El Centro Nacional de Desastres de Papúa Nueva Guinea indicó que existe la posibilidad de que unas 2.000 personas hayan quedado sepultadas vivas debajo de la tierra deslizada el pasado viernes 24 de mayo.
Lo especulan desde el Centro Nacional de Desastres del país oceánico. Los fallecidos confirmados son 670.
El Centro Nacional de Desastres de Papúa Nueva Guinea indicó que existe la posibilidad de que unas 2.000 personas hayan quedado sepultadas vivas debajo de la tierra deslizada el pasado viernes 24 de mayo.
Las eventuales nuevas víctimas se sumarían a los 670 muertos estimados oficialmente. En materia de cifras, 1.250 personas fueron desplazadas en la región de la provincia de Enga. 250 casas quedaron enterradas.
Hasta este lunes a primera hora de la mañana se han recuperado menos de una docena de cuerpos y los esfuerzos se han visto obstaculizados por escombros de 10 metros de profundidad en algunos lugares y por la falta de equipo adecuado.
"El deslizamiento de tierra enterró vivas a más de 2.000 personas y causó una gran destrucción en edificios y huertos y causó un gran impacto en el sustento económico del país", dijo Lusete Laso Mana, directora interina del Centro Nacional de Desastres, en una carta a la ONU.
Algunos rescatistas escucharon a un grupo de personas gritar desde donde estaban atrapados bajo capas de roca, informó el canal local NBC.
"La situación sigue siendo inestable ya que el corrimiento de tierra continúa moviéndose lentamente, lo que representa un peligro constante tanto para los equipos de rescate como para los sobrevivientes", añade el texto que las Naciones Unidas avalaron en base a sus estimaciones.
“Tras la inspección realizada por el equipo, se determinó que los daños son extensos y requieren acciones inmediatas y colaborativas de todos los jugadores”, completa el documento.