El Litoral
Le siguen Dinamarca, Suiza y Finlandia. La República Centroafricana ocupa el último lugar en la lista.
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DPA
Noruega es el país más feliz del mundo y la República Centroafricana el que menor grado de felicidad registra, según un estudio realizado por expertos y presentado hoy en Nueva York.
Noruega, que el año pasado se situó en cuarta posición, desbanca en esta ocasión a Dinamarca, que pasa al segundo lugar tras encabezar en tres ocasiones la lista del Estudio Mundial sobre la Felicidad.
En tercer puesto se sitúa Islandia y completan el top-10 Suiza, Finlandia, Holanda, Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Suecia. El informe se basa en datos de los años 2014 a 2016.
De Noruega, rica en petróleo y gas, el informe destaca que ha conseguido “extraer su petróleo a un ritmo lento e invertir las ganancias en el futuro en lugar de gastarlas en el presente”. Además, el país nórdico evitó “el ciclo de prosperidad y quiebra de otras muchas economías ricas en recursos”, señala el estudio.
Los cuatro primeros países de la lista puntuaron alto en factores clave para la felicidad, como los cuidados, la libertad, generosidad, honestidad, salud, ingresos y buena gobernanza, señala el informe.
Los cinco últimos países de la lista son Ruanda, Siria, Tanzania Burundi y la República Centroafricana.
El primer país latinoamericano que aparece en el ranking es Costa Rica, en el puesto 12, por delante de Austria (13), Estados Unidos (14) o Alemania (16). Chile se ubica en el puesto 20 y por detrás de colocan Brasil (22), Argentina (24), México (25), Uruguay (28), Guatemala(29), Panamá (30) o España (34).
El informe vincula las puntuaciones, entre otros aspectos, con encuestas de la percepción sobre sí mismos que tienen los habitantes de los distintos países. Tiene en cuenta el producto interior bruto per cápita, la esperanza de vida media, el apoyo que se percibe en el entorno social o la confianza en el Gobierno y las empresas respecto a la corrupción.
También se fija en la percepción que tienen los encuestados sobre la libertad para tomar las decisiones que influyen en sus vidas, así como en su generosidad a la hora de hacer donativos. Entre los factores negativos están las preocupaciones, la tristeza o la ira.