El acento porteño se ha hecho más habitual en una ciudad que cada invierno se convierte en pueblo fantasma, pero que este año vive una actividad inusual, como refugio con calidad de vida garantizada para atravesar la pandemia.
El acento porteño se ha hecho más habitual en una ciudad que cada invierno se convierte en pueblo fantasma, pero que este año vive una actividad inusual, como refugio con calidad de vida garantizada para atravesar la pandemia.
Fuera de temporada y en plena cuarentena obligatoria en la Argentina, las fronteras binacionales registraron el ingreso de 24.759 ciudadanos argentinos a Uruguay, una cifra que no habría sido importante años anteriores, pero que es significativa en el contexto actual de pandemia, ya que una buena parte de ese número son personas que se han movilizado para vivir aquí este tiempo y no para hacer un mero paseo de fin de semana.
Esos cerca de 25.000 argentinos ingresaron entre el 13 de marzo y el 31 de julio, y a diferencia de años anteriores, no se trata de turistas por paseos ni de ejecutivos de negocios, porque desde esa fecha se ha dado un cierre de fronteras para turismo, y los que ingresan al país es porque tienen un justificativo de residencia.
En tanto, durante la pandemia, Migraciones de Uruguay recibió apenas 85 pedidos de residencias entre marzo y julio, y fueron concedidas 77. En la Dirección Impositiva hay expedientes sobre residencias fiscales, pero aún nada sobresaliente.
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"Es el invierno con más familias viviendo acá de los que yo recuerde. Por argentinos que se mudaron temporalmente y por uruguayos que prefieren pasar a su segunda casa, y trabajar desde aquí, aunque esto no se refleje mucho en la actividad comercial", dijo a La Nación el alcalde de Punta del Este, Andrés Jafif, que advirtió que esta situación alienta expectativas de crecimiento.
En reserva, empresarios locales y funcionarios de gobierno, con asistencia de técnicos de organismos internacionales, trabajan en un plan de promoción de inversiones y generación de clima de negocios para aprovechar la oportunidad que se abre para Punta del Este.
El director de Terramar, Juan Carlos Sorhobigarat, visualiza una corriente argentina inédita en traslado de residencia, que se está dando en familias de alto poder adquisitivo pero que considera que puede ampliarse en los próximos meses.
"Hay más compras de inmuebles que lo habitual, pero lo más fuerte se da en alquileres largos por argentinos que prefieren pasar la pandemia en este lugar, disfrutar de aire libre, hacer deporte, tener calma, sin desligarse de sus negocios [en Buenos Aires]", dice Sorhobigarat, que es uno de los líderes del proyecto "Destino Punta del Este".
"Muchas familias se han quedado desde marzo y están esperando que se cumpla el plazo de vivir en territorio uruguayo para iniciar trámite de residencia, por lo que no se ve ahora en números pero sí se dará en la segunda mitad del año", dijo a La Nación el abogado Federico Fischer, de la consultora "Andersen Tax & Legal", uno de los tantos estudios que promociona el régimen que ha flexibilizado el gobierno de Luis Lacalle Pou.