Sábado 13.6.2020
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Eliseo Gil, el exdirector de excavaciones en el sitio arqueológico romano Iruña-Veleia, recibió una sentencia de prisión y una multa por haber “manipulado” escritos considerados históricos en ese momento, ya sea por sí mismo o “a través de terceros”, según los documentos de la sentencia.
En 2005 y 2006, Gil anunció que su equipo había encontrado piezas de arcilla en el sitio, cerca de la ciudad de Vitoria-Gasteiz, en el País Vasco español. Los artefactos, dijo, databan del siglo III d.C. y contenían referencias jeroglíficas egipcias, representaciones de la crucifixión y signos del idioma vasco. En ese momento, el descubrimiento se consideró revolucionario, y se pensaba que mostraba el primer ejemplo escrito del idioma vasco, de 800 años antes que los ejemplos previos. Sin embargo, dos años después, un comité multidisciplinario de expertos en Lingüística, Historia Antigua, Arqueología, Química y Filología consideró que el descubrimiento era falso, informó la agencia de noticias Reuters.
Los expertos que estudiaron las piezas encontraron inconsistencias tales como la ausencia de sintaxis, ortografía moderna de palabras y nombres y frases inconsistentes con el supuesto período histórico. Los expertos en Filología e Historia Antigua cuestionaron la aparición de palabras latinas con rasgos más modernos, como el uso de la letra J en Júpiter en lugar de la escritura latina “Iupiter”, o el uso de “Octavian Augustus” para referirse al emperador Augusto.
Al principio, Gil y su equipo defendieron sus controvertidos hallazgos del “gran revuelo” que estaban causando. En una declaración vista en una versión archivada de la página web del equipo de excavación, que ya no está activa, Gil y su equipo defendieron los hallazgos, que según ellos consistían en “un voluminoso conjunto de grafitis —inscripciones y grafitis grabados en varios medios— de un carácter excepcional de los textos y temas representados”.
En febrero, Gil mantuvo su inocencia en declaraciones hechas a la prensa. El miércoles, el jefe de un tribunal en Vitoria-Gasteiz encontró a Gil culpable de falsificación y fraude, y lo sentenció a dos años, tres meses y 23 días de prisión.