Nosotros, parte del común denominador de las personas que nacimos y vivimos en nuestra patria, nos consideramos legítimamente ciudadanos. Ciudadanos "de a pie".
De acuerdo a mi real entender y modesto saber, solamente somos ciudadanos porque podemos identificarnos a través de un Documento Nacional de Identidad, el famoso DNI.
Nosotros, parte del común denominador de las personas que nacimos y vivimos en nuestra patria, nos consideramos legítimamente ciudadanos. Ciudadanos "de a pie".
Esto último significa que, según lo determina la Constitución Nacional, tenemos derechos y deberes como tales, ya que nos comprende la responsabilidad del cumplimiento del deber.
Entonces me pregunto y les pregunto: ¿Existe en todos una dimensión del alcance de dichos derechos y deberes? ¿Los que nos gobiernan, funcionarios políticos, legisladores y jueces, nos consideran ciudadanos?
De acuerdo a mi real entender y modesto saber, solamente somos ciudadanos porque podemos identificarnos a través de un Documento Nacional de Identidad, el famoso DNI.
Con él podemos transitar libremente por las calles de ciudades y pueblos, menos en los llamados "Barrios Privados". Y podemos comerciar, trabajar y hasta delinquir, porque para algunos es lo mismo "un burro que un gran profesor".
Es decir, parece que podemos hacer todo, menos peticionar ante los poderes Político, Legislativo y Judicial.
Primero quiero referirme al Poder Legislativo, que nos representa, en cuanto la Constitución dice que "el pueblo gobierna a través de sus legisladores".
Si uno presenta un proyecto en el Poder Legislativo -en cualquiera de las dos Cámaras-, le pueden dar ingreso -en el mejor de los casos-, pero la iniciativa no se trata si un senador o un diputado no lo toma como propio.
Entonces su destino es el "Archivo Cesto" y tampoco te citan para que lo expliques. O sea: si no pertenecés a la "Casta Política" no existís. Entonces me vuelvo a preguntar... ¿Dónde está mi derecho de ciudadano?
Segundo, si le solicitamos una entrevista al Poder Ejecutivo, olvídense. No te la conceden. Sus tiempos no le permiten escuchar a un ciudadano y menos si es un trabajador de cualquier característica (lógicamente, si es un político o un religioso las puertas se abren).
Tercero, en cuanto al Poder Judicial, está claro que el ciudadano honesto no tiene posibilidad de una entrevista con un juez de la Corte Suprema, otros jueces o fiscales; si no te representa un abogado (es decir que tiene más chances un delincuente).
Estos ejemplos me alcanzan y sobran para demostrar que los ciudadanos somos tales porque tenemos un DNI. Y para ellos, los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial (nacional, provincial y municipal/comunal) somos ciudadanos solamente el día que tenemos que votar, porque es el día que nos necesitan.
Y nosotros vamos a votar orgullosos, lógicamente, porque creemos que así ejercemos uno de nuestros principales derechos de ciudadanos.
Los políticos nos aplauden y agradecen nuestro gesto, pero después, si no somos parte de la dirigencia política (a la que se le puede llamar "casta", como se ha puesto de moda), o de los amigos del poder a los que tienen que responder, no sirve el título de "Ciudadanos" (ciudadanos de "a pie").
Somos un "cero a la izquierda", aunque paguemos el cargo que ellos ostentan. No nos tienen en cuenta.
Que grande nuestra patria. Solamente somos ciudadanos para trabajar, no para aportar ideas. Y estamos representados, por disposición de las distintas constituciones, por legisladores y dirigentes políticos, para muchos de los cuales no existimos.
De todas formas mi mensaje es siempre el mismo, en positivo: trabajemos y cumplamos con nuestros deberes, así seremos buenos ciudadanos. Aunque los seamos sin derecho a peticionar.