Antes de tomar una decisión definitiva, es fundamental estar bien informado. A continuación, te ofrecemos una guía detallada para orientarte en este proceso, junto con consejos esenciales para el cuidado posterior de tu tatuaje.
Antes de inmortalizar un diseño en tu piel, es vital estar informado. En esta nota las claves para una decisión y cuidado óptimos en el mundo del tatuaje.
Antes de tomar una decisión definitiva, es fundamental estar bien informado. A continuación, te ofrecemos una guía detallada para orientarte en este proceso, junto con consejos esenciales para el cuidado posterior de tu tatuaje.
Investigación del tatuador: Asegurate de seleccionar a un profesional con experiencia y buenas referencias. Visitá su portfolio, leé opiniones y verificá que trabaje en un estudio con estrictas medidas sanitarias.
Selección de un diseño significativo: Optá por un diseño que tenga un significado personal y duradero, evitando tendencias pasajeras.
Consideración del dolor: Infórmate sobre las zonas más sensibles y evaluá tu tolerancia al dolor para seleccionar la ubicación adecuada.
Perspectiva a largo plazo: Reflexioná sobre la permanencia del diseño en tu vida y cómo se adaptará a diferentes etapas.
Preparación de la piel: Mantené tu piel saludable antes del tatuaje, evitando la exposición solar excesiva y manteniéndola hidratada.
Consideración del costo: Priorizá la calidad para evitar resultados insatisfactorios o problemas futuros.
Si bien el tatuador te indicará los pasos a seguir para lograr una recuperación total luego del tatuaje, acá te señalamos algunos consejos.
Limpieza: Lavá el tatuaje suavemente con agua y jabón neutro.
Hidratación: Aplicá una crema hidratante especial para tatuajes, evitando productos con fragancias o alcohol.
Evitá el sol: Protegé el tatuaje de la exposición directa al sol y de piscinas durante las primeras semanas.
No rasqués: Aunque pueda picar durante el proceso de cicatrización, evitá rascar o retirar costras.
Alerta a posibles alergias: Mantenete alerta ante cualquier signo de reacción alérgica, como enrojecimiento, inflamación o picazón excesiva, y consulta a un dermatólogo si es necesario.
Repercusión laboral: Evaluá las posibles implicaciones de un tatuaje visible en tu entorno laboral actual o futuro.
Decisión reflexiva: Tomate el tiempo necesario para reflexionar y asegurate de que estás tomando una decisión fundamentada.
Evitá el agua estancada: Durante la primera semana, evitá baños prolongados o sumergir el tatuaje en agua estancada para prevenir infecciones.
Ropa adecuada: Optá por ropa suelta y transpirable que no roce o irrite el área tatuada durante el proceso de cicatrización.
Mantenete hidratado: Beber agua favorece la hidratación de la piel y contribuye a una mejor cicatrización.
Consulta médica: En caso de cualquier complicación, como signos de infección o reacciones adversas, consultá a un médico o dermatólogo sin demora.