A un mes de ocurrida la tragedia en Barcelona donde gemelas argentinas se arrojaron al vacío desde un tercer piso, se supo que la adolescente que sobrevivió, se recupera de forma favorable.
La adolescente de 12 años continúa internada, ya sin riesgo de vida ni respirador, en el Hospital Parc Taulí de Sabadell.
A un mes de ocurrida la tragedia en Barcelona donde gemelas argentinas se arrojaron al vacío desde un tercer piso, se supo que la adolescente que sobrevivió, se recupera de forma favorable.
Según indicaron familiares de las gemelas, la joven de 12 años continúa internada, ya sin riesgo de vida ni respirador, en el Hospital Parc Taulí de Sabadell.
Desde hace unos días comenzó con los tratamientos de rehabilitación después de que por varias semanas su estado de salud fuera desalentador por las múltiples fracturas en la mandíbula y otras partes del cuerpo que sufrió así como también por tener un pulmón comprometido.
Además, se confirmó que reconoce a su madre, a su padre y a sus abuelos, pero que aún no fue anoticiada del fallecimiento de su hermana, quien murió en el acto. Cuando las autoridades den la aprobación del alta, los familiares buscarán regresar a la Argentina para despedir los restos de la gemela fallecida.
En las últimas semanas, se supo un dato más que desolador en torno a la causa: Alana había visitado 32 veces a la psicopedagoga del colegio Llobregat por el acoso que sufría de sus compañeros.
Ante el conocimiento de estos hechos el director de la institución, Josep Olivella, declaró en la causa y renunció a su cargo: "Pensamos que es una medida positiva, que sirve para dar un cambio y respiro al instituto que está muy afectado. Ha sufrido mucho estos acontecimientos", informó la secretaria general de Educación de la Generalitat de Cataluña, Patricia Gomà.
El trágico hecho ocurrió el 21 de febrero de este año cuando después de regresar del colegio las gemelas dejaron arriba de la mesa dos cartas de despedida y se arrojaron desde un tercer piso.
La carta de Alana manifestaba que quería acabar con su vida por las agresiones que sufría en el colegio por parte de sus compañeros por su acento argentino y hasta por su cambio de género.
Mientras que la de Leila sólo señalaba que acompañaba en el sufrimiento a su hermana y que no la iba a dejar sola en ese momento: "Saben lo que yo amo a mi hermana, yo vi todo el bullying que sufre ella, voy a hacer lo que ella decida. La voy a acompañar adonde ella quiere". Ella sobrevivió, mientras que su gemela no.
Este hecho generó conmoción en la comunidad y en el país ya que sacó a luz la falta de empatía y ayuda que reciben los estudiantes en torno a las agresiones por el acoso escolar.