José Francisco de San Martín nació un 25 de febrero pero de 1778. Fue hijo del el capitán don Juan de San Martín y de doña Gregoria Matorras del Ser.
Se cumplen 173 años del fallecimiento del Libertador de América y en nuestro país celebramos su enorme legado y su memoria. Un repaso de su vida y sus mejores frases, que siguen resonando en el presente argentino.
José Francisco de San Martín nació un 25 de febrero pero de 1778. Fue hijo del el capitán don Juan de San Martín y de doña Gregoria Matorras del Ser.
Nació y se crió en Yapeyú, lugar que hoy forma parte de la provincia de Corrientes y que en aquel entonces fue capital de uno de los cuatro departamentos en los que habían sido agrupados los treinta pueblos de las misiones guaraníticas donde su padre ejerció las funciones de Teniente Gobernador hasta 1775.
En 1781 su familia se radicó en Buenos Aires y dos años después emprendió viaje a España arribando al puerto de Cádiz en marzo de 1784.
Nuestro General se incorporó en 1789 como cadete al Regimiento de Murcia del arma de infantería y mientras formó parte del ejército español combatió inicialmente en África contra los moros y en las guerras sostenidas con Francia, Inglaterra y Portugal.
Por su actuación en la batalla de Bailén donde resultaron batidas las legiones invasoras del emperador Napoleón I, fue ascendido al grado de teniente coronel y condecorado con medalla de oro. Pasó a ser oficial de caballería hasta que en 1811 se retiró del ejército real para trasladarse a Londres, esperando concretar su propósito de regresar a América luego de su brillante preparación en España.
San Martín y otros rioplatenses desembarcaron el 9 de marzo de 1812 en Buenos Aires con el objetivo de contribuir a la independencia de los pueblos.
A poco de su llegada, el Triunvirato le confió la organización de un escuadrón de caballería que luego se transformó en el Regimiento de Granaderos a Caballo. Mientras instruía a su ejército, contrajo matrimonio con María de los Remedios de Escalada y el 7 de diciembre de 1812 fue nombrado coronel del flamante regimiento.
El 3 de febrero de 1813, San Martín obtuvo su primera victoria al frente de 120 granaderos, tras derrotar en la batalla de San Lorenzo al ejercito español en un combate que duró tan solo quince minutos. Luego de las derrotas sufridas por el Ejército del Norte a cargo del general Manuel Belgrano en el Alto Perú (actual Bolivia) el gobierno de Buenos Aires decidió socorrerlas con el envío de refuerzos al mando del coronel San Martín, que asumió el mando de ese Ejército tras disponerse el relevo del general Belgrano.
El 10 de agosto de 1814, el director supremo Gervasio Antonio de Posadas designó a San Martín gobernador intendente de la Provincia de Cuyo con jurisdicción sobre las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis. A los dos meses de asumir el cargo, sucumbió el régimen independentista de Chile a manos de las tropas represoras enviadas por el virrey del Perú.
El Libertador replanteó su plan de acción militar optando por la estrategia de atravesar la cordillera de los Andes. El plan continental fue aprobado por el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Tras concluir la preparación del Ejército de los Andes, a mediados de enero de 1817 se inició el cruce de la cordillera venciendo al ejército realista en la batalla de Chacabuco.
Luego, en la noche del 19 de marzo de 1818 lograron sorprender en Cancha Rayada al rioplatense, que se dispersó parcialmente. San Martín rehízo sus efectivos y el 5 de abril siguiente obtuvo un gran triunfo en la batalla de Maipú.
Asegurada la independencia de Chile, San Martín organizó el Ejército Libertador del Perú. La expedición fue triunfal en Lima, donde el 28 de ese mes se proclamó la Independencia en la Plaza Mayor de Lima. San Martín ejerció funciones de gobierno con el título de Protector de la Libertad del Perú hasta que en julio de 1822, después de entrevistarse con el general Simón Bolívar, decidió renunciar a su cargo.
El 4 de diciembre de 1823, San Martín llegó a Buenos Aires. Con posterioridad decidió trasladarse a Europa para darle una mejor educación a su hija, partiendo de Buenos Aires el 10 de febrero de 1824, pero decidió volver a fines de 1828 al enterarse de que en del movimiento revolucionario que inició Juan Lavalle y del fusilamiento del coronel Manuel Dorrego.
A fines de 1830 San Martín y su hija se instalaron en París. Dos años más tarde, la heredera del libertador se casó con Mariano Balcarce. En 1848, se trasladó a Boulogne-sur-Mer, donde finalmente falleció la tarde del 17 de Agosto de 1850, acompañado de su hija, su yerno, y sus nietas.
En 1880, sus restos fueron trasladados desde Francia a Buenos Aires para ser depositados en el mausoleo que al efecto se erigió en la Catedral donde es custodiado por una guardia del ejército que él mismo creo.
“Prohíbo el que se me haga ningún género de funeral, y desde el lugar en que falleciere, se me conducirá directamente al cementerio sin ningún acompañamiento, pero sí desearía, el que mi corazón fuese depositado en el de Buenos Aires”, dejó escrito en su testamento.
“Si hay victoria en vencer al enemigo, la hay mayor cuando el hombre se vence a sí mismo”