Es mentira que en Argentina no hay tradición de comedia musical, mas claro: no hay tradición de comedia musical yanki. Por ahí va la cosa.
Cuando uno sale de ver, aplaudir y emocionarse con la puesta marplatense de “Casi Normales” debería hacer tal ejercicio: Bueno, veamos, qué canción nos llevamos a la vereda. Cri... cri... cri. El eje aparecerá, debería aparecer, está en otro sitio. Está, pero dejemos en claro lo que está claro: ausencia de un tema hit (pronuncie jitero).
Es mentira que en Argentina no hay tradición de comedia musical, mas claro: no hay tradición de comedia musical yanki. Por ahí va la cosa.
Nostalgia 1- La mayoría de los tangos, algunos buenos tangos (música del puerto de Buenos Aires, música del puerto, “puerteña”, finalmente “porteña”, viene de la nostalgia, el adiós y el volveré. Es drama, nostalgia, tragedia y canción, balada, recuerdo.
Nostalgia 2- Carlos Gorostiza, en el texto de “El acompañamiento” señala, no quiero el Gardel de las películas de Hollywood, el otro, el anterior. Caramba, Gardel era un actor de comedias musicales yankis. De las primeras y más duraderas, a juzgar por las canciones.
Hay un dogma no escrito pero si juramentado: toda comedia musical debe dejar un hit. La gente, el público, debe salir cantando una melodía.
Nostalgia 3- “Qué vachaché” fue creado durante una gira por Uruguay de la Compañía Rioplatense de Sainetes y lo estrenó en Montevideo Mecha Delgado en 1926. Después lo cantó Tita Merello, también Gardel. Es Discépolo. Sumemos Vacarezza, Francisco Canaro e Ivo Pelay. No hay olvido si hay un hit. Comedia musical, una trama, una canción pegadiza y a la cancha.
Para no olvidar “Casi Normales” hay que recurrir a otras cosas y sin embargo su música es llamativamente sólida, es grande, muy grande. Es obvio decir que un musical tiene que tener música, pero es muy importante entender que se trata de siglo XXI en músicos, en compositores y arregladores... y quienes adaptaron.
Es una verdadera masa sobre los espectadores el trabajo musical. En algunos momentos supera a los actores. No hubo un yerro en las entradas y las incidencias que la música acompaña, define, resuelve en la trama. No hay Casi Normales si esa banda no está ajustadísima. Lo está. Triunfa.
Nostalgia 4- “Llévenme a la Catedral” (“Get Me to the Church On Time”) es una canción de “My Fair Lady” (“Mi bella dama” en algunos países de América Latina), un musical basado en la obra de teatro “Pigmalión” de George Bernard Shaw, con música de Frederick Loewe y libreto y letras de Alan Jay Lerner. Esa canción, “Llevenmé a la Catedral”, cantada por “el Dringue” Farías, en la versión en español rioplatense no tuvo par, fue impar. Salían cantando el tema a la vereda, al restaurante después del teatro. Ah… tiempos de noche y trasnoche.
Nostalgia 5- Otro ejemplo inatajable: “Y no lo entiendo /Fue tan efímero/El caminar de tu dedo en mi espalda dibujando un corazón” ...lara lara laira... Raúl Rossi o Marcos Zucker, elija, haciendo “El violinista en el Tejado”. Lara lara laraira...
“Casi Normales” es actualísima, está forjando su leyenda. Va camino a eso, a convertirse en legendaria. En Argentina se estrenó el 5 de enero de 2012 en el Teatro Liceo de Buenos Aires, bajo el título “Casi Normales”. Producida por Javier Faroni y protagonizada por Laura Conforte como Diana, Alejandro Paker como Dan, Florencia Otero como Natalie, Matías Mayer como Gabe, Fernando Dente como Henry y Mariano Chiesa como Dr. Fine/Dr. Madden, la versión porteña contó con dirección de Luis Romero, diseño de escenografía de Marcelo Valiente, diseño de vestuario de Pablo Bataglia, diseño de iluminación de Marco Pastorino, diseño de sonido de Rodrigo Lavecchia y Mauro Agrelo, dirección musical de Gaby Goldman y adaptación al español de Marcelo Kotliar, Pablo del Campo y Diego Jaraz.
Nostalgia 6- Con fe lo imposible soñar... de “El sueño imposible”... “El hombre de La Mancha” es un musical con libreto de Dale Wasserman, música de Mitch Leigh y letras de Joe Darion, basado en la obra de texto para la televisión “Yo, Don Quijote”, también de Wasserman, que a su vez está inspirada – libre, muy libremente- por la novela “Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes. Ironías de los empresarios. Está en Mar del Plata Raúl Lavié, que hizo en Méjico, con éxito, “El Hombre de la Mancha”.
Las adaptaciones de obras consolidadas en la dramaturgia llevan una ventaja y traen un problema. No hay que explicar pero, ay, se las debe justificar sin traicionar. “Casi Normales” debe explicarse a si misma. Hay diferencias.
Nostalgia 7- Vamos al punto: “Casi Normales” es una familia clase media, no hay tragedias de negros y el sufrimiento (“Porgy and Bess”, “tengo mucho de nada” y el “Summertime” son inmortales) Está el electroshock pero nadie voló sobre el nido del cuclillo (“Atrapado sin salida”). No están los Montescos y Capuletos en versión uno, dos y tres: “West Side Story” (“Amor sin barreras” en algunos países de América Latina) es un musical con libreto de Arthur Laurents, música de Leonard Bernstein y letras de Stephen Sondheim (“María, María, Maríaaaaa...”), basado libremente en Romeo y Julieta de William Shakespeare.
Nostalgia 8- “Hello Dolly” no asoma en sus más de veinte versiones ni asoma “Cabaret”. Ni “Chicago” ni “Cats”. No hay “Línea del Coro”. Vamos. No está “Acuario” pidiendo que entre el sol, con Valeria Linch y “la negra Angela” para el primer “Hair”. Vamos, vamos... No está Mike Navaja y el Berlín del 1930. Nada. ¡Ni “Drácula”!
En “Casi Normales” son eso: casi normales. No tienen dramas económicos. Es bien bien bien clase media y no se quedan sin laburo. No hay violaciones. Tienen sus problemas. Siquiatras, pastillas, hijos muertos, historias que se repiten... clase media. El vecino. Los vecinos son Casi Normales.
Tras su paso por el Liceo el espectáculo también pudo verse en otros teatros de Buenos Aires como el Apolo, el Nacional, el Tabarís, el Metropolitan o el Astral, así como en el Neptuno de Mar del Plata. En total se llevaron a cabo más de 300 funciones, durante las cuales el reparto fue renovándose con diferentes intérpretes. En Mar del Plata los actores son: Natalia Cociuffo. Martín Ruiz, Dan Breitman, Manuela Del Campo, Iñaki Aldao, Máximo Meyer. Después de la obra Ruiz, a telón abierto agradeció, declarándose marplatense. Hubo más aplausos.
En la versión del 2021/2022 en Mar del Plata Los músicos fueron/son: Sergio Salvatore – batería; Antonio Torres – guitarras; Maria Eugenia Castro – cello; Anton Sullivan – violín; Julián Izarriaga - bajo y contrabajo; Camila Suero – piano, arreglos, dirección: un hallazgo. En el re estreno hubo un remplazo, otro músico con La Peste. El bajista fue Martín Lozano, de Buenos Aires. Estará, al menos, los siete días de rigor del encierro del músico con Covid-19.
“Lo que pase pasará y en la negra oscuridad, tengo una luz, alguna luz, algo de luz, algo de luz, algo de luz…”.
Con las luces encendidas cierran con el estribillo que reproducimos. Casi Normales es inatajable y los misterios o fenómenos no se explican, porque no se puede o dejan de ser.
El siglo XXI trajo un musical, para su segunda década, que todos aplauden, yo también. Dentro de un tiempo tal vez tenga Nostalgias de los casi normales. Todavía no.