Domingo 17.10.2021
/Última actualización 4:38
La editorial santafesina Palabrava este año ha buscado abrir sus horizontes y para eso llevó a cabo dos acciones concretas: por un lado, lanzar la colección “Literatura de los confines” destinada al mercado latino en Nueva York junto a Pro Latina Press de Nueva York con títulos de escritores del nordeste argentino y, por el otro, incorporar voces de otras latitudes a las colecciones troncales de su catálogo.
Este último es el caso de “Marabulla”, un poemario de la escritora española Silvia Rodríguez (Las Palmas de Gran Canaria, 1970) y con fotografía de tapa de la santafesina Marisa Malatesta, que fue ganador del Premio Internacional de Poesía “María del Villar Berruezo” y que viene a enriquecer la colección Rosa de los Vientos. Para conseguir el libro podés hacerlo por la tienda nube editorialpalabrava.com.ar o por las redes sociales de Palabrava.
En esta nota, charlamos con la escritora sobre su proceso creativo, las temáticas que son de su interés y sus obsesiones al momento de escribir.
Gentileza Palabrava La edición de Marabulla , obra ganadora del Premio Internacional de Poesía María del Villar Berruezo , con fotografía de tapa de la santafesina Marisa Malatesta.La edición de “Marabulla”, obra ganadora del Premio Internacional de Poesía “María del Villar Berruezo”, con fotografía de tapa de la santafesina Marisa Malatesta.Foto: Gentileza Palabrava
-¿Cómo considera “Marabulla” en el conjunto de su obra?
-Es un ejercicio de rescate, a veces de un modo más íntimo, otras de un modo más cruel. En todo proceso de creación se experimenta daño, se rebusca y se hurga para confeccionar el poema. Para mí la palabra “Marabulla” en sí misma contiene todo el peso de una infancia feliz, inocente. Un tiempo al que vuelvo y del que regreso en el desarrollo del poemario. También recuerdo los lugares secretos, los que nos daban miedo, los traumas de esa edad que enlazan con los actuales, los juegos, la palmera como símbolo de resistencia y de esperanza, los muebles en desuso…Es un pequeño cosmos que se mueve en el tiempo, que trasciende el pasado y que desenrosca sus hojas como un helecho que revive o se deshace como una madeja de lana.
-¿De qué manera influenció el Premio Internacional de Poesía “María del Villar Berruezo”?
-Fue una alegría y ahora es mayor, con la publicación del libro en Argentina. Para mí ese ha sido el verdadero premio, un sueño hecho realidad. Argentina es un país referente en la poesía donde además el libro, como concepto y objeto, cobra mucho valor y la avidez lectora es muy notoria.
-¿La nostalgia es algo que siempre se cuela en sus libros? ¿Tiene un protagonismo central?
-Pienso que la nostalgia suele colarse de algún modo, nos influye a la hora de escribir la propia existencia además de otros factores, otros ritmos, otras poesías y creo que en el caso de mi generación el cine, las películas, la narrativa de las mismas, sus planos, sus encuadres… El protagonista en poesía tiene el privilegio de cambiar porque el poema siguiente lo permite. Creo que en un libro de poesía pueden cruzarse varios protagonistas, sin necesidad de ponerse límites. La poesía para mí es un espacio para la irreverencia, para el rupturismo; como escribe el poeta Pedro Flores en su poema “Golem”: De entre todas las palabras/ de este verrugoso idioma de trileros y de santos, /una se te ha de parecer, /una te hace justicia, poesía:/devastación.
-¿Podría enumerar las obsesiones que la llevan a escribir?
-Creo que el dolor físico, la vulnerabilidad, la fragilidad psíquica y la pérdida traumática de lo que más amamos. Además, está esa búsqueda compleja de encontrar la propia poesía.
-¿En qué libros está trabajando ahora y cuáles son sus proyectos futuros?
-Estoy trabajando en un libro sobre la existencia, el nacimiento, la niñez, la incómoda pubertad, el traer y llegar al mundo…
-¿Qué opina del uso de las redes sociales en relación a la difusión de su obra?
-Comprendo que son muy útiles cuando se usan con inteligencia, pero veo más en ellas un escaparate para la autocomplacencia, el odio, y la obsesión de mostrar un perfil. En el caso de la poesía las redes sociales han propiciado un concepto indiscriminado de la misma, henchido de cursilería y soberbia.