
“Me gustan los guiones estructurados a partir de lo que le pasa a los personajes. Más que un policial a la inglesa, donde todo es racional, creo que lo que se impone es que hay impulsos que no vienen por la razón. Los personajes están construidos en base a eso. No tienen una lógica”, aseguró Stagnaro.
La estrategia sobre la cual se asienta la película, en la ficción, es que la institución policial ha llegado a un punto en el cual se les escapó alguien y no tienen manera de acceder a lo que se llevó. “El único puente que tienen es esa ex mujer, entonces hay una estimulación, en general, sobre asociación, memoria, irracionalidad y sueño. Y es el sueño el mecanismo con el cual avanza la trama”, puntualizó.
Diego Velázquez en un fotograma del film, donde interpreta al "Griego". FOTO: Crep FilmsEn definitiva, “Natalia Natalia” tiene, como la vida, varios rasgos ambiguos. Algunas preguntas que no tienen una respuesta clara, que le tiran la pelota al espectador. “Como en la vida, donde hay cosas que quedan titilando en la memoria y no tienen una respuesta definida”, destacó el director.
Más allá de lo fílmico, Juan Bautista Stagnaro reveló que poder volver a los rodajes fue muy gozoso en lo personal. “A lo largo de diez años se me cayeron dos proyectos, que de todas maneras todavía siguen vigentes. Pero en este caso filmé con mucha felicidad. Las cinco semanas fueron muy felices. Disfruté mucho del montaje. Me gusta mucho la música que quedó y la fluidez del relato. No hay planos que chocan, hay armonía”, finalizó.