Ignacio Andrés Amarillo
iamarillo@ellitoral.com
Almafuerte, la banda liderada por Ricardo Iorio, visitará el Puerto de Santa Fe en el marco de la gira por los 20 años. En la previa al show, se presentarán Gol de Chancho y Cacería y Castigo.
Ignacio Andrés Amarillo
iamarillo@ellitoral.com
Almafuerte, la banda liderada por Ricardo Horacio Iorio, llega luego de una larga espera para presentar temas de “Trillando la fina”, su última placa, junto a clásicos de su extenso repertorio. Será en un concierto que se concretará el próximo domingo a las 17, en el Molino Marconetti (Dique II Puerto de Santa Fe). En la previa, se presentarán sobre el escenario portuario las bandas Gol de Chancho y Cacería y Castigo.
Por los caminos
Antes del arribo, El Litoral dialogó con Iorio, cantante y referente del metal nacional, cabeza de una formación que integran Claudio “Tano” Marciello en guitarra, Adrián “Bin” Valencia en batería y Carlos Roberto “Beto” Ceriotti en bajo.
—De vuelta por Santa Fe, siempre girando. ¿Cómo se genera esta relación de Almafuerte con el público, siendo que por ahí los medios no dan tanto espacio a esta música?
—No le dan bola a lo que despierta conciencia. Nosotros somos así, vamos por todos lados, donde nos llaman vamos a tocar, siempre que no sea para ningún partido político extremo vamos. Como pueda, como sea, humildemente. Estamos grandes, y nos sentimos contentos del sacrificio de tantos años a contar las moneditas (risas). Nosotros salimos a las dos de la mañana a Santa Fe, tocamos y volvemos, siempre es así. Es una rutina.
—“Trillando la fina” es un disco muy de la ruta, de estar girando todo el tiempo, con temas como “Pa’l recuerdo”, o de estar volviendo, como en “Ciudad de Rosario”, o esto de “Son los destinos de mi vagar, que te convido con mi rockear” (“Mamuil Mapu”).
—Me alegro que lo veas así, amigo: ésa es la intención, que se transformó en lógica y en hecho.
—¿Qué te dijo Pelusa cuando cuando escuchó la canción que le dedicaste? Es un acto de gratitud...
—Un amigo de Rosario, Juani Alfonso, y otro amigo, me habían dicho: “Tenés que escribir un tema sobre la gratitud”. Y justo sucedió eso e hice un tema para la gratitud, para mi gratitud, que está en marcha. Y él contentísimo, es un amigazo.
—Te bancó durante un problema de salud...
—Lo dice la canción todo: él se quedó esperando y cuando desperté, vi el techo y estaba él al lado mío.
—En tantos años en la ruta, uno genera amigos y de los otros. Está bueno tener algún palenque donde rascarse...
—Así es: la vida se trata de valorar los afectos.
Compañeros
—Esta formación es la que más duró de Almafuerte, dentro de los 20 años que cumplieron. ¿Cómo se logra funcionar como un equipo durante tanto tiempo?
—Y... por cariño, por sentimiento creo que es. De otra forma, no habría manera de tener más grandes satisfacciones. Nos llevamos bien y nos queremos. No te voy a decir que después de los conciertos estamos todos juntos, pero estamos mucho tiempo juntos, con el Tano y con Bin.
—Con el Tano ha funcionado durante muchos más años, aparte de que es un violero que cualquiera querría tener en la banda.
—Como dije antes, ser afectuoso y agradecido. Claro que todos quisieran tener un guitarrista como el Tano, por supuesto. Y el Tano quisiera tener un cantor como yo. Estamos juntos, nos llevamos bien, nos queremos y nos respetamos por sobre todas las cosas desde hace 20 años. El respeto y el saber eliminan la ignorancia y el temor.
—Hablando de violeros, la tuviste a Carina Alfie en “Atesorando en los cielos”; algo toca la chica... ¿Querés contar un poco sobre el disco? (el tercero como solista, editado este año).
—Ahí invertí los ahorros que tenía. Con Carina y con Bin, y con la hija de Gieco, Joana, en teclados; y con Marcelo Bray, que es un excelente luthier de Bahía Blanca, que le hace las guitarras al Tano. Los elegí a ellos como músicos para que no tenga el mismo sonido que Almafuerte.
Contento, salió, capaz que algún día lo podríamos presentar. El otro día estuvimos en un escenario y subió a tocar con nosotros Carina, porque ahora el Tano tiene la particularidad de hacer subir a un guitarrista y él no tocar y ponerse a cantar conmigo; y dejarlo tocar al guitarrista solo. Siempre tuvimos eso de darle la oportunidad a la gente que venía atrás: no ser angurriento y dejar comer a los más chicos.
Hacia adelante
—“Trillando la fina” ya tiene unos tres años. ¿Hay en vista un próximo disco?
—Ya estamos trabajando en ese disco, tenemos 12 temas, van a ser 12 ó 13; yo en las letras, el Tano en la composición. Ya está prácticamente terminada la composición de todas las canciones; yo sacrificándome en escribir letras que no se repitan, y en homenaje a diversas personas, que no voy a nombrar ahora: algunas vivas y otras muertas.
—¿Fecha estimada de salida?
—Va a ser para el año que viene, tal vez para junio.
—Hicieron historia cuando llenaron el estadio Islas Malvinas de All Boys, hacía décadas que una banda argentina de metal no llenaba una cancha de fútbol (Rata Blanca lo hizo en Vélez en 1991). ¿En qué pensás cuando pasan estas cosas?
—Es satisfactorio, mas no invierto toda mi energía en eso. Se da por añadidura, no es que lo busque. No es una intención: se da así, se propone, se acepta y listo. No pasa a mayores; en el pensamiento mío, por lo menos.
—¿Y de dónde se sacan las energías para seguir trabajando en esto?
—De las ganas de haber querido ser y serlo. La vida es una fiesta si uno hace lo que ama.