Telam
El papa Francisco les informó a los obispos argentinos que no vendrá al país en junio de 2016 para participar del Congreso Eucarístico que se desarrollará en la provincia de Tucumán, en el marco del Bicentenario de la Independencia.
Así lo informó el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, en el marco de una rueda de prensa ofrecida cerca de este mediodía en la casa de retiros El Cenáculo-La Montonera, donde durante toda la semana se viene desarrollando la asamblea plenaria del Episcopado argentino.
“El papa Francisco agradece la invitación y desea venir pero, por otros compromisos, cuestiones de agenda y viajes programados, no va a venir en esa fecha”, consignó Arancedo. No obstante, el arzobispo de Santa Fe remarcó los “deseos de volver” a su tierra natal expresados por el papa Francisco para encontrarse con su “gente amiga”, y agregó que acompañará “espiritualmente” la preparación y el desarrollo del Congreso.
Arancedo precisó que “esto no significa que no venga” en otra fecha y recordó que “la invitación es permanente y también está el deseo de él” de regresar a la Argentina.
El titular del Episcopado dijo también otros obispos latinoamericanos le han solicitado que visite sus países ‘pero el Papa expresó las dificultades de agenda que tiene para el 2016”, año en que está prevista la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia (Polonia) y otros viajes por Asia y Africa.
Por otra parte, Arancedo detalló que los obispos argentinos le hicieron llegar una carta a Francisco recordando los treinta años que se cumplen de la mediación vaticana en el conflicto con Chile por el Canal de Beagle.
En la rueda de prensa que ofreció junto a los vicepresidentes del Episcopado, Mario Poli y Mario Cargnello, Arancedo habló además de que en el país “hace falta predicar la reconciliación y recuperar la capacidad de encuentro para recrear un país para todos”.
El presidente del Episcopado dijo que durante el plenario de obispos se habló de la necesidad de “trabajar en el camino de la reconciliación nacional, la amistad social y la concordia”. “Hemos perdido la capacidad de diálogo y de encuentro”, sostuvo Arancedo, quien fue reelegido esta semana para presidir por tres años más el Episcopado.
En la misma línea, consideró que los debates para reformar normas y códigos “no pueden ser apresurados”, sino que darse en un marco de “respeto a la Constitución”.
Por último, volvió a expresar la preocupación de la Iglesia Católica por el ‘avance del narcotráfico‘ y, si bien destacó “los esfuerzos del gobierno” en superar la exclusión social, afirmó que “no se sale de la pobreza estructural sólo con planes, sino con proyecciones a largo plazo”.