Máxima y Guillermo de Orange dejarán de usar la Carroza Dorada por considerarla "ostentosa"
Cuesta mucho mantenerla y aluda a épocas "racistas".
Máxima y Guillermo de Orange dejarán de usar la Carroza Dorada por considerarla "ostentosa"
Jueves 10.9.2020
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Última actualización 19:28
Cada año, hasta hace cinco, los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, se dirigían el tercer martes de septiembre a la inauguración del curso político montados en la Carroza Dorada, un ostentoso carruaje de finales del siglo XIX del que protocolariamente tiran seis u ocho caballos, dependiendo de si dentro van el rey o la princesa heredera.
El Día del Príncipe, el rey da su discurso en el Ridderzaal, el más llamativo de los edificios del complejo del Parlamento holandés. La tradición se ha mantenido inmutable durante décadas. La llegada en carruaje, también. Aunque no siempre ha sido en la Carroza Dorada, que desde hace casi una década estaba cada vez peor vista entre una parte del pueblo y la clase política.
La última vez que los reyes usaron esa carroza fue el 15 de septiembre de 2015, año en el que se retiró para ser restaurada. Una restauración que ha llevado más tiempo que su construcción y que sigue prolongándose: hasta 2021, por lo menos, el carruaje no estará listo. Y este año, el Servicio de Información del Gobierno ha aclarado, este martes, que la semana que viene no recorrerá las calles.
La polémica se encuentra en la pintura que decora uno de sus laterales, y ha sido exacerbada tras un verano en el que las protestas relacionadas con el Black Lives Matter y el asesinato de George Floyd se reflejaron en Holanda en una manifestación de más 50.000 personas, que hincaron la rodilla en solidaridad con el movimiento que pide el fin de la injusticia racial.
Racismo
El carromato ostenta desde sus inicios un símbolo de esa injusticia: se trataba de un regalo contrarreloj que los grupos vecinales de Amsterdam financiaron en una colecta para regalarle a la reina Guillermina en su toma de posesión, el seis de septiembre de 1898. La reina decidió no aceptar ningún regalo ese día, así que el pueblo de Ámsterdam tuvo que hacer la entrega al día siguiente. Y el problema está en un lateral de la Carroza Dorada, donde se encuentra una pintura llamada Homenaje a las colonias.
En ella, nativos asiáticos, indios y africanos se postran ante una virgen holandesa, blanca y pura, a la que llenan de ofrendas. El símbolo es ofensivo en sí para los pueblos explotados y sus descendientes, y más aún si tenemos en cuenta su significado: la virgen holandesa no es una figura religiosa, sino un avatar de los Países Bajos, como la Marianne francesa o la Britannia. La virgen holandesa no tiene nombre, aunque formó parte del escudo de la breve República de Batavia, el nombre que los romanos daban a la región. Y que fue también durante las colonias el nombre que le impusieron a Yakarta, la actual capital de Indonesia.
La polémica sobre si volvería a usarse se repite cada año desde que el Gobierno decidiese jubilar la Carroza Dorada con una restauración sine die. Lo que ocurre es que este año ha coincidido con una protesta mundial contra lo que queda hoy del colonialismo de antaño: racismo.