Por Raúl S. Vinokurov
Por Raúl S. Vinokurov
Nadie duda que Jorge Bergoglio siempre fue afín al peronismo y ya como papa Francisco lo siguió demostrando. Por supuesto, durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner apoyó algunas decisiones y se mostró permeable a determinadas propuestas de Juan Grabois, Emilio Pérsico, Luis D'Elía y varios de los máximos referentes sindicales y sociales. Cuando advirtió que el alza de la inflación y la pobreza durante la gestión de Alberto Fernández dañaban al sector del peronismo con que se identifica, no dudó en hacer comentarios críticos desde Roma, incluyendo al ministro Sergio Mazza, a quien recordaba como adversario de Cristina Kirchner.
Ahora bien... ¿Cuál fue la opinión de Bergoglio sobre el veto de Cristina a la ley que otorgaba el 82 % móvil a los jubilados? ¿Cuál fue la opinión del papa Francisco sobre las toneladas de piedra y los desmanes provocados en la Plaza de los Dos Congresos, que el peronismo organizó durante el gobierno de Mauricio Macri? ¿Qué opinó Francisco sobre los bolsos de José López, los robos de Lázaro Báez o las condenas por fraude que ya tiene Cristina? En este brevísimo repaso no olvidemos que cuando Bergoglio no era Francisco su relación con el kirchnerismo era mala, llegando incluso Cristina a trabajar en contra de su elección como pontífice. Pero "todo cambia" en tal sentido y para ejemplos están los del propio Mazza y el mismísimo Alberto, o el de Daniel Scioli.
Hace poco Francisco recibió a una numerosa comitiva de la CGT y más tarde (¿para compensar?) a la ministra Sandra Pettovello. Luego repudió la represión sufrida por el pueblo que protestaba contra el veto de Javier Milei a la Ley de Jubilaciones o la falta de presupuesto universitario. Otra vez los jubilados maltratados por todos los gobiernos sirven como excusa para movidas netamente políticas. En la represión a la gente hubo un hecho más que lamentable, un policía le tiró gas pimienta a los ojos a una nena de 10 años. De eso se acordó Francisco criticando duramente el suceso. Además, se refirió a la corrupción, dando a entender que funcionarios de Milei pidieron coimas a una empresa que quiere instalarse en nuestro país.
¿Las coimas y corrupción durante los gobiernos peronistas no se critican ni denuncian Francisco? No son pocos los analistas que consideran que Bergoglio continúa siendo el líder de un gran sector del peronismo y define determinadas políticas del mismo. Por otra parte, es evidente que la oposición a Milei se está organizando, abriendo algunos frentes de confrontación (negativa al veto presidencial, marchas callejeras, asambleas y paros en Aerolíneas Argentinas, amenazas de otro paro general, pedidos de renuncia, apariciones de Cristina, etc.), pero esta aparición de Francisco constituye una jugada muy fuerte.
Tal vez consideran que Milei está debilitado, que estarían dadas las condiciones para incrementar las medidas de destitución y en ese sentido el mansaje de Francisco reforzaría el accionar opositor. Pero desde el gobierno nacional declaran su fortaleza, el apoyo de los argentinos en las encuestas en muchos casos porque no quieren volver al peronismo-camporismo. Son muchos los dirigentes acusados por el oficialismo de varios delitos y amenazando con tomar algunas medidas que pondrían en peligro sus patrimonios y privilegios.
Por supuesto, Milei reaccionó como nos tiene acostumbrados. Insultando a todos los que no piensan como él o cuando le hacen preguntas que no quiere responder (no le quiso responder a Luciana Geuna cuando le preguntó si creía en la democracia). Y esto no despierta ningún apoyo. Es lícito que defienda el equilibrio fiscal, la baja de la inflación, pero podría contemplar el atenuar algunas medidas para aliviar un poco la actualidad de millones de argentinos. Es muy importante la baja de la inflación, lograr un definitivo equilibrio fiscal, privatizar algunas empresas, y varias cosas más, que mejorarían la calidad de vida de todos los argentinos. Con una aclaración, para disfrutar de todo eso necesitamos estar vivos.